* Docente Investigador Facultad de Agronomía-UMSA
El Plan del Sector Desarrollo Agropecuario y la Agenda 2025 preparadas por el gobierno nacional están orientados en una primera instancia a fortalecer los rubros de la agricultura y ganadería en sus diferentes etapas productivas para apoyar y lograr la soberanía alimentaria. Como en la actualidad el país no produce todos sus alimentos básicos, el gobierno se ve obligado a importar algunos productos agrícolas con el objeto de cubrir las necesidades alimenticias de la población, como el trigo, maíz, papa, tomate, zanahoria, cebolla, y otros.
Sin embargo, según algunas autoridades el robustecimiento de las actividades agropecuarias en el país (La Razon, abril 2015) , también apuntarían a exportar algunos productos agropecuarios y sus derivados y tratar de que este rubro pueda auxiliar y contrarrestar la caída de los precios de los hidrocarburos y algunos minerales (oro, estaño y otros), permitiendo generar ingresos económicos para cubrir las diferentes obligaciones que tiene el gobierno como infraestructura caminera, hospitales y otras de carácter sociales (educación, salud, bonos y otros).
Para lograr este propósito, el gobierno está empeñado en ampliar en primer lugar la frontera agrícola e incrementar los rendimientos por unidad de superficie de los principales cultivos. La superficie cultivada en el país durante la gestión 2013-2014, alcanzo aproximadamente 3,2 millones y se pretende llegar hasta el 2025 a 10 millones de ha, en los próximos 10 años. Sin embargo, surge la interrogante en primer lugar si ¿se conoce con cierta exactitud las áreas potenciales del pais? para ampliar las áreas de cultivo y segundo, ¿si es posible que el país pueda competir y generar suficientes ingresos económicos con este rubro?, considerando que los rendimientos de los principales cultivos son muy inferiores a los alcanzados en los países vecinos, por diferentes factores como insuficiente tecnología e infraestructura productiva, los efectos del cambio climático. Insuficentes cantidad de producción y otros. Por otro lado, la agricultura en varios países está subvencionada, cuentan con tecnología de punta que les permite practicar una agricultura de precisión (con ayuda de la teledetección, sensores remotos y otro tipo de información), asimismo sus gobiernos apoyan de gran manera la investigación agropecuaria para resolver los diferentes problemas que aquejan a este rubro (productivo, transformación, comercialización, créditos y otros).
A fin de analizar esta propuesta gubernamental , es importante mencionar por ejemplo , que la superficie cultivada de quinua en el país llego en esta gestión a aproximadamente 130 000 ha y con la Agenda y las políticas de Desarrollo Agropecuario se pretende alcanzar 410 000 ha, lo que representa un incremento del área cultivada en 230% y que sus rendimientos se incrementen de 0,5 a 0,9 TM por ha ( 180%). En el caso del trigo la superficie cultivada en esta gestión es de 102 000 ha (lo que cubre solo el 43% de nuestros requerimientos) y con este plan se proyecta extender su superficie a 602 000 ha (280%) y mejorar sus rendimientos de 1,4 TM a 3,4 TM por ha (242 %). De la misma manera, en esta propuesta se ampliara las áreas de cultivo para el arroz, maíz, soya, papa yuca, forrajes y otros.
Una de las estrategias que el gobierno nacional pretende utilizar para ampliar la frontera agrícola es distribuir principalmente las tierras fiscales que aún están disponibles, las mismas que ascienden a unas 6,2 MM de ha (Sin embargo cerca de 2,5 millones ya han sido distribuidas a algunas comunidades).
Si bien, esta propuesta gubernamental parece muy interesante para lograr la tal ansiada Soberanía Alimentaria y así cubrir las demandas de nuestros propios alimentos básicos (no solo en cantidad sino que de acuerdo a la nueva Constitución Política del Estado se menciona que estos sean inocuos para la salud humana), preocupa que para habilitar áreas de cultivos o pasturas para la ganadería, se pretenda continuar con la deforestación de grandes extensiones bajo bosque. Por otro lado, dentro de la agricultura convencional es muy común se utilice de manera excesiva algunos agroquímicos, los mismos que por su efecto residual podrían afectar la calidad de los alimentos y la salud. Preocupa que el sector agroindustrial del oriente, esté interesado en ampliar el uso de los transgénicos (actualmente gran parte de la soya cultivada en el país es transgénica) a otros cultivos como el maíz, arroz y otros.
