El COSIPLAN es una iniciativa de discusión política y estratégica de programas y proyectos para implementar la integración de la infraestructura regional de los países miembros de la UNASUR. Su objetivo es desarrollar la IIRSA, “una respuesta consensuada a los retos de la integración efectiva y a las crecientes necesidades de infraestructura de América del Sur iniciada en 2000”.
“Desde ese momento, la IIRSA se constituyó como un foro de coordinación de acciones intergubernamentales, con el objetivo de promover el desarrollo de las infraestructuras de transporte, energía y comunicaciones que fortalezcan la integración física de los doce países suramericanos, bajo un patrón de desarrollo territorial equitativo y sustentable”, valora el COSIPLAN.
El COSIPLAN terminará recogiendo de algún modo los esfuerzos y avances logrados por la IIRSA en sus 10 años de existencia. Hacia fines de 2009, la IIRSA contaba con una cartera de 510 proyectos distribuidos en 47 grupos con una inversión estimada de 74.500 millones de dólares.
Casi un 74% de esta cartera presenta avances concretos, de los cuales el 10% de los proyectos se encuentran concluidos (US$ 6.179 millones); 36% están en ejecución (US$ 37.370 millones) y 28% en fase de preparación (24.595 millones).
En abril de 2010, el COSIPLAN elaboró un Plan de Acción que entre otras cosas impulsa “la construcción de una visión suramericana estratégica e integral de la infraestructura regional que propende al equilibrio y cohesión territorial, como así también el desarrollo humano en armonía con la naturaleza”.
Está previsto que el COSIPLAN y el Consejo Energético Suramericano inicie acciones en temas claves que competen a ambos organismos.
Por su parte, la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA) denunció que varios gobiernos están impulsando fuertemente megaproyectos en la Amazonia sin considerar el procedimiento de consulta a los pueblos afectados, como lo establece normas internacionales como el Convenio 169 de la OIT.
La Coordinadora informó que en su generalidad estos emprendimientos de la IIRSA no toman medidas preventivas serias que eviten impactos ambientales sociales y culturales en los territorios Indígenas.
“Desde hace 40 años las empresas petroleras han explotado en nuestras comunidades sin previa consulta y consentimiento a las organizaciones, provocando la contaminación de nuestras aguas, trayendo enfermedades y confrontaciones entre comunidades”, declaró Blanca Gresa de la Confederación de las Nacionalidades Indígenas de la Amazonia Ecuatoriana (CONFENIAE).