Las lluvias damnifican a más de 6.500 familias en 5 departamentos de Bolivia

Entre 1970 y 2007 se cuentan cerca de 50 mil registros de pérdidas de diversa magnitud en Ecuador, Colombia, Perú y Bolivia, con un acumulado de 125 mil muertos, 380 mil viviendas destruidas, 8,6 millones de damnificados y 28 millones de personas afectadas indirectamente por suspensiones temporales de servicios públicos, según un reporte de la Comunidad Andina de Naciones (CAN). (http://www.comunidadandina.org/)

Los desastres históricos en la región andina están asociados con 30 tipos de eventos, de los cuales el 71% fueron ocasionados por fenómenos de origen hidrometeorológico, que incluyen olas de calor, sequías, aludes, deslizamientos, mazamorras, granizadas, heladas, tempestades, tormentas eléctricas, vendavales, huracanes, inundaciones, marejadas, neblinas y otros, revela el Atlas elaborado por la CAN. (Ver Tabla)

El 19% de los desastres está asociado con fenómenos de origen antrópico (accidentes, colapso estructural, contaminación, escape de sustancias tóxicas, explosión, incendio e incendio forestal). Por otro lado, el 6% de los desastres fue ocasionado por epidemias, plagas y mortandad de especies (desastres biológicos), y tan sólo el 4% de los desastres está asociado con fenómenos geológicos: terremotos, tsunami y actividad volcánica.

El 77% de las pérdidas de vidas humanas se atribuye a fenómenos de origen geológico, especialmente terremotos, mientras que el porcentaje de viviendas destruidas por fenómenos hidrometeorológicos y geológicos es de 47% y 49% respectivamente. Fenómenos de origen antrópico, aunque frecuentes e importantes, representan un pequeño volumen de las pérdidas hasta ahora documentadas en los cuatro países miembros de la CAN.

Entre 1970 y 2007 las pérdidas de vidas y viviendas por fenómenos hidrometeorológicos muestran un comportamiento cíclico, con incrementos que coinciden con episodios de El Niño y La Niña: 1970-1971, 1982-1983, 1988 y 1997-1998. En la década de 1990 se registraron tres veces más viviendas destruidas que en las otras décadas, lo cual responde, principalmente, al incremento de pérdidas durante los episodios cálidos y fríos de ENOS del periodo 1997-1998.

Las pérdidas por fenómenos geológicos, aunque menos frecuentes, indican que en cada década hay al menos un desastre con gran cantidad de víctimas mortales y viviendas destruidas, como los ocurridos en 1970 por el terremoto de Ancash en Perú; en 1985 por la erupción del volcán del Ruiz, y en 1999 por el terremoto del Eje Cafetero en Colombia; y en 2007, nuevamente en Perú, por el terremoto de Pisco que afectó la zona costera al sur de la ciudad de Lima.

Los desastres en la comunidad andina ocurrieron a diversas escalas y con variados impactos, y su interpretación depende, en gran medida, del nivel geográfico desde el que se observen las pérdidas, precisa el reporte. Las bases de datos de la subregión incluyen desastres recopilados a nivel de municipio en Bolivia y Colombia, cantón en Ecuador y distrito en Perú, es decir, que cada registro de pérdidas corresponde a un municipio (o equivalente) afectado por un fenómeno determinado.

Los desastres más grandes ocurridos en la subregión son los que han dejado 30 o más víctimas mortales o 200 o más viviendas destruidas en un municipio o equivalente. Según el impacto, los desastres se clasifican en mega desastres, grandes y pequeños. Los primeros corresponden a los dos más grandes de la historia de la subregión en las últimas cuatro décadas: el terremoto de Perú en 1970 y la erupción del Ruiz en Colombia en 1985 con 69 mil y cerca de 23 mil víctimas mortales, respectivamente. Los desastres grandes representan menos del 1% de los registros de pérdidas y los pequeños alcanzan al 99% de los registros.

