A partir del análisis de restos del Sifrhippus, antepasado de los caballos modernos, descubiertos en un yacimiento en la cuenca del río Bighorn, al oeste de Wyoming Estados Unidos, expertos de la Universidad de Nebraska-Lincoln y del Museo de Historia Natural de la Universidad de la Florida concluyeron que mientras mayor sea la temperatura mayor es el tamaño de los animales.
En apenas 130 mil años, el Sifrhippus perdió un 30% de su masa corporal, pues llegó a pesar 3,8 kilogramos, el tamaño de un gato, pero en los 45 mil años posteriores alcanzó 6,8 kilogramos, aseguran los investigadores en un artículo de la revista Nature.
Estos cambios ocurrieron en el máximo térmico del Paleoceno-Eoceno (MTEP) período de 175 mil años en el cual las temperaturas subieron seis grados Celsius producto de las emisiones de dióxido de carbono lanzadas a la atmósfera por la intensa actividad volcánica.
De igual forma, los coyotes antiguos eran más robustos que los actuales, según restos óseos descubiertos en depósitos de alquitrán, que datan del Pleistoceno (hace 2,59 millones de años y 12 mil años). Estos animales eran grandes y muy parecidos a los lobos. Pero en el Holoceno (los últimos 11.784 años) los coyotes eran más similares a los actuales, según los resultados de un estudio publicado por la revista Procedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
El estudio de restos óseos evidenció pocas diferencias morfológicas entre los lobos del Pleistoceno y el Holoceno. Sin embargo, los coyotes del Pleistoceno eran más grandes y robustos que los del Holoceno. Según los científicos, el antagonismo entre ambos se produce porque la dieta es muy parecida, aunque los métodos de caza difieren.
Mientras los lobos cazan en jauría y se especializan en grandes presas, los coyotes son solitarios y capturan animales pequeños como roedores y conejos. Pero los coyotes también suelen ser oportunistas con comportamientos variables de caza y captura a causa de su tamaño intermedio y adaptabilidad.
La pregunta que se hacen ahora los científicos es si la respuesta evolutiva será igual ante un futuro cambio climático. Se estima que en los próximos 100 años la temperatura global podría aumentar cuatro grados como resultado de la acción humana, principalmente.
Marsupiales enormes en Australia
Un marsupial gigante parecido a los koalas modernos que vivió hace 15 millones de años pobló las copas de los árboles en Australia. El animal llamado Nimbadon lavarackorum pesaba 70 kilogramos y tenía garras poderosas, reveló el investigador Karen Black de la Universidad de Nueva Gales del Sur.
Fósiles de estos mamíferos fueron descubiertos en el yacimiento arqueológico Riversleigh en Australia y permitieron a los científicos estudiar su desarrollo craneal, así como los cambios ambientales que los afectaron en la prehistoria. Los actuales wombat son descendientes lejanos de este animal que se movía en manadas como los canguros y se alimentaba de frutos en la copa de los árboles.
También en Australia fue encontrado en una granja en Queensland el esqueleto completo de un marsupial gigante de unas tres toneladas que habitó la zona hace dos millones de años. Se trata de una especie de vombátido (Vombatidae), una familia de marsupiales diprotodontos conocidos como wombats o uómbats, cuya alimentación se basada en hierbas.
Hallan fósiles de arácnidos y pulgas gigantes de 165 millones de años
Un equipo de paleontólogos halló en Mongolia fósiles de pulgas gigantes pertenecientes a las especies Pseudopulex jurassicus y Pseudopulex magnus, que vivieron hace 165 millones de años. Esos insectos, 10 veces más grandes a las pulgas actuales, tenían una mandíbula suficientemente fuerte para alimentarse de la sangre de los dinosaurios, cuya piel era probablemente muy dura, explicaron expertos de la Universidad Estatal de Oregón.
Su proboscis, apéndice tubular con el que extraían la sangre, podía causar una sensación parecida a la de una aguja hipodérmica, comparó George Poinar en un artículo publicado por la revista Current Biology.
Expertos del Instituto de Geología y Paleontología de Nanjing, de la Academia de Ciencias de China, suponen que los fósiles de pulgas gigantes datan del Período Jurásico Medio. Se trata de la evidencia más antigua hasta ahora conocida de la existencia de esos animales, de acuerdo con el científico Huang Diying.
Las pulgas antiguas tenían una longitud de dos centímetros, mientras que las modernas son típicamente de entre uno y tres milímetros. Además, carecían de patas traseras tan poderosas como las actuales, aunque sus cuerpos planos les facilitaba el fijarse a una gran variedad de animales.
Por otro lado, el año pasado fueron hallados en China los mayores restos fósiles de una araña que habitó hace 165 millones de años, de una familia de arañas muy conocida en la actualidad, las tejedoras de seda dorada, revelaron investigadores de la Universidad de Kansas en un artículo de la revista Biology Letters. La araña denominada Jurassica Nephila mide unos 15 centímetros y es el fósil de arácnido más grande conocido, precisó el especialista Paul Selden.
El invertebrado más grande del Cámbrico
Paleontólogos de la Universidad de Yale hallaron fósiles de una especie de animal marino, el invertebrado más grande del período Cámbrico que habitó en los fondos oceánicos de Marruecos hace unos 542 millones de años.
Se trata de un anomalocarídido, una especie gigante con una longitud de un metro, talla diferente a la descrita hasta ahora por la comunidad científica sobre esos animales. Los restos revelan una serie de placas afiladas sobre el lomo del animal, las cuales podrían ser las branquias.
