Los países de la Comunidad Andina registraron en 2011 un crecimiento significativo en la llegada de visitantes de otras latitudes. De dos millones 588 mil en 2002 pasaron a seis millones 185 mil el pasado año, provenientes fundamentalmente de Europa, Estados Unidos, el resto de Sudamérica, Centroamérica y el Caribe. El turismo intraregional también aumentó de 606 mil a 1,3 millones de viajeros.
La región tiene potencial para convertirse en un macro destino turístico, pues posee una gran variedad de recursos naturales que invitan a ser conocidos. “También posee una gran riqueza cultural, como lo testimonian sus monumentos arqueológicos, gastronomía, folklore, costumbres y tradiciones, entre otros”, subrayó el secretario general de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) Adalid Contreras.
Esos fueron los atractivos presentados con éxito en la XXXII edición de la Feria Internacional de Turismo de Madrid en enero pasado, ante la presencia de 167 naciones. “Bolivia tiene el lago Titicaca, que comparte con Perú, que a su vez posee Machu Picchu y un reconocimiento internacional de calidad de su cocina. Ecuador tiene naturaleza y la isla Galápagos”, destacó el ministro de Comercio, Industria y Turismo de Colombia Sergio Díaz-Granados.
Recordó que Colombia muestra una gran biodiversidad y un turismo de naturaleza junto a sol y playa, ya que este país es el único caribeño de los cuatro del área andina. “Son naciones complementarias. Cuentan con casi el mayor porcentaje de Los Andes y al mismo tiempo son del Pacífico, del Caribe y amazónicos”, resumió el ministro colombiano.
El ministro colombiano consideró que su país, más Perú, Ecuador, Bolivia y Venezuela tienen amplias posibilidades de mejorar la conectividad aérea dentro de la comunidad andina y fuera de ella. El objetivo principal es generar mejores oportunidades en las tarifas de los aviones y en paquetes turísticos en general. Con ese propósito recientemente Colombia y Ecuador acordaron considerar nacionales todos los vuelos entre ambos países, para bajar las tasas y los impuestos.
En ese sentido sería efectivo dinamizar el flujo turístico interregional como un primer paso, para luego lanzarse con fuerza al exterior y atraer mercados más distantes, algo que ya acordaron los integrantes de la CAN a finales del pasado año en una reunión del Comité Andino de Autoridades de Turismo.
Durante la cita se analizó, además, la creación de un sistema andino de información turística y unificar estrategias en la lucha contra la explotación sexual infantil vinculada a la industria del ocio. También se acordó consolidar la Cuenta Satélite de Turismo (CST), iniciada en septiembre de 2008 para reunir datos y medir el aporte que genera el turismo a las economías de los países miembros.Turismo comunitario
Esta modalidad turística, que surgió después de la Cumbre de la Tierra en 1992 en Río de Janeiro, se ha convertido en una formidable alternativa para la sostenibilidad ambiental del turismo y la lucha contra la pobreza. Su esencia radica en la participación directa de las comunidades mediante la creación y gestión de emprendimientos comunitarios, protagonizados por todos aquellos aspectos que conforman la cultura andina.
Con esta opción se promueve la revalorización, conservación, preservación y difusión de los rituales, tradiciones, folklore, arte, usos y costumbres de las naciones asentadas a lo largo de la gran Cordillera de Los Andes, especialmente vinculada a la nación Aymara y Quechua.
La decisiva participación de los gobiernos nacionales ha propiciado en Perú el Programa Nacional de Turismo Rural Comunitario, en Ecuador el Plan Estratégico del Turismo Comunitario, el Programa de Turismo Rural de Venezuela y el Plan Nacional de Turismo 2006-2011 de Bolivia. Sin ninguna imposición, sino por iniciativas propias y en concertación con las localidades rurales andinas, se puede asegurar que gracias a sus atractivos está siendo muy valorada la cultura ancestral de esas regiones.
A ello se le suman las opciones de Ecoturismo y Turismo de Naturaleza, de Deportes y Aventura y el Agroturismo, encaminados a poner en contacto a los visitantes con elementos culturales y naturales ubicados fuera de los perímetros y zonas de influencia inmediata de los centros urbanos. Se trata de que los servicios turísticos sean activados y operados directamente por las comunidades y residentes de las zonas rurales y que, a su vez, sus beneficios se integren en la economía local diversificándola.
Promocionan una ruta milenaria del Amazonas al Caribe
El 2 de marzo de 1987 partió desde Quito un grupo de expertos en diversas especialidades para recorrer territorios ancestrales a lo largo de 17.422 kilómetros por las corrientes fluviales del Orinoco, el Amazonas y el Mar Caribe, con puntos de contacto en una veintena de países. La gesta organizada por el cubano Antonio Núñez Jiménez y el ecuatoriano Lenín Ortiz permitió establecer que debieron existir rutas desde la Amazonía a distintos puntos del continente, en este caso hacia el Caribe.
La idea inicial de la probable movilización de los pueblos tanto por vías fluviales como por caminos terrestres confirmó la presunción del tronco común de la población iberoamericana en este continente, lo cual están constatando los arqueólogos ecuatorianos en sus pesquisas y hallazgos.
Según la arqueóloga María Molestina, esa ratificación de que los pueblos estuvieron unificados desde la época prehispánica hasta el siglo XIX, en que ocurrió la división con la fundación de las repúblicas, es básica para los procesos integracionistas en Latinoamérica. Esa interrelación refrenda la idea de que el continente de conjunto puede ser un potente bloque, con riqueza cultural y desarrollo socioeconómico, y no la trastienda de Estados Unidos.
La arqueóloga, quien tuvo contacto con los expedicionarios, señaló que Núñez Jiménez y Ortiz establecieron que los pueblos originarios amazónicos no eran grupos humanos en atraso porque eran portadores de procesos culturales y tecnológicos avanzados.
El arqueólogo peruano Aldo Bolaños, también ex integrante de dicha expedición, propuso una muestra itinerante por vías fluviales de los documentos, archivos, fotos y filmaciones derivados de esta hazaña latinoamericana para llevar los conocimientos a las comunidades contactadas. Esto, dijo, sensibilizará además a la opinión pública a fin de que puedan ser generadas políticas comprometidas con este sendero y con la integración regional.
En el contexto del Simposio Internacional El Amazonas, ruta cultural milenaria, Bolaños explicó que este viaje permitió ratificar la hipótesis de que este había sido un camino de movilización entre los primeros pobladores del continente, concepto que es preciso retomar para planificar de conjunto en función de la integración.
El investigador peruano, quien representó a su país en el periplo junto a su compatriota Hernán Carrillo, manifestó que 25 años después, soplan nuevos vientos en Latinoamérica, favorables para retomar el Pacto Amazónico de 1978, firmado por Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela a fin de lograr una integración física en la Amazonía.
De acuerdo con Bolaños, el paisaje en esa corriente fluvial permanece a merced de las transnacionales petroleras, y es tratado como un espacio de segunda (categoría) para ser explotado, mientras sus pobladores conviven con esa presencia, en no pocos casos devastadora de sus territorios.
El experto alentó a la unidad de los países amazónicos en torno al proyecto de esta ruta milenaria que demostró la originalidad del poblamiento de este subcontinente, lo cual permitirá ratificar su cultura, como hicieron los andinos con el Capac Ñan.
Declarado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, el Capac Ñan o Camino del Señor, o del Inca, es una ruta cultural de unos 23 mil kilómetros de extensión, que se extiende desde el sur de Colombia hasta Bolivia y el norte de Chile y Argentina.
Los autores son periodistas de la Redacción de América del Sur de Prensa Latina.