Otro motivo de preocupación para producir alimentos sanos e inocuos, debería ser de que en algunas zonas del país por sus características geológicas y mineralógicas sus suelos y aguas están afectados por la presencia natural o antrópica (principalmente por las actividades mineras) de metales pesados (Elementos Traza). Estos elementos (Pb, Co, Cd, Zn, Sn, Cu y otros como el arsénico y Hg) en general son tóxicos cuando sus niveles sobrepasan sus límites de referencia y de acuerdo a su biodisponibilidad podrían ser absorbidos por las plantas y afectar la calidad de los alimentos y a la larga la salud humana debido a que se van acumulando en el organismo (huesos, tejidos y órganos), debido a su escaza biodegradación.
Asimismo, extensas áreas en el Occidente del país (Altiplano y Bloque oriental), están sufriendo también graves problemas de degradación natural y antrópica de sus suelos (salinización/alcalinización y erosión de suelos), por causas naturales y antrópicas, disminuyendo la capacidad productiva y la perdida de importantes áreas de cultivo y pastoreo.
Si bien, por un lado, se está pensando en ampliar la frontera agrícola, no tenemos leyes ni reglamentos que eviten ampliar la mancha urbana hacia tierras con alta o mediana vocación agrícola (valle de Achocalla en La Paz, calle central en Cochabmaba entre algunos ejemplos).
De acuerdo al último censo (2012), la población del país se ha incrementado de
manera importante en los últimos años y se ha concentrado también en algunas ciudades fuera del eje tradiconal (Potosí, Oruro, Tarija y Sucre debido a la migración). Asimismo, según los datos del INE preocupa que el área rural la incidencia de la pobreza alcance al 64% de sus pobladores. Por otro lado, según Torrrico (2015), 102 municipios del país (30,1%) presentan una alta vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria y 199 municipios una vulnerabilidad media (58,7%), aspectos fundamentales que nos obliga dentro de esta propuesta y políticas gubernamentales a considerar también estos aspectos.
Considerando la importancia que podría tener esta Agenda en lo referente a lograr la Soberanía alimentaria, es importante analizarla y buscar respuestas a algunas interrogantes como:
Si ¿Se han considerado suficentemente criterios técnicos (principalmente edafológicos) y otros como climáticos, socio económicos, problemas de degradacion, etc.) para determinar con alguna precisión las áreas potenciales para esta expansión?. Existe diferente información sobre las superficies aptas para la agricultura en el pais: la FA0 2001, mencionaba que solo el 3% es apta para la agricultura, segun Romero existirán cerca de 16,4 millones de ha para una agricultua extensiva e intensiva (Pagina Siete, abril 2015), mientras que datos proporcionados por profesionales del Vice Ministerio de Agricultura, estas cifras no alcanzarían los 7 millones de ha.
Si queremos que el rubro de la agricultura se potencie realmente en el pais y pueda ser uno de sus pilares económicos, tal como lo menciona el gobierno, las áreas potenciales deberían ser cuantificadas inicialmente en base a estudios de levantamiento de y de acuerdo a criterios que se manejan en otros países (Lastimosamente en el pais no existen normas nacionales para efectuar estudios de suelos). Esta preocupación se debe en razón de que lastimosamente en el país, se tienen ejemplos que muestran que en las últimas décadas, no se ha considerado ni respetado suficientemente la aptitud de los suelos para algunos usos o cultivos específicos. Así en el Altiplano Sur se ha expandido de manera alarmante la frontera agrícola para el cultivo de la quinua, hacia las zonas planas y de pastoreo, amortiguación y en algunos caso a caminos, áreas deportivas y otros. Considerando que en general predominan en el Altiplano Sur (Intersalar y otras) predominan suelos de baja fertilidad natural y muy frágiles (por su textura y escaso contenidos de MO), la ampliación con maquinaria agrícola, disminución de los periodos de descanso, sistemas de casi monocultivo, más otros factores está poniendo en riesgo el complejo quinua- camélidos que es fundamental para la producción orgánica y sostenible de este grano.