Aunque los grandes desastres son poco frecuentes, han provocado cerca del 11% de las víctimas mortales y el 44% de las viviendas destruidas. Los efectos acumulados por desastres pequeños corresponden al 16% de las pérdidas de vidas, al 30% de las viviendas destruidas y al 83% de las viviendas afectadas. Esto significa que en un periodo de 38 años (1970-2007) ocurrieron dos mega desastres con más de 90 mil pérdidas de vidas; un conjunto de desastres de gran tamaño con cerca de 14 mil víctimas mortales y 170 mil viviendas destruidas, y múltiples desastres pequeños y frecuentes que dejaron la mayoría de las viviendas afectadas.

Otros fenómenos no considerados en el informe de la CAN también tienen grandes repercusiones locales, como por ejemplo las granizadas en La Paz, Quito y Bogotá. No menos importante es la pérdida de glaciares, asociada con el cambio climático y en particular durante episodios de El Niño.

En Bolivia desaparecieron pequeños glaciares como el Chacaltaya cerca de La Paz; entre 1970 y 2003 se perdieron 145 pequeños glaciares sólo en la Cordillera Blanca de Perú y hubo una reducción total del 26% de la superficie glaciar. En Ecuador la pérdida fue del 27% entre 1997 y 2006 y en Colombia la pérdida anual entre 1998 y 2008  fue del 2% al 5%. Este proceso pone en riesgo el suministro de agua potable para ciudades como La Paz, y la generación de energía hidroeléctrica y actividades agrícolas en toda la región.

Los desastres naturales en Bolivia

En las últimas dos décadas, los fenómenos climáticos La Niña y El Niño afectaron a más de seis millones de bolivianos y causaron pérdidas por 35 mil millones de dólares al Estado boliviano, según el informe Tras las huellas del cambio climático en Bolivia, que cita estadísticas de la Corporación Andina de Fomento (CAF) y de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

Según ese informe, desde 1982 se registraron 61 eventos relacionados con el cambio climático, principalmente inundaciones, que representan el 30% de los eventos climáticos ocurridos en los últimos 20 años. En el reporte de la CAN se registran 1.326 muertos, 594 mil damnificados y 5.342 viviendas destruidas en Bolivia en el período 1970-2007.

Hasta mediados de marzo de 2011, las familias bolivianas afectadas por las lluvias asociadas al fenómeno La Niña sumaron 15.295, la mayoría en La Paz, Cochabamba y Beni. Los departamentos de Santa Cruz, Tarija, Pando, Chuquisaca y Oruro sufrieron los impactos de riadas e inundaciones.

Un total 102 de los 337 municipios del país fueron afectados por La Niña en el primer trimestre del año pasado, según la Federación de Asociaciones Municipales de Bolivia (FAM) y Defensa Civil. El departamento más afectado fue La Paz, con 5.703 familias damnificadas, que incluyen a las 1.200 familias desplazadas por el mega deslizamiento de los distritos 16 y 17 de la ciudad de La Paz.

En 2011, en Potosí sufrieron particularmente los habitantes de los municipios Caiza D, Llallagua, Puna, Ckochas, Tomave, Ravelo y Acasio, Uyuni y Toro Toro, según la Unidad de Gestión de Riesgos (UGR) de la Gobernación. En Oruro, los municipios dañados fueron Chipaya, Choro y Machacamarca, que se encuentran en riberas del río Desaguadero. En Chuquisaca se identificaron 11.593 familias afectadas en 214 comunidades de 13 municipios, y más de 17 mil hectáreas de cultivos perdidas.

En Beni los ocho municipios más lastimados fueron Rurrenabaque, Reyes, Santa Rosa, San Borja, Santa Ana, San Ignacio, Riberalta y Loreto, los cuatro últimos declarados en alerta roja. Hace más de 10 años que Rurrenabaque no experimentaba una inundación de tal magnitud. La repentina crecida del río y los deslizamientos de las riberas hundieron botes y barcos e inundaron el centro y la periferia de esa ciudad turística.

