Los asentamientos no autorizados, el cultivo agrícola y de coca, la minería ilegal, los incendios forestales, la tala de madera, amenazan las áreas forestales de los Parques Nacionales informó el director del (Servicio Nacional de Áreas Protegidas) SERNAP, Saúl Chávez.(1)
Chávez admitió la persistencia de asentamientos ilegales y los cultivos de cocales en el Parque Nacional Madidi y en el área de Pilón Lajas en el Departamento de La Paz, en el Parque Nacional Carrasco en el Departamento de Cochabamba y en el Parque Amboró en Santa Cruz.
A estas áreas se suman los conocidos avasallamientos anteriores no resueltos en el Parque Nacional del Choré y en el Parque Tunari y el lento pero sin pausa avance cocalero en el área circundante al Polígono 7 en el TIPNIS.
Recientemente el 21 de marzo de 2013, Marcelino Janco, Director del Parque Nacional Carrasco denunció la intensión de 400 colonos de invadir el área para cultivar Coca.(2) Se trataría de reincidentes que fueron expulsados pero que se han reorganizado y no hacen caso al pedido del Presidente de no invadir ningún Parque Nacional.
La explotación maderera ilegal se ha intensificado en la Reserva de la Biosfera Pilón Lajas, especialmente en la frontera con el Perú y pese a las denuncias no existen acciones efectivas para sancionar a los responsables y activar mecanismos de mayor control y fiscalización. Los indígenas Tsimanes y Mosetenes de esta área sufren constantes avasallamientos y presión sobre el territorio de parte de los colonizadores denominados interculturales.
En un futuro cercano, la exploración de hidrocarburos en la Amazonía puede dañar el medio ambiente y es otra amenaza que se cierne en Áreas Protegidas y Tierras Comunitarias de Origen, entre ellas el TIPNIS, Pilón Lajas, Madidi y Manuripi, y otras áreas de tierras bajas.
El efecto principal de los avasallamientos y actividades de explotación es la desforestación de los bosques, la pérdida de biodiversidad que pone en riesgo la supervivencia de las comunidades indígenas que habitan varias áreas protegidas
Las áreas protegidas y los parques nacionales protegen la naturaleza, preservan la biodiversidad, purifican el aire, conservan las fuentes de agua, protegen la erosión de los suelos, producen lluvias, promueven conciencia ecológica, contribuyen a la investigación, la educación y aportan a la economía local de las comunidades y pueblos indígenas.
Las áreas protegidas son una alternativa al desarrollo sustentable de las comunidades locales por su biodiversidad y paisajismo. Existen alternativas económicas, como el turismo ecológico, para preservar los parques nacionales y los bosques, un ejemplo de ello son los programas turísticos en el Parque Madidi y Pilon Lajas.
La investigación científica de la diversidad biológica también puede aportar en el conocimiento de propiedades medicinales para curar enfermedades.
La finalidad de las Áreas Protegidas es preservar el medio ambiente adoptando mecanismos de protección del agua, la flora y fauna y su manejo sostenido y sustentable, de manera que permita a los pueblos de las comunidades a vivir en armonía con la naturaleza.
Es conocido que la falta de personal y de recursos económicos son factores que impiden que el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNAP) efectúe acciones más contundentes para evitar los avasallamientos. Sin embargo, a ellos se suma la falta es voluntad política de las instituciones competentes del Estado Plurinacional para coordinar y realizar acciones efectivas para evitar nuevas invasiones en las Áreas Protegidas y sancionar a los responsables.
Por un lado se dice que hay que respetar los parques y no invadirlos pero, por otro, existe una pasividad cómplice de parte del Gobierno que se traduce en la falta de voluntad y de acciones para desalojar a los colonizadores e impedir nuevos avasallamientos.
Las Áreas Protegidas y los Parques Nacionales son Patrimonio Ecológico de la Nación Boliviana y no bastan discursos de protección a la Madre Tierra; hay que actuar en consecuencia.