Por otro lado, en el Norte de La Paz a pesar de que la mayoría de los estudios realizados muestran que sus suelos son más de aptitud forestal o para uso silvo pastoril y ganadería, se pretende ampliar la frontera agrícola para cultivos agroindustriales (caña de azúcar, palma africana, etc.), sin considerar sus limitaciones, Vargas (2009), como baja fertilidad natural, problemas de acidez y toxicidad por la presencia de aluminio intercambiable y otros. En los yungas la expansión de los cultivos de coca en los últimos años es alarmante, en razón de que es un monocultivo con alta capacidad de extracción de nutrientes y cultivados en pendientes pronunciadas. Este avance de las áreas de cultivo de manera caótica hacia las partes altas de las cuencas alto andinas está incidiendo negativamente sobre sobre cobertura vegetal (bosques), sobre la misma soberania alimentaria al afectar otras areas de cultivos (cafetales, cítricos, etc.), erosión de suelos, ciclo hidrológico y clima principalmente.
Por otro lado es conocida la deforestación que está sufriendo el oriente del país (aproximadamente 300 000 ha/anuales) para cultivos como la soya y pasturas para la ganadería, por consiguiente esta propuesta del gobierno generaría mayor deforestación y a la larga incremento de los problemas ambientales (recursos hídricos, biodiversidad, ) y posiblemente a otro tipo problemas.
Ante esta situación, es importante mencionar que los estudios de suelos en cualquier país del mundo (caracterizacion y evaluación de sus propiedades, clasificación y su distribución en el espacio), son fundamentales previo a la identificación del tipo de proyecto y su dimensionamiento. Esta información edafológica también permite junto a otros parámetros y criterios planificar el uso adecuado del territorio. Si bien, en el país en la década de los 60 a 70 se han realizado importantes estudios o levantamientos de suelos por el Ministerio de Agricultura y Asuntos Campesinos (Capacidad de Uso, Aptitud para Riego, Clasificación Taxonómica y otros ) a escalas bastante adecuadas (1:50000) para fines de uso, esta información lastimosamente, no ha sido sistematizada y volcada a una base de datos que permitiría utilizarlos para fines comparativos o de monitoreo sobre los cambos que estos estarían sufiriendo (deterioro, cambios de fertilidad, etc,). Esta información (Mapas), si estaría disponible, también permitiría en base a una selección y discriminación de las áreas menos aptas ir profundizando los estudios de suelos en las zonas potenciales a niveles más detallados y para usos más específicos.
Los estudios de Ordenamiento Territorial efectuados en algunos departamentos del país (Pando, Chuquisaca, Tarija, Potosí, Altiplano de La Paz) por ZONISIG son bastante recientes, lastimosamente estos son a escalas pequeñas (1: 250 000), aspectos que no permiten diferenciar con mayor precisión las cualidades de los suelos de algunas zonas potenciales. Este nivel de detalle, enmascara algunas áreas importantes por el problema de las áreas mínimas mapeables (error por comisión).
Ante esta situación, para que las actividades agropecuarias puedan cumplir con el importante rol que se le quiere asignar en la soberanía y economía del país, es fundamental partir como en cualquier otro lugar del mundo, primero del conocimiento del potencial que tienen sus suelos en sus diferentes regiones y zonas. Esta información evitaría también que se vuelvan a cometer los mismos errores que se cometieron en el pasado como la Fábrica de Aceites de Villamontes y al parecer en la actualidad en el Complejo Agroindustrial de San Buenaventura, donde primero se ha dado más énfasis a la instalación de las plantas de producción o procesamiento con una capacidad de molienda definida, y luego, recién se trata de definir y habilitar las áreas de producción (suelos) necesarias para poder suministrar con materia prima a dichas fábricas. La falta de estos estudios orientados a conocer la fertilidad natural y aptitud y por otro lado, al no considerar los requerimientos de un cultivo específico puede obligar a que posteriormente se trate de adecuar los suelos para ese cultivo, (aplicando para tal fin enmiendas químicas para corregir su acidez, aplicación de niveles elevados de fertilizantes químicos y otras prácticas y requerimientos como drenaje, subsolado u otros). La adecuación de los suelos a un uso específico o cultivo, puede subir considerablemente los costos de producción, haciéndolo insostenible en el tiempo y por otro lado afectar el medio ambiente por la lixiviación de nutrientes aplicados al suelo hacia las aguas subterráneas, lagos, ríos afectando a la biodiversidad y al propio hombre.
