El aguacate (nombre científico Persea americana) hechó raíces primero en América, desde el sur del Río Grande, en la frontera mexicano-estadounidense, hasta Guatemala y luego pasó a las Antillas. Mientras el mango (mangífera índica), como lo identifica su clasificación según Linneo, es natural de la India, aunque en la actualidad lo disfrute todo el cinturón intertropical del planeta.

Varios días muy ventosos del último invierno cubano afectaron las floraciones del mango y, al final, las plantaciones o el único árbol del patio casero no aportaron la cantidad de frutos esperada por legiones de fanáticos a esa delicia del paladar.

Pero, a juzgar por las escenas que se vieron a diario en las calles de Cienfuegos, 250 kilómetros al sudeste de La Habana, el fruto favorito de las ensaladas por estos meses del difuso límite verano-invierno sí contó en 2010 con todos los favores de la madre naturaleza.

Vendedores ambulantes en carretillas, vagones para mezclar hormigón, bicicletas adaptadas con un cajón trasero o carretones tirados por caballos pregonan a cualquier hora del día, pero principalmente las cercanas al almuerzo y la comida, las bondades de su mercancía. Otros las exhiben en improvisadas tarimas a la puerta de la casa.

Aceite de aguacate, tan saludable como el de oliva

El aceite de aguacate puede tener propiedades antioxidantes como el de oliva, según investigadores de la Universidad Michoacana de Morelia, que descubrieron los posibles efectos protectores de este fruto para la salud durante experimentos con células de levadura, expuestas a altas concentraciones de hierro.

Las elevadas cantidades de este elemento químico estimula la producción de radicales libres, afirmaron los científicos. Estos son grupos de átomos altamente reactivos que se cree provocan daños en las células y pueden causar enfermedades como el cáncer. El equipo de expertos presentó sus resultados en la conferencia de la Sociedad Estadounidense de Bioquímica y Biología Molecular, en San Diego, Estados Unidos.

Estudios previos mostraron que la mitocondria de la levadura es resistente a los radicales libres por una grasa que forma su membrana. Los científicos señalan que ese tipo de grasa también se encuentra presente en el aguacate, fruto que contiene pigmentos que inhiben la oxidación.

Con este estudio, los especialistas probaron que esas sustancias conferían una protección adicional contra la formación de radicales libres en células de levadura con elevadas concentraciones de hierro. Otros frutos y verduras producen antioxidantes que afectan a los radicales libres, pero estos no pueden entrar en las mitocondrias, por lo que las moléculas reactivas las continúan dañando, explicó Christopher Cortés-Rojo, autor principal del estudio.

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