Entre otros objetivos, el encuentro a realizarse en el Círculo Aviador en Río de Janeiro, pretende develar los impactos socioambientales, culturales y económicos causados por emprendimentos financiados por uno de los mayores bancos de fomento del mundo –mayor hasta que el capital sumado del Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el estadounidense Eximbank–.
La propuesta del encuentro, que debe reunir cerca de 200 personas de todo Brasil, es dar voz a las poblaciones directamente afectadas por la pérdida de sus territorios, la destrucción de los modos de vida tradicionales, la eliminación y precarización de puestos de trabajo y la desorganización de la producción de alimentos y del trabajo esclavizado. Estos grupos también se ven afectados por la deforestación y la degradación de los ecosistemas, la privatización de los ríos y cursos de agua, los conflictos por la tierra y la explotación intensiva de los recursos naturales.
Con un presupuesto récord de 160 billones de reales (más de 92.000 millones de dólares) para el 2009, hace varios años que el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) asume un papel central en la definición del tipo de desarrollo en el Brasil. Así da prioridad a la financiación de las multinacionales brasileñas y extranjeras en los sectores de etanol, energía hidroeléctrica, celulosa (pulpa) y papel, minería, acero y agricultura, con altos costos ambientales. Del total desembolsado en el 2008, sólo el 10 por ciento fue dirigido a micro y pequeñas empresas, mientras que las grandes compañías ya consolidadas incluso en el mercado internacional, recibieron el 76% de los recursos. La Plataforma BNDES reivindica que el Banco apoye un desarrollo que no concentre las rentas, no promueva la exclusión de los derechos y contribuya a superar las desigualdades.
«Es hora de exponer y recoger la co-responsabilidad del Banco en relación con estos impactos. De hecho, el BNDES es el responsable de un modelo de desarrollo basado en la especialización productiva en sectores intensivos en la naturaleza, sólo beneficia a las grandes empresas nacionales y multinacionales con la generación baja de empleos y grandes impactos sociales y ambientales en los territorios «, dijo Luiz Dalla Costa, de la coordinación nacional del Movimiento de Afectados por las Represas (MAB) y de Vía Campesina.
Además de los cuantiosos fondos que da a un grupo pequeño y privilegiado de las empresas, el BNDES también posee participaciones en varias de estas empresas. En el sector minero, por ejemplo, es accionista de Vale, lo que le hace directamente responsable de cerca de dos mil despidos realizados por la empresa minera recientemente. En la ganadería, el BNDES Participaciones (BNDESPAR) tiene participación del 26,9% en Bertin y participación de 19,4% en JBS Friboi y, por tanto, también en parte responsable de la deforestación de la Amazonía provocada por los agricultores. En el sector del etanol, el BNDES es un importante accionista de Brenco (Empresa Brasileña de Energía Renovable), que tiene un proceso por explotación de trabajadores en condiciones similares a la esclavitud. El BNDES financia con 13 billones de reales (unos 7.500 millones de dólares) a las represas hidroeléctricas en el Río Madera, también marcadas con el trabajo esclavo. El Banco actúa también en la internacionalización de las empresas de estos sectores, en particular en América del Sur y África.
Hay que aclarar que, a pesar de dar prioridad a las inversiones de grupos privados, los fondos de BNDES provienen principalmente del Fondo de Apoyo al Trabajador (FAT) y del Tesoro Nacional. «Queremos que el BNDES, un banco 100% estatal, cumpla el papel de un banco 100% público. No hay ninguna justificación para invertir el dinero de los trabajadores en las empresas millonarias, mientras que Brasil sigue siendo uno de los campeones de la desigualdad social en el mundo. La Plataforma BNDES demanda que el Banco financie un modelo de desarrollo equitativo», dice Gabriel Strautman, secretario ejecutivo de la Red Brasil sobre Instituciones Financieras Multilaterales.
Otras demandas de las organizaciones que integran la Plataforma son la adopción de una política clara de información (de toda la cartera de proyectos privados, la clasificación de riesgo ambiental de los proyectos, los criterios para su aprobación, las empresas y los proyectos beneficiados por la financiación a las inversiones fuera del país) y la adopción de criterios sociales y medioambientales en la revisión y concesión de crédito.