Fuentes oficiales estadounidenses admiten que desde la década de los años sesenta hasta 1978 las fuerzas militares de Estados Unidos rociaron sobre Vietnam, Laos y Cambodia más de 77 millones de litros del Agente Naranja y unos 400 kilogramos de Dioxina, entre otros tóxicos altamente dañinos.
Desde 2001 se han extraído más de dos mil toneladas de agua contaminada en áreas cercanas a instalaciones militares de Estados Unidos en Seúl, que causaron enfermedades irreversibles a no menos de cuatro millones de vietnamitas. El experto francés André Bouhy explicó a la agencia Prensa Latina que esos tóxicos se degradan lentamente en medios naturales, se integran a la cadena alimenticia y causan cáncer, malformaciones congénitas, enfermedades respiratorias y no tienen cura ni a mediano o largo plazo.
Desde principios de junio de este año, el gobierno de Surcorea investiga el enterramiento y dispersión de tóxicos contaminantes en al menos 28 bases estadounidenses en Gyeonggi y 12 en la capital Seúl, de un total de 93 bases existentes en el país. El Instituto de Salud y Medio Ambiente de Gyeonggi informó que la dispersión abarcó al menos el 14 por ciento de la parte meridional de la llamada Zona Desmilitarizada, con una extensión de cuatro kilómetros de ancho y 249 de largo en la frontera entre la República Democrática y Popular de Corea (RDPC) y Corea del Sur.