Un mundo sin bosques, sin pájaros y sin soñadores

Roberto Arlt sorprendió a muchos por su escritura tenazmente profética. Arlt vivió siempre aquejado moralmente por los males de su época, y uno en especial: la irrupción del nazismo, como la síntesis y la quinta esencia del mal, de un mal que él también supo delimitar y que anclaba al maquinismo, al capitalismo, a la tasa de ganancia, a lo que en suma, el escritor más feroz de la narrativa sudamericana, denominó como deshumanización, que es la consecuencia de lo antedicho.