La economía verde y los mosquitos transgénicos

Un primer momento fue en la Cumbre de la Tierra o Río 92, cuando se logró que se institucionalizara el tema ambiental. Un resultado de esta cumbre fue la creación de muchos ministerios del ambiente y la promulgación de leyes ambientales; se impusieron procedimientos como los estudios de impacto ambiental, las evaluaciones de riesgo, como instrumento de toma de decisiones cuando existiera la sospecha de que una obra o política pudiera producir impactos en el ambiente. Entonces también se aprobaron tres convenios internacionales ambientales: de biodiversidad, de cambio climático y de lucha contra la desertificación, que al cabo de estas dos décadas, se han transformado en convenios comerciales.

Diez años más tarde, en la ciudad de Johannesburgo, Sudáfrica, se volvieron a congregar los gobiernos del mundo, esta vez en el marco de la Cumbre Mundial de Desarrollo Sustentable. El principal resultado de aquella cumbre fue que se oficializaron los llamadas Asociaciones Público-Privadas. El mecanismo consistía en que los países del Norte, que debían destinar un porcentaje de su PIB a la ayuda al desarrollo, lo hacían a través de sus empresas. Los objetivos del desarrollo sustentable, como el acceso al agua, a la salud, a la electrificación, especialmente en los países más pobres del mundo, se alcanzarían gracias a la ayuda que daba un país del norte a otro del sur, a través de sus empresas. Esto abrió un inmenso mercado a las empresas europeas y norteamericanas: el mercado de los pobres.

Desde entonces ha pasado una década, y hay un nuevo escenario mundial, pues el capitalismo enfrenta un nuevo ciclo de crisis; y en él, la economía verde surge como una tabla de salvación. La propuesta es que los objetivos planteados hace veinte años podrían conseguirse sólo si las empresas se comprometen con la sustentabilidad, y eso se alcanzaría si éstas adoptan los instrumentos de la economía verde, incluyendo la adopción de ciertas normas voluntarias y de nuevas tecnologías.

Aquí nos centraremos en la aplicación de una nueva tecnología aplicada al campo de la salud, tecnología de la empresa británica Oxitec que se dedica al desarrollo de insectos transgénicos para el control de enfermedades transmitidas por vectores. Ésta es una tecnología que encaja con los planes del gobierno británico en su estrategia económica de invertir en patentes y la “economía biotecnológica”. El gobierno británico se ha comprometido a facilitar el acceso a lafinanciación, a la inversión interna y al acceso a los mercados mundiales, para lo que usa una amplia gama de políticas financieras y no financieras (UK Department of Health, 2010).

Oxitec plantea enfrentar la epidemia del dengue (y otras enfermedades transmitidas por vectores) con la introducción masiva de mosquitos transgénicos en las zonas de incidencia de estas enfermedades. Ésta es una tecnología que está patentada por Oxitec. Su director es el portador de varias patentes de insectos transgénicos, y es considerada como una tecnología verde porque se promueven con el argumento de que, a través de ella, se evita la aplicación de insecticidas en las campañas de control de estas epidemias, y por lo mismo se producirán menos impactos en la salud y el ambiente.

Tal abordaje ignora que el dengue es una enfermedad socialmente producida,como lo señala Marcos Cueto en un análisis sobre las epidemias del cólera y el dengue en el Perú:

En el caso del dengue la enfermedad se debía al incremento de la miseria y también a los pésimos sistemas de agua de uso doméstico que obligaba a los moradores urbanos a conservarla en reservorios domésticos precarios y contaminados. A ello se sumaban las precarias condiciones de vivienda en lugres como Comas con dormitorios y ventanas sin la protección de telas metálicas ni mosquiteros y en las que predominaban los pisos de tierra. Por otra parte, el incremento de la migración hacia Lima de campesinos y pobladores de áreas contaminadas por el dengue, recalaba generalmente en Comas y otros  distritos de la zona norte, con débiles redes familiares que los apoyen en caso de enfermedad. Estos campesinos llegaban del norte del país a una estación limeña de bus, llamada Fiori, donde no existe ningún control sanitario.

