La mitad de los gases de efecto invernadero que generan el calentamiento global lo produce el sistema alimentario industrial. Esto a través de la deforestación, la erosión de suelos, la refrigeración, procesamiento, desecho y transporte kilométrico de alimentos y la actual lógica de cría de ganado…
Esto explica en su artículo “La agricultura campesina enfría el planeta” el experto Carlos Vicente, de la organización GRAIN, que monitorea el sistema agroalimentario y busca alternativas sustentables.
El escrito fue publicado en nuestro material “Con la soja al cuello 2016, informe sobre agronegocios en Paraguay”, presentado en noviembre último.
Otros impactos del modelo agroalimentario -dice el autor- son la contaminación ambiental con agrotóxicos, la expulsión de campesinas y campesinos y la destrucción de la producción local.
“Necesitamos construir un nuevo sistema alimentario, que pueda ser un promotor clave de soluciones para el cambio climático. Si se toman medidas para reestructurar la agricultura y el sistema alimentario mundial en torno a la soberanía alimentaria,a la agricultura en pequeña escala, a la agroecología y los mercados locales, podríamos reducir a la mitad las emisiones globales de gases de efecto invernadero en unas cuantas décadas”, resume.
Y propone cinco pasos urgentes: la integración y diversidad de cultivos y cría de animales; el enriquecimiento con materia orgánica de los suelos para que capturen los excesos de carbono; la desindustrialización de la agricultura para ahorrar energías; el desarrollo de mercados locales para cortar el comercio internacional y la reducción del consumo de carne como también un cambio hacia una lógica más sustentable de la ganadería e integrarla a la diversidad de la finca.