sostendrán hasta el final el vértigo en los abismos de la ternura
verán su cuerpo libre arder en la belleza vislumbrada en los confines del mundo
como esa tarde en que llovía en el silencio del combate
todo caía dulcemente y su cuerpo fue la tierra
fuego con el brillo perturbador de la mirada de alguien que mataron y amaron
fuego quemando el cuero del dolor del mundo con que se defendieron infantilmente
fuego ardiendo ciudades de soledad, en el vértigo de balas incesantes como mariposas insanas
fuego ardiendo las máscaras de la fe
fuego del descarne salvaje en éxtasis hasta los huesos hasta esa paz indestructible, tan similar a las montañas
Valle Hermoso, 30 de noviembre de 2013.