Y añade que los largos años de políticas neoliberales en el campo de la salud hizo que no existieran servicios de salud adecuados, lo que facilita la dispersión de una enfermedad como el dengue. Sin embargo, la respuesta del gobierno fue culpabilizar a los víctimas, argumentando que ellos tenían prácticas insalubres. Él sostiene que las epidemias en Perú no fueron resueltas con el uso de soluciones tecnológicas fáciles, y que al contrario, se usó la emergencia de estas epidemias para instrumentalizar el neoliberalismo en el campo de la salud.

En qué consiste la tecnología. La estrategia de control de la epidemia del dengue desarrollada por Oxitec consiste en liberar en las zonas de intervención, millones de mosquitos machos transgénicos para que éstos se crucen con mosquitos hembras normales (que son las que pican y por lo tanto transmiten la enfermedad).

Dado que el mosquitos están genéticamente modificados para que su descendencia no pueda sobrevivir (una especie de mosquito terminator), si los machos transgénicos se cruzaran con hembras silvestres, la mayoría de la descendencia morirá en estado larval y consecuentemente se reduciría la incidencia de la enfermedad.

Ésta es una tecnología, que a pesar de ser promocionada como segura ambientalmente, puede conducir a una serie de impactos negativos a distintos niveles. Por ejemplo, los mosquitos transgénicos van a interactuar con otras especies de mosquito, con predadores y presas; con los humanos que son picados, con diversos virus distintos, lo que puede desencadenar consecuencias poco predecibles y posiblemente negativas. ¿Podría el virus del dengue evolucionar para volverse más virulento por efecto de la transgénesis?

Por otro lado, las mosquitos hembra transgénicas, que viven sólo en el laboratorio,pueden escapar del confinamiento y picar a animales o seres humanos. En el laboratorio tienen que producirse tanto machos como hembras transgénicas (los machos no pueden aparecer de la nada, se necesita siempre las hembras). Luego los machos transgénicos tienen que ser separados de las hembras y esto se hace en la fase de pupa, cuando los machos son generalmente más pequeños que las hembras, pero siempre hay hembras más grandes o machos más pequeños, por lo que en una población de un millón de insectos, es muy probable que se infiltren hembras, capaces de transmitir el dengue y los genes letales. Se cree que entre el 5 al 15% de las hembras pueden “infiltrarse” y ser liberadas al ambiente.

Los mosquitos transgénicos contienen un interruptor genético que es activado en presencia del antibiótico tetraciclina. Si el ambiente está contaminado con tetraciclina, las larvas de los mosquitos transgénicos (machos y hembras) sobrevivirán, alcanzarán la madurez y podrán reproducirse libremente. Las hembras sobrevivientes tendrán la capacidad de picar a humanos. Recordemos que la tetraciclina es un antibiótico usado ampliamente en planteles avícolas y porcícolas, los mismos que aumentan de manera creciente en todo el mundo.

Ésta es una tecnología con la que ya se está experimentando. La primera liberación de mosquitos transgénicos se llevó a cabo en las Islas Caimán, una colonia británica bajo condiciones muy cuestionadas en términos de transparencia. Ahí se lanzaron al ambiente tres millones de “machos estériles”. Las siguientes liberaciones se hicieron en Malasia y Brasil.

En Brasil el “Proyecto Aedes Transgénico” (PAT), se hizo en colaboración con la Universidad de Sao Paulo, y la Moscamed Oxitec, y fue apoyado por el gobierno del Estado de Bahía a través de la Secretaría de Salud, y el Secretario de Ciencia, Tecnología e Innovación. Los ensayos se llevan a cabo en el área de Juazeiro, en el Estado de Bahía. Ahí, el proyecto se encuentra en su tercera fase, y se calcula que desde el comienzo de las pruebas se han puestos en libertad casi medio millón de mosquitos transgénicos. Algunos expertos, creen que la medida implica muchos gastos y difícilmente puede llegar a una solución.

Se cree que desde Brasil la empresa espera expandirse a otros países de América del Sur. Por otro lado, ha empezado una colaboración con el instituto Gorgas de Panamá para llevar a cabo programas similares en ese país centroamericano, desde donde se irradiaría a otros países de la región.

Una estrategia que usa la empresa es trabajar siempre en asociación con institutos públicos en los países que opera.

Algunos intereses ocultos. Oxitec tiene estrechos vínculos con varias empresas, entre las que se incluye a la gigante suiza Syngenta, con quien está desarrollando insectos transgénicos que son plagas agrícolas y que han desarrollado resistencia a los cultivos Bt. Es decir quieren solucionar los problemas tecnológicos ocasionados por el uso continuo de un mismo método de control de plagas (en este caso, los cultivos Bt), con más tecnología.

