Recrudecen los choques entre campesinos, indígenas y el MST; la disputa es por tierras
Más de mil indígenas concentrados en la localidad cruceña de Ascensión de Guarayos esperan una orden para reanudar la marcha por autonomía y territorio, mientras que el Movimiento de Trabajadores Campesinos Indígenas Sin Tierra de Bolivia (MST-B) inició ayer en Santa Cruz la segunda marcha nacional exigiendo una “reforma agraria verdadera”. El movimiento campesino salió en defensa del Ejecutivo y se enfrenta abiertamente a sus hermanos indígenas y a otros sectores movilizados “traidores del proceso de cambio”. Viendo resquebrajarse la alianza campesino-indígena, el sostén más importante de su gobierno, por primera vez el Presidente Evo Morales cayó postrado por una crisis nerviosa.
Crónica de la VII Marcha Indígena por la autonomía y la dignidad
Salimos hacia Ascensión de Guarayos llevando algunos alimentos y medicamentos, pero fundamentalmente un mensaje de solidaridad a los caminantes de la VII Marcha Indígena por el Territorio, la Autonomía y la defensa de los derechos de los Pueblos Indígenas. Con tantas acusaciones vertidas contra la marcha, los spots contra los dirigentes y las insistentes imágenes asociándolos con políticos de derecha o con USAID, no sabíamos con que ánimo los encontraríamos.
¿Qué pide la VII Marcha por el Territorio, la Autonomía y la Defensa de los derechos de los pueblos indígenas?
1.- Conclusión del saneamiento y titulación de todos los Territorios Indígenas (TCOs) y del territorio de los indígenas Ayoreos no contactados. Inmediata reversión y expropiación de tierras y la dotación de tierras fiscales a pueblos indígenas del lugar que no poseen tierra o la tienen insuficientemente.
Bases para acabar con el conflicto petrolero en la Amazonía sur
Tomando en cuenta la vigencia del Estado Plurinacional de Bolivia y su Constitución Política,
Sostenibilidad de las áreas protegidas en Pilón Lajas y el Madidi
¿Cómo hacer para que las Áreas Protegidas se integren a la economía nacional y logren una sostenibilidad financiera? El problema demanda investigar posibilidades que existen a nivel internacional y evaluar los resultados de los mecanismos financieros utilizados hasta ahora en el país.
Almorzando con Barrick
“¿Puedes venderme tierra -escribe Guillén-, la profunda / noche de las raíces; dientes / de dinosaurios y la cal / dispersa de lejanos esqueletos? / ¿Puedes venderme selvas ya sepultadas, aves muertas, / peces de piedra, azufre / de los volcanes, mil millones de años / en espiral subiendo? ¿Puedes / venderme tierra, puedes / venderme tierra, puedes?”. El gobernador de San Juan, José Luis Gioja, puede. El de Salta, Juan Manuel Urtubey, también. Y puede el de Santiago del Estero, Gerardo Zamora. Y el de Jujuy, Walter Barrionuevo. Y el de La Rioja, Luis Beder Herrera… Claro que la tierra no es de ellos. Pertenece a sus pueblos. Nos pertenece a todos. Y ni siquiera a nosotros. Pertenece a nuestros hijos. Y a los hijos de nuestros hijos. Sin embargo, todos ellos se sentaron, junto con la presidenta Cristina Fernández, a la mesa del gerente general de la Barrick Gold, que fue anfitrión en Canadá de la delegación argentina que participó de la cumbre del G-20.
Los chigüires, la ecología y la hacienda de mi padre
Una civilización que considera que la Naturaleza le pertenece para explotarla Y que dispone además de una tecnología Avanzada, tiene la misma posibilidad de sobrevivir Que una bola de nieve en medio del infierno….
Gregory Bateson
¿Es el PIB un parámetro engañoso?
Algo anda mal en nuestras cuentas: actividades que disminuyen nuestro patrimonio natural aparecen como elementos que incrementan el producto interno bruto. En la contabilidad de varios países latinoamericanos, la producción petrolera aparece como un indicador de riqueza nacional con cada barril de crudo que se explota se produce un incremento del Producto Interno Bruto (Pib). ¿Es esto tan cierto?
Después de la globalización neoliberal: ¿Qué Estado en América Latina?
Tras casi treinta años de hegemonía neoliberal y de fe ciega en las virtudes del mercado global y desregulado, se desató en pleno corazón del capitalismo una crisis sistémica de inédita gravedad. Las mismas voces que denostaron la interferencia pública en la lógica de la acumulación a escala planetaria, que se negaron a establecer frenos regulatorios al sistema financiero globalizado, que propiciaron el ajuste de los Estados periféricos y abominaron de la intervención estatal, comenzaron a apelar a las herramientas de los Estados para intentar frenar la espiral de destrucción económica en la que cayó el sistema.
Nuevos conflictos, viejos actores
La región sudamericana está siendo atravesada por una nueva generación de conflictos sociales en torno a la defensa de los bienes comunes ante la renovada agresividad de las multinacionales de la minería, los hidrocarburos y el agronegocio. Los más diversos movimientos, en todos los países, han protagonizado enfrentamientos con gobiernos de signos distintos: la resistencia de los indígenas amazónicos frente al gobierno derechista de Alan García en Perú, que tuvo su punto más dramático en la masacre de Bagua un año atrás, ha sido hasta el momento el caso más resonante.