Despidiéndome de Hugo

La mañana estaba fría, desolada, desangelada. No daban ganas de salir a ningún lado y menos a donde yo quería acudir: a un lugar, entre las montañas, donde pudiese despedirme del que ha partido. Y en realidad, tampoco tenía claro a dónde iría, a dónde quería ir. Tenía que sentirlo, nomás. Por eso, me armé de valor, cogí un par de abrigos, y salí.

La quinua y la castaña

Qué lindo hubiera sido que se hubiera declarado el Año Internacional de la Quinua y la Castaña para promover dos alimentos virtuosos de Bolivia, uno de occidente y otro de la Amazonía. Hubiera expresado la complementariedad de los pisos ecológicos, la interculturalidad de sus productores, lo verdaderamente plurinacionalidad de Bolivia.