“Hemos causado la extinción de especies desde el Pleistoceno, cuando aprendimos a cazar en grupo y eliminamos a los mamíferos de gran tamaño. Desde entonces hemos provocado la desaparición de todo tipo de especies, pero nunca antes habíamos eliminado un ecosistema entero de la faz de la Tierra. Eso es lo que está pasando con los arrecifes”, dijo a BBC Mundo Peter Sale.
Ante la falta de acción para combatir el calentamiento global y la sobreexplotación de la naturaleza, Sale decidió dejar a un lado las revistas científicas y escribir un libro dirigido al público en general. El trabajo, titulado “Nuestro planeta moribundo”, Our dying planet, acaba de ser publicado.
“El libro no es sólo sobre arrecifes de coral sino sobre algo más amplio, la crisis ambiental que estamos creando. Escribí el libro para ayudar a la gente a entender cuán serio es el problema, porque no creo que lo estén entendiendo. Muchas personas dicen simplemente ‘las temperaturas subirán un poco’, pero no entienden la magnitud de los cambios que estamos implementando”, dijo Sale, según quien el próximo ecosistema en tambalear podría ser el Ártico.
“Si seguimos por el mismo camino tendremos un futuro muy desagradable. Y en el momento, hay muy pocos indicios de que estemos realizando los cambios necesarios. Los políticos se reúnen, hablan y no pasa nada”.
Arrecifes en caída
Sale estudió durante 20 años los arrecifes de la Gran Barrera en Australia. Los corales están sufriendo a nivel global por la contaminación, las construcciones humanas y la sobrepesca. Y a eso se suma el impacto del cambio climático, que afecta a los corales fundamentalmente en dos formas. “Nunca antes habíamos eliminado un ecosistema entero de la faz de la Tierra. Eso es lo que está pasando con los arrecifes de coral”, asegura Peter Sale.
Por un lado, el aumento de temperatura es responsable del blanqueamiento de corales, debido a la muerte de las algas fotosintéticas de las que dependen para obtener energía. Se estima que la temperatura superficial de los océanos ya ha aumentado 0,67 grados en el último siglo.
Por otro lado, el aumento en las emisiones de CO2 es responsable de la acidificación de los océanos. Se calcula que cerca de un tercio del dióxido de carbono liberado a la atmósfera es absorbido por los océanos, causando cambios químicos que dificultan a los organismos marinos acceder a los minerales necesarios para construir sus esqueletos.
A este ritmo, los arrecifes tal como los reconocemos hoy no existirán para el 2050 y desaparecerán totalmente para fines de siglo, según Sale. “La advertencia sobre 2050 no es nueva, yo mismo fui uno de los autores de un estudio sobre este tema publicado en la revista Science en 2007, pero la diferencia entre entonces y el presente, es que la situación empeoró”.
Mundo “irreal”
En las ciudades del mundo desarrollado, especialmente, la gente vive “protegida de los cambios que está causando”, según Sale. Parte del problema es que “en particular en las ciudades de los países desarrollados, vivimos protegidos de los cambios que estamos haciendo en la naturaleza. En mi libro hablo de de la imagen de un edredón muy confortable, acogedor y cálido, bajo el que nos cubrimos sin ver lo que está pasando en el mundo exterior, ya que nunca nos falta agua, alimento etc”.
Pero en los países en desarrollo la situación es muy diferente, según el experto. “Basta ver las inundaciones y sequías recurrentes en lugares como Pakistán, que son un componente directo de los cambios en el clima que estamos causando con la emisión de gases de invernadero”.
Sale señala que el calentamiento global no es un problema “que debemos considerar una vez que resolvamos la crisis financiera. Estamos ante el peor problema ambiental desde el Pleistoceno y debemos ocuparnos de él o nuestro futuro será muy, muy desagradable, un futuro en el que los ricos vivirán detrás de rejas para proteger lo que tienen de las masas, un mundo con más hambre, guerra y enfermedades. No es el futuro que quiero ver”.
Decisiones
Sale cree que es posible que la humanidad llegue a un futuro vibrante y saludable, si actuamos sin demora. Es preciso reconocer que la sobrepesca ha causado un declive en la producción de peces desde 1985. “La pesca provee el 17% de la proteína animal a nivel global y si no permitimos que se recupere perderemos esa fuente, pero no está claro con qué la vamos a sustituir”.
Es necesario además, de acuerdo al experto, encontrar formas de obtener energía de manera que sea posible reducir las emisiones de CO2. “Espero que mi libro ayude a la gente a entender la seriedad del problema y a influenciar a sus líderes a tomar las decisiones que deben tomarse. Mi libro es sólo un elemento, pero junto a los esfuerzos de mucha gente, esto puede lograrse”, dijo Sale a BBC Mundo.
No todos los científicos coinciden en la escala temporal precisa de Sale, pero para muchos expertos, la crisis es clara. Alex Rogers, experto en conservación de la Universidad de Oxford, señaló en declaraciones a la prensa británica que “cuando se habla de la destrucción de un ecosistema entero en la vida de una generación humana, puede haber diferencias menores en los detalles. Se trata de una imagen, de una afirmación dramática”. “Pero coincidimos con el mensaje central. La gente no parece comprender la tremenda rapidez de los cambios que estamos viendo”.