En Tarija resultaron damnificados los municipios de Yunchará, Padcaya, Yacuiba, San Lorenzo, Villamontes y Bermejo.  Otros municipios afectados fueron Bella Flor y San Lorenzo en Pando; y Fernández Alonso y San José de Chiquitos en Santa Cruz.

A mediados de julio de 2011 sorprendieron las intensas nevadas en el departamento de Potosí, especialmente en las provincias Nor y Sud Lípez. El fenómeno natural dejó mantos de nieve de hasta 50 centímetros de altura en un área de unos 200 kilómetros de largo por unos 150 kilómetros de ancho.

Al mediodía del 14 de octubre del año pasado, un extraño temporal oscureció la ciudad de Santa Cruz, activando el sistema de alumbrado público en calles y avenidas y obligando a los conductores de vehículos a encender sus faroles. La temperatura descendió abruptamente de 29 a 18 grados centígrados.

El 16 de noviembre, un inusual tornado de mediana magnitud derribó muros y enormes árboles y destechó al menos 20 viviendas en la localidad de Pucara en Cochabamba.

Entre el 14 y el 15 de diciembre de 2011, el Retén de Emergencias de la Alcaldía de La Paz atendió 48 casos de inundaciones de viviendas, filtraciones de agua, caídas de muros y desbordes de ríos en los siete macrodistritos. La mayoría de las zonas del municipio se encontraban en alerta amarilla, y algunas en alerta naranja, como por ejemplo Callapa, San Isidro Bajo, Villa Armonía, Bajo San Antonio, Bella Vista, Alpacoma, Llojeta y Santa Bárbara y otras.

El 23 de diciembre el Centro de Operaciones de Emergencias Departamental (COE) declaró alerta amarilla en La Paz y se presupuestaron 3,5 millones de bolivianos para atender las emergencias de 2012. Hasta esa fecha se contabilizaron más 400 familias afectadas y alrededor de 150 hectáreas de cultivos destruidas.

A fines de diciembre de 2011, el Senamhi reportó un récord de lluvias en la comunidad de Santa Ana de Santa Cruz y en la ciudad de El Alto. En El Alto llueven usualmente 102,8 lm2, pero en diciembre de 2011 se registraron más de 121,5 lm2, además de vientos huracanados jamás antes vistos en esa urbe. En el centro de la ciudad de La Paz se registraron 101,7 lm2, batiendo el récord de 86,9 lm2.

Comienza 2012 bajo alerta por lluvias

Vamos a continuar con lluvias entre moderadas y fuertes por lo menos hasta marzo de este año, previno la jefa de Pronósticos del Senamhi Marisol Portugal. El responsable del Proyecto Alerta Temprana Félix Trujillo advirtió que fuertes lluvias, granizadas y tormentas eléctricas afectarían sobre todo a La Paz, Potosí, Chuquisaca, Cochabamba, Santa Cruz, Tarija y Beni.

El 13 de enero de 2012, los aguaceros mantenían inundados el centro y los barrios periféricos de Trinidad, capital de Beni. En solo 48 horas cayeron 136 litros por metro cuadrado. Hasta el 19 de enero, el fenómeno La Niña afectaba ya a 2.463 familias en 45 municipios del país, informó el viceministro de Defensa Civil Oscar Cabrera, tras confirmar el ascenso de los niveles de agua en la cuenca del Amazonas.

El Centro de Operaciones de Emergencia (COE) de Oruro comenzó el año en alerta amarilla ante los torrenciales aguaceros que desbordaron los ríos Desaguadero y Lauca. Hasta el 22 de enero, unas dos mil familias de cinco municipios sufrían las consecuencias. 

El desborde del Desaguadero y Lauca afectaron a los municipios de Caracollo, Toledo, El Choro, Machacamarca y Chipaya, donde se contaban más de 240 hectáreas de plantaciones de quinua, papa y alfalfa afectadas, precisó el responsable de la Unidad de Riesgos de la Gobernación de Oruro y miembro del COE Ramiro Cáceres. El 28 de enero, Defensa Civil declaró alerta roja en los municipios de El Choro, Toledo y Chipaya, donde se cuantificaron 1.150 familias damnificadas.

