El modelo capitalista de consumo está agotando los recursos naturales y envenenando el planeta. Inclusive los países de corte progresista como el nuestro también explotan de manera irracional los recursos naturales estratégicos sin cuidar el medio ambiente con el argumento de generar riqueza y distribuir a los más pobres pero, al final, tampoco resuelven el problema de la desigualdad social.

La sociedad en su conjunto, en especial las nuevas generaciones, no puede estar al margen del conocimiento de la realidad ambiental que tiene efectos catastróficos y apocalípticos para el planeta. Lo grave es que no existe una educación ambiental en el país y por eso la exigencia y la urgencia de implementarla.

El deterioro ambiental en el planeta nos está llevando a la destrucción de la naturaleza y del ser humano.  Estos temas están en el debate internacional y no pueden pasar desapercibidos en el sistema educativo nacional.

El calentamiento global a causa de las emisiones de gases de efecto invernadero de los países ricos nos está llevado a un camino sin retorno de progresiva destrucción de la naturaleza. La causa principal son las emisiones de gases, principalmente de dióxido de carbono  que se concentran en la atmósfera y el calor solar queda atrapado.  Las mayores emisiones de CO2 son realizadas por los países desarrollados y ocurren por la quema de combustibles fósiles como el carbón vegetal y derivados de petróleo utilizados por las fábricas industriales, plantas generadoras de energía y la combustión de combustible de millones de automóviles. Otra causa, es la quema anual de millones de hectáreas de bosques tropicales. Los efectos cada vez más frecuentes de esta situación son las sequías, inundaciones, heladas,  deshielo polar, tormentas y ciclones, etc.

Es pues, una responsabilidad ética y  moral del Estado  poner de manifiesto esta realidad a las nuevas generaciones a través del sistema educativo formal e informal y a través de los medios de comunicación social. Solo de esta forma estaremos contribuyendo en la formación de una conciencia colectiva que pueda movilizar a la sociedad en la lucha ecológica mundial por la salvación de nuestro planeta.

A su vez, nuestro país tiene sus propios problemas ambientales que deben ser socializados a través del sistema educativo nacional. Los problemas ambientales por el modelo irracional  de explotación  acelerada de los recursos naturales como  la explotación petrolera y gasífera, la minería, y el agro negocio deterioran nuestro medio ambiente.

En nuestro país se han concesionado a las transnacionales grandes bloques petroleros en tierras bajas que pueden afectar  parques nacionales y territorios indígenas y que pueden destruir las fuentes de agua para el consumo humano y el hábitat de los peces que son parte de la dieta alimenticia de los pueblos amazónicos.

Bolivia sigue siendo un país minero y la explotación de minerales contamina acuíferos subterráneos, ríos y arroyos  que son fuentes de agua de consumo humano y de peces y por lo tanto peligroso para la salud de los pueblos.

Cientos de miles de hectáreas de bosques son destruidas en el país  debido a la desforestación para el agronegocio, especialmente en el Departamento de Santa Cruz de la Sierra.

La introducción de semillas transgénicas y la utilización excesiva de productos químicos en el agronegocio está destruyendo el patrimonio genético de nuestras semillas originarias y afectan la salud humana.

Otro gran  problema ambiental en las ciudades del país son  las toneladas de residuos sólidos y líquidos que contaminan el aire y las fuentes de agua circundantes por la falta de un manejo adecuado.

La construcción de grandes obras de infraestructura vial destinada al transporte de materias primas resultado de  la explotación de los recursos de  la naturaleza y la circulación de mercancías para el mercado de consumo, afecta negativamente a los pueblos rurales y territorios indígenas.

Todos estos problemas ambientales tanto del país como globales y las diferentes visiones y corrientes sobre esta temática deben estar incorporados en los contenidos de la nueva educación boliviana y contribuir en la formación de una conciencia crítica. La nueva educación ambiental debe  tener la capacidad de superar la educación colonialista que destruyó el sistema  de saberes y conocimientos de los pueblos originarios que contribuía a una relación armónica con la naturaleza y protegía el medio ambiente.

Con la nueva Ley Educativa Avelino Siñani se plantea una transformación educativa  basada  en el diseño y construcción de una nueva malla curricular. En este sentido es oportuno insertar una educación ecológica y ambiental, teórica-practica, en todos los niveles del Sistema Educativo Nacional.

En varios capítulos de la Nueva Constitución Política del Estado Plurinacional se establece la necesidad de proteger el medio ambiente y la naturaleza. Estos contenidos complementados con la experiencia de la educación ambiental en varias escuelas y regiones del país, además de  toda la producción científica mundial sobre el tema, también deben ser incorporados en la Nueva Educación Ambiental.

Paralelamente a la educación formal se hace necesario difundir conocimiento sobre la problemática ambiental en la educación informal y en los medios de comunicación para formar una conciencia popular colectiva sobre lo que se debe hacer para preservar nuestra biodiversidad y tener un medio ambiente saludable.

Como parte de la comunidad social, Interpelamos y exigimos la responsabilidad social e histórica de nuestros gobernantes en la implementación de una educación ambiental crítica y reflexiva en el país. La pregunta es:  ¿ El Estado Plurinacional tendrá la capacidad de  impartir una educación ambiental que construya ciudadanos críticos frente al modelo del ecocidio capitalista  cuando en el país se está implementando un modelo económico de explotación de los recursos naturales, de exportación de materias primas sin valor agregado y que está  deteriorando  el medio ambiente?

Mientras tanto, las fuerzas vivas de la sociedad organizada tienen la responsabilidad de plantear esta necesidad urgente de conocer, debatir y actuar en la edificación  de  una cultura de preservación  y construcción  de un medio ambiente saludable.