Los riesgos y desafíos en la construcción de Estados Plurinacionales en América Latina

Desde las reflexiones de estos tres días, queremos expresar, a la opinión pública, las certezas, riesgos y desafíos que enfrentamos tanto los países que hemos accedido a la condición de Estados Plurinacionales, como en los casos de Bolivia y Ecuador, como la necesidad de su construcción en los demás países de la región.

Certezas

1. Luego de un amplio intercambio de experiencias entre las organizaciones indígenas, originarias y campesinas, académicos y representantes de otros sectores, el sentimiento y el análisis generalizado acerca de la situación política en distintos países de la región es que Abya Yala (América Latina) no puede avanzar en los procesos de reivindicación histórica, democratización y justicia social si las reformas estatales no incluyen la construcción de Estados Plurinacionales.

2. El ejemplar proceso político boliviano se ha convertido en una referencia programática de las reformas estatales para la región y especialmente para las organizaciones indígenas y originarias de Latinoamérica. El Estado Plurinacional unitario y comunitario de Bolivia ha logrado instituir la centralidad de la pluralidad jurídica, económica y territorial y la participación indígena – originaria en la reconstrucción del Estado. Esta esperanza está en pie y declaramos nuestro apoyo para que se concrete en todas las estructuras sociales y estatales.

3. La falta o la negación de la perspectiva de un Estado Plurinacional en la construcción de “un mundo mejor” en la región está provocando involuciones y retrocesos políticos que comprometen el futuro de los procesos políticos que abrieron esperanzas desde hace más de dos décadas.

4. La construcción de Estados Plurinacionales no sólo es el reconocimiento de la inocultable pluralidad de pueblos y naciones en la región; es, sobre todo, requisito esencial de la construcción transitoria de sociedades incluyentes, solidarias, justas y conscientes de su responsabilidad en el destino de la humanidad. Ello requiere la implementación de procesos de consulta y participación a todo nivel, en especial para la elaboración de leyes y políticas públicas.

5. Tenemos la certidumbre de que debemos dejar atrás al capitalismo que amenaza la propia vida en el planeta y que a lo largo de siglos de historia ha demostrado absoluta incapacidad de ofrecer condiciones de vida digna para miles de millones de personas en todo el mundo. Condenar al capitalismo implica la condena al neoliberalismo y a los regímenes políticos pseudodemocráticos que utilizan este modelo económico para engordar a las oligarquías extranjeras y nacionales y empobrecer a las mayorías, sobre todo indígenas.

Riesgos

6. Estamos conscientes de que construir un Estado Plurinacional no solo es un proceso largo y difícil, sino que el hecho mismo de plantearse el desafío implica asumir una complejidad que permanentemente estamos enfrentando en países como Bolivia y Ecuador, donde la plurinacionalidad ha sido reconocida constitucionalmente. Sacar del camino y desechar cinco siglos de colonialismo no es tarea de unos años ni de unas cuantas reformas estatales o constitucionales y algunos gobiernos progresistas. Se trata de reconstruirnos recuperando nuestra historia y pasado pero también soñando nuestro futuro de pueblos, culturas, historias y gobiernos. Y esto no es fácil, pero es esencial, vital y definitivo.

7. En los países en que la plurinacionalidad ha sido reconocida constitucionalmente, vemos siempre presente el riesgo de que la construcción de gobiernos autónomos indígenas y originarios se diluya en el entramado de la institucionalidad estatal, restituyendo formas uninacionales y monoculturales basadas en los viejos principios liberales del multiculturalismo de los Estado-nación. 8. Estamos preocupados porque vemos signos de retraso, e incluso negaciones, en la concreción de nuestro derecho a la jurisdicción y autonomía indígena, al derecho al consentimiento previo ante acciones estatales y privadas que nos afecten, al derecho a la representación indígena en toda la estructura de los Estados. Los Estados y los gobiernos de nuestros países deben ser consecuentes en el respeto a estos derechos de nuestros pueblos y naciones, no sólo por estar consignados en el cuerpo normativo internacional sino por ser la base para la construcción real y efectiva de Estados Plurinacionales. No olvidemos tampoco los peligros y presiones desde los intereses imperialistas. 9. El irreversible proceso de transformación de los Estados de la región hacia formas plurales, inclusivas, con equidad de género y plurinacionales conlleva, frecuentemente, el temor de los gobiernos y de las élites nacionales que buscan criminalizar las luchas del movimiento indígena. La lucha de los pueblos indígenas originarios y campesinos por la construcción de Estados Plurinacionales basados en el principio del “Vivir bien” es totalmente legítima, necesaria y alternativa al modelo civilizatorio capitalista, individualista, patriarcal y homogenizador, que nos legó la historia colonial de nuestros países. Desafíos

10. Nos planteamos la urgencia de movilizarnos regionalmente detrás de la consigna de construir Estados Plurinacionales y del innegociable reclamo de que su construcción exige la participación protagónica de organizaciones, pueblos y naciones indígenas. Ello implica mantener nuestra capacidad propositiva y el estado de alerta y movilización permanente ante las formas de negación de los derechos indígenas por parte de los Estados y gobiernos.

11. La construcción de Estados Plurinacionales solo será posible en la medida en que los pueblos y naciones indígenas y originarias y movimientos sociales en general asuman la responsabilidad de abrir espacios plenos de participación y de toma de decisiones al interior de las estructuras estatales y sociales.

12. Es necesario continuar generando espacios de debate, reflexión y construcción de propuestas desde las organizaciones y movimientos sociales e indígenas a fin de profundizar la condición de Estados Plurinacionales y las impostergables transformaciones políticas, económicas y culturales requeridas en nuestros países.

13. Asumimos el desafío de mantenernos como los garantes de los procesos de construcción de Estados Plurinacionales, considerándolos como etapas transitorias hacia la concreción de nuestras utopías históricas y como los sujetos sociales y políticos que el colonialismo históricamente nos ha negado y que ahora revertimos en la búsqueda de una real y plena autodeterminación.

La Paz – Bolivia, febrero de 2011.

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