Niños del mundo
Si cae Bolivia —digo, es un decir—
Si cae la dignidad alumbrada y el fervor parido y por parir
Si cae ese desalambrar las flores y el vino y abrirle la puerta al regocijo entre hermanos
Si cae el no morir ni en agosto ni en octubre y renacer siempre en enero
¿Dónde ampararemos nuestras ilusiones?
¿Dónde nos amputaran el alma?
¿Dónde nos tocará la varita mágica de la soberanía?
¿Dónde la agasajamos a la memoria?
¿Dónde nos quedará la patria y la matria de Julio Huasi y todo aquello que nos inspira?
Niños, niños del mundo
Si cae Bolivia, e insisto que es un decir
Si cae la huella y su sombra
Si cae la nieve, si cae el sol, si se cae la luna
¿Cuándo nos volveremos a encontrar o acaso soñar en pascana tan fecunda?
¿Cuándo volveremos a decir: este es mi sol y esta es mi luna?
¿Cuándo nos volveremos a encontrar o acaso imaginar, dime a dónde, si abolimos al sol, si hacemos gemir a la luna?
Niños
Niños del mundo
No hay piedad ni menos tregua
No puede haberla mientras sigamos encantando a los pájaros, a todos, y las aves sean nuestras aliadas estratégicas
Ansío un mundo que vuela, que se echa a andar para ustedes, mundo con alas, mundo que no cesa de volar
Niños de la Tierra
Ansío un mundo como la Bolivia que no puede, que no debe caer
Ansío el ansia de un mundo donde se conjuguen la coca, mama coca, Inal Mama con Amy Winehouse
Laureles, Lauras, heridas y dagas para celebrar
Si cae Bolivia —digo, es un decir—
Se angostaran las quebradas hasta que nos asfixien
Se quebraran las alas de los cóndores —se morirán los pichones de los cóndores, los pollitos de los Andes se morirán
Se opacaran las estrellas del cielo de la noche —y Saturno o Júpiter escupirán lágrimas de hielo o éter o pesadumbre sobre la galaxia, sobre el horizonte
Y todo volverá a ser lo que nunca deseamos ni lo sentimos
Sino esa absurda marca del destino no cumplido
Sino ese silencio cómplice, como el que mató, nos terminó matando, a 30.000 compañeros detenidos desaparecidos, allá en el sur…
Niños, niños
Quiero que lo sepan: niños
Aquí, se juega la alborada y el sino y el ave fénix de todos los pueblos y aquí estamos solos
¡Vengan con nosotros!
Aquí, se vuelve al principio para buscar un final y un futuro, y tal vez ni siquiera lo entendemos
¡Vengan, acudan, los esperamos!
Aquí, vivimos entre la montaña y la selva y estamos solos, absolutamente solos, entre la montaña y la selva
Vengan, no lo piensen, ¡NO PIENSEN!, ¡vengan con nosotros!
¿Cómo haremos para que los colibríes nos digan su verdad?
¿Cómo insistiremos en el hacer y el crear?
¿Cómo no nos bajamos, cómo no nos caemos en nuestra intensidad?
Son cuestiones de ustedes y de nosotros, pero unidos
En ritual que espante la tristeza y la mala leche y las fobias y a los verdugos
Unidos porque nos necesitamos así, siempre así
Niños del mundo, niños de Bolivia, niños
Todos los niños que vendrán
Si cae Bolivia nos jodemos todos
Si cae Bolivia nos jodemos juntos
Ustedes y nosotros, juntos.
Río Abajo, 24-25 de octubre de 2013
Notas:
[*] Desde el vamos, lo aclaro para que los necios no se conjuren contra mí: el título y algunas cuestiones más son una re-apropiación sensible, y mi homenaje eterno, a César Vallejo. Inal Mama se lo agradezco a “Chichizo” López. Amy Winehouse a Julio Barriga.