Los anomalocarídidos son uno de los grupos animales más emblemáticos del ese período, indicó Derek Briggs, director del Museo Peabody de Yale de Historia Natural. Esos depredadores invertebrados, gigantes y recolectores de residuos, simbolizan las morfologías desconocidas, lo que supone un punto de partida evolutivo que se convirtió después en los modernos animales marinos.
De otra parte, fueron encontrados en Marruecos restos fósiles de depredadores gigantes de cuerpos blandos que habitaron la Tierra hace 488 o 472 millones de años. Estos animales de la familia de los anomalocarídicos, parecidos a las gambas, dominaron los mares mucho tiempo antes de lo que se creía, informó la revista Nature.
Investigadores de la Universidad de Yale, autores del hallazgo, indicaron que estos animales poseían dos afilados apéndices que salían de su boca, que les permitía romper las duras corazas de pequeños artrópodos como los trilobites. Son de mayor tamaño que los anomalocarídicos del Cámbrico Medio que medían hasta un metro.
Descubren lagartos y ranas diminutas
Nuevas especies de lagartos tan pequeños como una uña humana y ranas de apenas 7,7 milímetros de longitud fueron descubiertas en la isla de Madagascar y Papua Guinea, respectivamente. Las especies se encogen a través del tiempo con el fin de adaptarse a un hábitat restringido.
Investigadores de la Universidad Técnica de Brunswick de Alemania hallaron en la isla africana de Madagascar tres especies de lagartos denominados Brookesia tristis, Brookesia micra, y Brookesia desperate, cuyos ejemplares jóvenes pueden pararse sobre la cabeza de un fósforo. Como son tan pequeños y vulnerables fueron nombrados tristis (triste) o desperate (desesperado), explicaron los expertos en la revista PLoS One.
Los pequeñísimos reptiles viven por el día entre las hojarascas, pero salen en la noche. Los de menor tamaño fueron descubiertos en un pequeño islote de piedra y pueden representar un caso extremo de enanismo. Este fenómeno evolutivo se produce cuando una especie se encoge a través del tiempo con el propósito de adaptarse a un hábitat restringido.
“Es posible que la isla grande de Madagascar haya producido un grupo general de camaleones enanos y la isla menor una especie aún más pequeña”, explicó Frank Glaw, de la Zoologische Staatssammlung, un grupo alemán de investigación de sistemas zoológicos y autor principal del estudio.
A simple vista los camaleones enanos eran físicamente similares, pero un análisis genético permitió comprobar que se trata de especies distintas. Los científicos piensan que estas se diferenciaron genéticamente hace millones de años, mucho antes que otras.
Por otro lado, en Australia fue descubierta una especie de tiburón híbrido más pequeño de lo normal, probable signo de la adaptación de los escualos al cambio climático. La investigación, encabezada por Jess Morgan, de la Universidad de Queensland, patentizó el hecho de que la reproducción cruzada entre el tiburón punta negra (Carcharhinus melanopterus) de Australia y el de otros lugares del mundo ha tenido frutos satisfactorios.
El tiburón punta negra de Australia es más pequeño que aquellos más comunes en otros lugares y sólo puede vivir en aguas tropicales, pero sus descendientes híbridos fueron ubicados a dos mil kilómetros al sur, en aguas mucho más frías. Morgan especificó que al reproducirse con la especie común, el tiburón australiano aumenta su hábitat natural, lo cual permite la adaptación al cambio de temperaturas.
Además, en Papua Nueva Guinea fueron encontradas tres especies de ranas diminutas. La ranita Paedophryne amauensis de apenas 7,7 milímetros de longitud es el vertebrado más pequeño del mundo, desplazando al pez Paedocypris progenetica, de ocho milímetros, localizado en los mares de Indonesia. Fue descubierta por Allí Chris Austin, de la Universidad Estatal de Luisiana, informó la revista PLoS One.
Poco antes, el investigador Fred Kraus, del Museo Bishop en Hawai encontró dos especies de anfibios pertenecientes al género Paedophryne que miden apenas entre ocho y nueve milímetros. Recibieron en nombre de Paedophryne dekot y Paedophryne verrucosa, según la revista Zookeys.
En la isla de Borneo también fue encontrada en 2010 otra rana diminuta denominada Microhyla nepenthicola, cuyos machos miden entre 10,6 y 12,8 milímetros.
Hallan la especie de mamut más pequeñaUn equipo de investigadores halló una especie de mamut de menos de un metro, la más pequeña que se conoce hasta ahora, publicó la revista Proceedings of the Royal Society B. El mamut nombrado mamutus creticus fue descubierto en Cabo Malekas, Creta, en 1904, pero no fue hasta ahora que expertos del Museo de Historia Natural de Londres determinaron que se trataba de una especie de proboscídeo desconocida para la ciencia.
Antes se creía que sus restos pertenecían a un descendiente del Palaeoloxodon antiquus, elefante de colmillos rectos que se extinguió y cuyos huesos se han encontrado en islas del Mediterráneo como Sicilia, Marta y Chipre. A diferencia de sus gigantescos parientes de gran tamaño, este animal que vivió hace 3,5 millones de años media menos de un metro de altura, lo que pudo deberse a que vivió en una isla, por lo que se trata de un caso de enanismo insular.
Este animal pesaba apenas 300 kilogramos, lo que constituye la mitad del peso de otro mamut enano conocido, el M. lamarmorai. De acuerdo con los expertos, la variedad enana de mamut es descendiente de una de las dos especies europeas de mamut desaparecidas hace 800 mil años, la meriodionalis o la umanus.
"Nuestros descubrimientos muestran que en Creta el enanismo insular se produjo en un grado extremo, dando lugar a la especie de mamut más pequeña que se ha conocido nunca, señaló Victoria Herridge, quien lideró esta investigación.
Con información de Prensa Latina.