En Chuquisaca, alrededor de 1.600 familias resultaron damnificadas por las intensas granizadas de los últimos días de enero en 41 comunidades de seis municipios, informó la Unidad de Gestión de Riesgos. Los municipios más lastimados fueron Tarvita, Sopachuy, Zudáñez, Poromo, Tarabuco y Yamparaez. “Se dañaron cultivos estacionales de papa, maíz, trigo, habas y otros productos básicos para la seguridad alimentaria”, dijo Jorge Espinoza, funcionario de Gestión de Riesgos.

Hasta el 25 de enero, la Alcaldía de La Paz atendió 32 emergencias por desprendimiento de taludes, colapso de paredes de adobe, inundación de viviendas, taponamiento de sumideros y otras. En todo el departamento se contabilizaban más 800 familias damnificadas y 229 hectáreas de sembradíos perdidas, informó el responsable de Unidad de Alerta temprana y Gestión de Riesgos de la Gobernación de La Paz Williams Rioja.

Los municipios paceños afectados son Colquencha, Quime,  Ichoca, Carabuco, Mecapaca, Tiahuanaco, San Andrés de Machaca,  Papelpampa, Humala, Viacha, Charazani, Curva y otros. Se registraron derrumbes en los tramos viales Huaricana, Chulumani, La Asunta y Teoponte- Mayaya Kilometro 53.

A mediados de febrero, el Senamhi pronosticó constantes precipitaciones y tormentas eléctricas en gran parte del país para los próximos tres meses, mientras que el Servicio Nacional de Hidrografía Naval declaró alerta naranja por la crecida de afluentes de los ríos Beni, Abuná, Ibare, Mamoré, Yacuma e Iténez.

En la segunda semana de febrero de 2012, más de 6.565 familias sufrían por las intensas precipitaciones en cinco de los nueve departamentos del país, estimó el viceministro Cabrera. Se reportaron emergencias en 89 municipios de La Paz, Oruro, Potosí, Chuquisaca y Cochabamba. El más afectado es el departamento de La Paz con 1.533 familias damnificadas, seguido de Oruro (1.578 familias), Potosí (1.461), Chuquisaca (alrededor de mil) y Cochabamba (431 familias). En Tarija, una granizada dañó casi el 80% de las plantaciones de maíz y uva en la localidad de La Pintada, y 249 familias perdieron sus sembradíos de tomate, papa, cebolla y frutales.

El departamento de La Paz declaró emergencia en 12 municipios. Hasta el 13 de febrero, 1.577 familias y 980 hectáreas de cultivos fueron afectadas en el departamento a consecuencia de desbordes de ríos, deslizamientos y derrumbes, informó el secretario General de la Gobernación de La Paz Yoni Bautista.

“Los cultivos dañados son los tradicionales en el valle y el altiplano como lechuga, zanahoria, papa quinua, trigo y otros”, precisó Bautista y consideró que “existen los elementos suficientes para declarar al departamento en situación de emergencia”. El gobernador de La Paz Cesar Cocarico anunció que se preparaba la declaración de emergencia departamental, luego de que el Senamhi advirtiera que las lluvias continuarán en el altiplano.

“Pensamos que la mayor parte de estas precipitaciones se iba a registrar en el norte paceño y nos preparamos para afrontar esta situación, pero la madre naturaleza no nos da a escoger donde defendernos y esta vez escogió el altiplano”, lamentó Cocarico.

En tanto, el Servicio Departamental de Caminos (Sedcam) habilita vías derrumbadas en el cruce Luribay – Luribay, Chama Desaguadero, Caranavi por el sector de Tipuani, Chulumani- La Asunta, y en el ingreso a Sorata donde se registro la pérdida de plataforma de “una magnitud importante”.

Por otro lado, el alcalde del Municipio de La Paz Luis Revilla confirmó la muerte de tres personas aplastadas por un muro de contención en la zona de Achachicala.  La mazamorra sepultó una habitación de adobe cobrando la vida de Damiana Ticona (41), Hernán Rojas (39) y la niña Dayana (5).

