Mi abuela Cecilia Suarez, tenía dos enfermedades crónicas una era una gripe fuerte y otra una *Erisipela en el pie. En el caso de la Erisipela llevaba varios anos padeciendo esta enfermedad que los médicos le decían que era incurable. Intento de todo para curarse, recetas médicas y toda clase de brebajes y ungüentos. Sin embargo, no lograba sanarse. Hasta que un día de verano en el cenit, la mitad del día caliente y tropical. Después de almorzar se fue descansar la siesta como era de costumbre en aquella época. Se durmió y tuvo un sueño. Soñó que había un globo transparente que flotaba en el aire. Dentro de ese globo había dos personas un hombre y una mujer semidesnudos. Del cielo el globo bajo lentamente hasta posarse en el patio de la casa, ubicado en el barrio las brisas del acre. Las dos personas bajaron del globo y se dirigieron donde estaba mi abuela durmiendo. La despertaron y le dijeron:
-Usted está enferma y nosotros sabemos como curarla- dijo la mujer, una esbelta mulata.
– Preste atención- Dijo el hombre.
Luego la Mujer dijo:
– Para su gripe fuerte usted debe oler querosén al amanecer y antes de dormir y tome zumo de paico (Caré) – Además haga infusión de grasa de gallina con una gota de querosén y miel de abeja, tome una cucharada caliente antes de dormir.
Luego el hombre dijo:
-Para curar su erisipela vea, hay una planta en la orilla del curichi allí cerca de su casa. Hay dos tipos de flores una roja y una blanca. Saque la flor blanca y machúquelas y la pone en emplasto en su pie y va sanar.
Luego de decir esto los dos viajeros le dijeron adiós, buena suerte y se marcharon. Se subieron al globo y se elevaron hasta perderse entre las nubes.
Cuando la abuela se despertó de la acostumbrada siesta se acordó del sueño y pensó:
-Será cierto lo que soñé, no pierdo nada con intentar- De esa manera procedió meticulosamente y exactamente lo que le habían indicado en el caso de las dos enfermedades crónicas y logro curarse milagrosamente. Ella dice. Que Dios le envió ese sueño para poder curarse. Y que con las plantas y la medicina natural con un poco de fe y oraciones ella pudo curarse. Esto me lo contó mi abuela cuando yo aun era un niño y ahora se lo cuento a ustedes para que sepan estas cosas.
Esta historia la hago presente en homenaje a mi abuela Cecilia Suarez, que falleció hace muchos años. Fue mi segunda madre y la tengo tan presente porque tenía un corazón de oro.
Cobija, 1 de septiembre de 2014.