«El capitalismo destruyó la regularidad del clima en Venezuela”

El año pasado Venezuela pasó de una grave sequía, que ocasionó una crisis en el sector eléctrico, a torrenciales lluvias catalogadas como las más intensas en medio siglo. En el sur del Lago de Maracaibo cayeron 1.200 milímetros cúbicos de lluvia hasta mediados de 2010, y para el último trimestre de ese año la cifra aumentó a más de 4.200.  Desde finales de 2010 hasta el 29 de marzo de 2011, las precipitaciones sobrepasaron en 300% los registros normales.

El temporal del año pasado dejó un saldo de 38 muertos, más de 130 mil damnificados, más de 20 mil hectáreas de cultivos destruidos y graves daños en los sectores ganadero y vial. El gobierno tuvo que decretar emergencia en 11 estados del país.

La temporada lluviosa en Venezuela comienza en mayo, pero el país registró fuertes precipitaciones desde principios de 2011, particularmente en la región andina. El Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inameh) pronosticó aguaceros en gran parte del territorio, aunque con mayor intensidad en los estados de Bolívar, Amazonas, Apure, Barinas, Táchira, Mérida, Trujillo, Zulia, Portuguesa, Falcón y la región nororiental.   Algunas de esas demarcaciones fueron las más golpeadas por las precipitaciones del último trimestre de 2010.  

Hasta el 24 de marzo de 2011, al menos 28 mil personas resultaron afectadas por las lluvias, la mayor parte en el estado de Zulia y en las parroquias San Carlos, Urribarrí y Santa Bárbara, municipio Colón, donde por lo menos 1.200 personas perdieron sus viviendas.

El 21 de abril, los más azotados eran los estados Táchira, Mérida, Zulia, Cojedes y Lara. En Táchira, una fuerte vaguada desbordó casi todos los ríos de las zonas Sur y parte de la Norte, dejando al menos siete muertos. En el municipio Antonio Pinto Salinas y Ribas Dávila, en Mérida, las aguas arrasaron más de 400 hectáreas de cultivos y debilitaron la infraestructura de viviendas, puentes y acueductos. Al día siguiente fueron evacuadas cerca de 200 familias en áreas zulianas al Sur del Lago Maracaibo.

El 24 de abril el presidente Hugo Chávez lamentó la muerte de 10 personas en el estado de Yaracuy por la crecida de una quebrada; y al día siguiente anunció  la creación de un Estado Mayor para prevenir contingencias durante la próxima temporada de lluvias que comenzaría en mayo.

En los primeros días de mayo, el gobierno venezolano inició trabajos de rehabilitación de diques y drenajes en la zona Sur del Lago de Maracaibo con una la inversión de 630 millones de bolívares, equivalentes a 146,5 millones de dólares. “Sigue lloviendo y el gobierno bolivariano está desplegado en apoyo a la ciudadanía. ¡Les recomiendo prudencia y prevención! ¡Venceremos!”, escribió el Jefe de Estado en su cuenta de twitter el 4 de mayo.

El 11 de mayo se reportó que fuertes lluvias de las últimas horas afectaron a más de 5.600 viviendas en Mérida; y la Asamblea Nacional aprobó 89,5 millones de bolívares (cerca de 21 millones de dólares) para atender los damnificados. Días antes la Comisión Permanente de Finanzas y Desarrollo Económico aprobó créditos adicionales para la construcción de 40 mil viviendas.

El 17 de mayo el Consejo de Ministros extendió por 90 días el estado de emergencia decretado el 25 de febrero en los estados de Vargas, Miranda, Táchira, Falcón, Distrito Capital, Zulia, Mérida, Trujillo y Nueva Esparta. En el Distrito Capital las familias afectadas ya sumaban al menos 19 mil, mientras que 25 de las 86 parroquias de Mérida estaban incomunicadas.

Hasta el 27 de mayo se contabilizaron al menos 200 mil personas afectadas por inundaciones, derrumbes y deslaves en los estados Táchira, Mérida y Trujillo. Días antes, el 23 de mayo, el gobierno venezolano había instalado un puesto de mando para atender integralmente las emergencias en Miranda y el Ejército desplegó 300 ingenieros en los límites de esa demarcación y Anzoátegui.  

El 28 de mayo el área del Lago Tacarigua, estado Aragua, fue declarada Zona de Riesgo Inminente para al menos 1.043 núcleos familiares, debido al aumento del nivel del agua. Hasta esa fecha, las precipitaciones causaron estragos en los cultivos tachirenses, en especial en el municipio Jáuregui, donde se produce el 41% de las hortalizas que se consumen en el país, razón por la cual gobierno evaluaba planes de refinanciamiento y condonación de deudas para agricultores.

Tres meses después, el gobierno continuaba recogiendo escombros y reconstruyendo infraestructura destruida por intensas lluvias que seguían azotando a varias regiones del país. El 18 de agosto, el Ministerio de Transporte y Comunicaciones anunció que destinará 119 millones de bolívares (alrededor de 28 millones de dólares) para ejecutar 80 obras de vialidad en Mérida, uno de los estados más golpeados. El plan comprende dos obras de drenaje completo de alcantarillado, restitución de calzadas, construcción de 21 muros de contención, sustitución de 11 alcantarillas y mantenimiento de rutas troncales.