De hecho, una de las patentes de Oxitec incluye una llamada “Dilución de las características” (EP1624749) y cubre el uso de insectos GM para prevenir la expansión de resistencia a insecticida (incluyendo resistencia a genes Bt). En la aplicación se listan 75 especies que estaría cubiertas por la patente.

Syngenta parece tener interés en este método para poder desarrollar una gran variedad de insectos transgénicos, que no sólo incluiría plagas agrícolas sino tal vez algunos insectos benéficos como las abejas. Hay que notar que Syngenta Bioline vende actualmente insectos (no-transgénicos) para control biológico en agricultura, y muchos de los funcionarios de Oxitec trabajaron en algún momento para Syngenta.

Otro de los financiadores de Oxitec es la Fundación Gates, quien hizo una subvención de casi 20 millones dólares para un trabajo conjunto de la empresa con la Universidad de California en Irvine, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) de México. El proyecto cuenta además con financiamiento del gobierno mexicano. La cepa transgénica será evaluada en el estado de Chiapas.

¿Es ésta la estrategia correcta?

Esta forma de abordar el control de las enfermedades transmitidas por vectores, distrae la atención de las causas estructurales por las cuales prolifera esta enfermedad, como son los espacios urbanos en los barrios empobrecidos y hacinados, la crisis de los servicios sanitarios, la no disponibilidad de agua corriente que obliga a la gente tener precarios recipientes abiertos con agua de reserva, la ausencia de sistemas de disposición de elementos sólidos que al ser expuestos se convierten en criaderos larvarios, los procesos de migración del campo a los barrios depauperados urbanos, el crecimiento de formas de vivienda precarias y el desmantelamiento de los programas de prevención de las enfermedades transmitidas por vectores.

Por otro lado, estas propuestas responden a un modelo biomédico, que se centra en la enfermedad y no en la salud, que miran la enfermedad  como un conjunto de fenómenos aislados sin mirar el conjunto, y que convierten a la terapia en una mercancía, con fuertes conexiones con la industria farmacéutica (en este caso con la empresa biotecnológica Oxitec), sin indagar los procesos determinantes de la enfermedad.

El epidemiólogo Jaime Breilh, considera que este modelo asume que hay ciertos elementos que causan la enfermedad, como son los huésped, vector/agente y nicho o hábitat ecosistémico, como si estuvieran despojados de una determinación social. Mira los “factores de riesgo” como variables que pueden ser evaluadas y modificadas (por ejemplo a través del manejo del riesgo), sin contemplar la necesidad de que es necesario hacer transformaciones en los modos productivos y de vida malsanos y no sustentables.

Oxitec está usando la tecnología de control de epidemias como una lámpara con bonita cara para luego aplicar esta misma tecnología en plagas agrícolas, donde tendría un campo inmenso de expansión. Se cree que, así como se usó al arroz dorado, para demostrar que los cultivos transgénicos ayudan a las poblaciones pobres del mundo que sufrían de deficiencia de Vitamina A, pero que hasta el momento no ha salido al mercado, de igual manera ahora se pretendería hacer uso de esta tecnología para desarrollar plagas agrícolas transgénicas, poniendo como pantalla el uso filantrópico de los mosquitos transgénicos para el control de enfermedades que cobran muchas vidas cada año incidiendo en los países tropicales y pobres del mundo.

Fuentes

Jaime Breilh. “¿Cuál es el sentido, del paradigma crítico de la salud?”,

Teleconferencia para Universidades de México, 2011.

Jaime Breilh e Ylonka Tillería.

“Aceleración global y despojo en

Ecuador”. Universidad Andina Simón Bolívar, 2010

Marcos Cueto. Cólera y dengue en Lima al final del siglo XX y comienzos del XXI: salud y la cultura de la sobrevivencia.

Colección FLACSO 50 años, 2009

UK Department of Health. Life Sciences in the UK —Economic analysis and

evidence for ‘Life Sciences 2010:

Delivering the Blueprint’. 2010.

Helen Wallace. Boletín de la Red por una América Latina Libre de Transgénicos,

en base a las notas de su presentación en la Universidad de Panamá en marzo 2012.

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