“Este colapso tiene su origen en el incremento de las aguas de lluvia, en el incremento de aguas subterráneas, producto sobre todo de fugas del sistema de agua potable y alcantarillado, con materiales de relleno saturados que existía entre ambos muros y el propio hecho de que en el sector, existen viviendas precariamente construidas y que no tenían muros de contención internos”, explicó Revilla.

Hasta el 10 de febrero, la Alcaldía atendió 27 emergencias a consecuencia de la lluvia, informó el jefe de la Unidad Especial de Atención de Emergencias de la Alcaldía David Mollinedo. Del total de casos atendidos, nueve tienen que ver con inundaciones de viviendas en Bajo San Isidro, Cupilupaca, Mariscal Santa Cruz y El Tejar, entre otros barrios. Obreros y técnicos atendieron la caída de muros en Llojeta Bajo y Pura Pura (calle 11), el derrumbe de paredes de adobe en Pura Pura (avenida Ferroviario) y Villa Copacabana en el Sector Pacasa.

También se atendieron casos de filtración de agua en viviendas en Munaypata, Cota Cota y Tembladerani y el desprendimiento de piedras en taludes de la avenida Los Leones y Zavaleta que no causaron daños a las plataformas viales, ni afectaron a la circulación vehicular. Se presentaron sifonamientos en las bóvedas de los ríos Jancokollo y Retamani, a la altura de la calle Boquerón y Regimiento Castrillo, respectivamente, pero las estructuras hidráulicas no sufrieron ningún daño.

El alcalde paceño dijo que la Comuna necesita 800 millones de bolivianos para reducir la vulnerabilidad de la ciudad. “El presupuesto del Gobierno Municipal alcanza a 1.400 millones  aproximadamente, (…) hemos  hecho gestiones ante el Ministerio de Planificación para acceder a recursos, a créditos y estamos en esa tarea porque el Gobierno Municipal no cuenta con esos recursos de 800 millones. Este año para poderlos invertir, tenemos que programarlos año tras año, este año 2012 está presupuestado algo más de 100 millones para estas tareas de  prevención, en el presupuesto anual”. 

Hace cuatro días se declaró la emergencia en el municipio de Quillacollo en Cochabamba. Cerca de 800 hectáreas de cultivos de cebada, papa y trigo se perdieron como consecuencia de las lluvias, granizadas y heladas, reportó el director del Servicio Departamental de Desarrollo Agropecuario de Cochabamba Rubén Paichucama.

Este viernes 17 de febrero, el gobernador de Cochabamba Edmundo Novillo declaró emergencia departamental por los daños ocasionados por La Niña, luego de que el municipio de Sipe Sipe se declarara en emergencia, tal y como lo hicieron días atrás los municipios de Sacaba y Quillacollo. “Los dos ríos grandes que atraviesan por nuestra región se han desbordado. El río Rocha ha afectado a 10 comunidades y el Tapacarí a cuatro”, confirmó el alcalde de Sipe Sipe Oscar Jaldín.

Hasta la fecha, el fenómeno climático La Niña cobró la vida de nueve personas en el país y damnificó a más de siete mil familias en 90 municipios, precisó el viceministro de Defensa Civil Oscar Cabrera.

El 15 de febrero de 2012, el gobierno de Evo Morales anunció que destinará unos 14 millones de dólares para ayudar a los damnificados por los fenómenos naturales. Defensa Civil cuenta con un presupuesto de 40 millones de bolivianos para la compra de alimentos y para evacuar a las familias afectadas.

El viceministro de Desarrollo Rural y Agropecuario Víctor Hugo Vázquez dijo que los recursos financiados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) serán invertidos en huertos familiares, bancos de semillas, servicios veterinarios, manejo y conservación de pastos y medios de vida.

El gobierno distribuyó 132 toneladas de alimentos en todo el país y este viernes el Presidente Morales en persona entregó alimentos a los damnificados en los municipios de Parotani, Itapaya y Tajra en Cochabamba.

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