El 12 de octubre, el departamento de Protección Civil de Zulia declaró alerta amarilla en los municipios de Maracaibo y San Francisco, donde se contabilizaban más de 20 mil damnificados por inundaciones. Hasta el 13 de octubre, las intensas lluvias asociadas a una onda tropical afectaban a varios municipios de Trujillo, entre ellos Urdaneta, Carache, Pampán, Pampanito y parte del eje panamericano que incluye La Ceiba y Candelaria.  

Algunos expertos consideraron que las lluvias de esos días eran las más agresivas del último lustro; mientras que el Inameh pronosticó que la vaguada continuaría sobre el Mar Caribe y el norte del país. Casi un mes después, el 15 de noviembre, el gobierno venezolano decretó estado de emergencia por 90 días en 10 municipios de los estados Aragua y Carabobo, amenazados por la elevación del nivel de las aguas del lago Tacarigua. El ministro de Comunicación Andrés Izarra precisó que el estado de emergencia abarca a los municipios Girardot, Zamora, Libertador, Francisco Linares Alacantara y Sucre, en Aragua, y Diego Ibarra, San Joaquín, Guacara, Los Guayos y Carlos Arvelo, en Carabobo.

Una semana después se reportaron deslizamientos de tierra y desbordamiento de lagos y ríos que obstaculizaron vías de comunicación en Aragua, Carabobo, Zulia y Mérida. El 23 de noviembre se quebró el muro de contención del río Chama en Zulia; colapsó el sistema de drenaje en algunas avenidas del casco central de San Cristóbal, Táchira; mientras que en Mérida unas 300 mil personas confrontaron problemas de acceso al agua potable.

El 6 de diciembre, las fuertes lluvias provocaron el colapso de varias zonas de Caracas, el cierre de las estaciones del metro y la muerte de una persona. El río Guaire, que cruza la capital, registraba su más alto nivel a la altura Bello Monte, reportó el viceministro de Prevención y Seguridad Ciudadana Néstor Reverol.

Al día siguiente la ministra para la Educación de Venezuela Maryann Hanson ratificó que las labores escolares continuarán suspendidas en los estados Vargas, Mérida, Miranda y en Caracas. La titular de Educación Universitaria Yadira Córdova también corroboró la decisión gubernamental de suspensión de las clases.

Las intensas lluvias registradas desde el 5 de diciembre, que afectan a las regiones central, andina y al estado de Zulia, obligaron a cancelar temporalmente las operaciones aéreas. El gobernador de Mérida Marcos Díaz Orellana reportó que el temporal dañó severamente unos 800 kilómetros de vías, en tanto que los desbordamientos fluviales perjudicaron terrenos y poblaciones de 23 municipios.

Sólo en la última semana, las lluvias mataron a ocho personas y damnificaron a 4.812 familias en Caracas y los estados Táchira, Zulia, Miranda, Mérida y Vargas, informó el ministro para Relaciones Interiores y Justicia Tareck El Aissami. El gobierno instaló 918 refugios en todo el territorio nacional que acogen a 29.730 familias damnificadas por las intensas precipitaciones registradas desde 2010.

El 9 de diciembre, el gobierno de Chávez aprobó una ayuda económica de 1.500 bolívares (unos 348 dólares) por grupo familiar. “Estamos dedicados a esto primero que nada, a las prioridades. Mañana entregaremos viviendas a los refugiados, porque hay nuevos refugiados, entonces tenemos que aligerar los planes de vivienda y de rehabilitación de los barrios”, dijo el presidente venezolano y suspendió su viaje a la toma de posesión de Cristina Fernández y canceló el encuentro previsto con el ex presidente de Brasil Luiz Inácio Lula Da Silva.

El 23 de diciembre, un habitante del estado venezolano de Sucre falleció por las precipitaciones registradas en los últimos días en esa zona, informó el jefe de Operaciones de Protección Civil y Administración de Desastres James Ortiz. En tanto, efectivos de Protección Civil mantenían cerrada vigilancia a causa de las lluvias que en las últimas horas afectaban al Distrito Capital en Caracas y otras áreas del centro del país.

En el estado de Zulia, donde fueron afectadas unas tres mil viviendas y unas 800 familias, se instalaron unos 30 refugios, donde los damnificados recibían alimentos, cobija, enseres domésticos y atención médica. Además, se conoció que más de 90 familias de ese estado recibieron nuevas viviendas, construidas por el gobierno, situadas en la costa oriental del lago.

En Táchira, uno de los tres estados andinos de Venezuela, junto a Mérida y Trujillo, se trabajaba en la  rehabilitación de carreteras, con el respaldo de maquinarias aportadas por el ministerio de Transporte Terrestre. En el estado de Mérida laboraban 40 máquinas en el acondicionamiento de la red vial, severamente afectada. En Trujillo, donde las condiciones del tiempo mejoraron, todavía regía la alerta, puesto que se pronosticaron nuevas precipitaciones, aunque se mantienen las faenas encaminadas a rehabilitar los devastados caminos.

Con información de Prensa Latina.

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