¿Compartir o ahorrar la tierra? Reconciliando la agricultura con la conservación de la biodiversidad
Se estima que la población mundial llegará a nueve mil millones de personas en el año 2050. No sólo habrá más bocas que alimentar, sino que también sociedades con mayores recursos económicos exigirán una dieta más rica en proteínas, lo que demandará una considerable cantidad de tierra e inversión. Debido a que la mayor parte de la tierra productiva del mundo ya está siendo cultivada de una u otra forma, quienes formulan las políticas están tratando de conciliar la necesidad de sembrar más cultivos con la necesidad de no invadir ecosistemas que ya están en peligro.
2012: Año para redescubrir el Sol
Aprovechar de manera racional la energía solar constituye uno de los mayores retos actuales de la humanidad, encaminados a salvar el planeta del deterioro medioambiental. Cuatro estudiantes de ingeniería de la Universidad de Washington, C.J. Cheng, C. Matlack, P. Huang y J. Linnes verificaron en el terreno la efectividad del tratamiento solar para desinfectar el agua y hacerla apta para el consumo humano.
Propiedades de la palta
El aceite de la palta o aguacate puede tener propiedades antioxidantes como el de oliva, según investigadores de la Universidad Michoacana de Morelia. Una máxima de la sabiduría popular cubana asegura que año malo de mango resulta bueno de aguacate y al revés. El año pasado el aguacate ganó por goleada a su compinche frutal en la isla caribeña.
Sintonizar con los ritmos naturales
Ante la confusión reinante por esta crisis que nos hace sentirnos desarraigados y sin sentido, es necesario cambiar el chip y centrarnos en las actitudes radicales ante nuestra relación con el medio ambiente, y no limitarnos a poner parches en un modelo de desarrollo que nos conduce a la catástrofe. Quizás una vuelta a las raíces podría ayudarnos a recuperar la identidad perdida y un cierto grado de control sobre nuestro destino. Lo que el Zen denomina “recuperar el rostro originario”. Y el Rabí Jesús condensa la sabiduría ancestral en su “metanoiete!”: no significa “haced penitencia”, como mal tradujo S. Jerónimo, sino “¡Transformaos!” (¡Daos la vuelta como un calcetín!) ¡Sed vosotros mismos!)