Asimismo, para que los estudios de suelos y su información sea representativa de de los suelos estudios y sea confiable y veras, es fundamental que el país cuente con normas y procedimientos para los estudios de suelos a diferentes escalas y además con métodos de laboratorio estandarizados, para lo cual es importante que los laboratorios del país estén acreditados a nivel internacional. Por otro lado, considerando que Bolivia es un país con un alto potencial minero gracias a su geología y mineralogía, sería importante que se cuente para algunas zonas con información y mapas sobre la presencia natural de metales pesados (elementos traza) a nivel de línea base (valores de fondo o buckground) , en razón de la peligrosidad de estos metales (Pb, Cd, Ni, Cu, Hg y otros como el As)., cuando del suelo pasan a los cultivos (alimentos) de acuerdo a su iodisponibilidad y luego se pueden acumular en el cuerpo humano (órganos , huesos y otros), afectando su salud.
Como en la mencionada Agenda, también se considera la necesidad de incrementar los rendimientos por unidad de superficie de los principales cultivos del país, es necesario indicar que este propuesta parece muy razonable e importante, en razón de que evitaría de alguna manera ampliar la frontera agrícola hacia tierras frágiles o de menor aptitud. Sin embargo, para lograr los objetivos mencionados es importante impulsar la investigación e innovación tecnológica acorde a principos sociales, económicos, técnicos y ambientales.
En ese sentido, es prioritario y fundamental que el país fortalezca su sistema de investigación agropecuaria, apoyando y desarrollando investigación e innovación tecnológica dentro de una visión integral y toda la cadena productiva. Asimismo, se deberían crear mecanismos adecuados y dinámicos para que los fondos del IDH asignados a las Universidades puedan ser utilizados de manera oportuna en las diferentes actividades de una investigación y sin las trabas burocráticas actuales, y de esta manera los investigadores y profesionales de estas casas de estudios puedan apoyar realmente a resolver los múltiples problemas que aquejan al área rural del pais.
Dentro de este contexto, es necesario y prioritario que el Instituto Nacional de Innovaciones Agropecuarias y Forestales (INIAF), creado durante el gobierno del Presidente Morales, retome el papel central de la investigación por el Estado y que cumplía de alguna manera el Ex Instituto Boliviano de Tecnología Agropecuaria (IBTA), para lo caul seria importante tomar en cuenta sus experiencias positivas en temas de Fito mejoramiento, estudios de niveles de fertilización en diferentes cultivos y suelos del pais, nutrición animal entre otros. Por otro lado, evitar las falencias y experiencias negativas como temas de investigación muy puntuales y verticales, discontinuidad y otros, situaciones que no ha permitido la participación directa de los agricultores y por lo tanto los resultados obtenidos no han sido plenamente adoptados.
Sin embargo, hasta el momento parece que el INIAF no está pudiendo cumplir a cabalidad su misión, visión y objetivos para apoyar la soberanía alimentaria y la revolución productiva y mucho menos para los nuevos retos de la Agenda, debido a un presupuesto insuficiente o bajo para la investigación, falta de personal suficentemente capacitado, continuidad e institucionalidad de los cargos para los investigadores y técnicos, infraestructura, entre otros.
El pais debería aprovechar y sacar ventajas al máximo, gracias a sus diferentes pisos ecológicos, que le permiten ser un centro importante de diversidad genética de especies y variedades con alto potencial para la alimentación humana.
Si analizamos la situación agropecuaria en algunos países vecinos, veremos que la producción de alimentos es muy importante dentro de sus políticas con el fin de garantizar la demanda interna de alimentos y para la exportación con valor agregado. Para tal efecto, sus gobiernos apoyan adecuadamente la investigación con el propósito de fomentar e impulsar el desarrollo agropecuario en base a la generación de tecnologías adecuadas, manejo sostenible de sus recursos naturales y otras demandas.
Los centros de investigación existentes en países como Brasil (EMBRAPA), Argentina (INTA) Chile y Perú (INIA), entre otros, han obtenido y siguen obteniendo resultados importantes para apoyar la producción de alimentos. Este apoyo esencial de los gobiernos a la investigación justificando que la inversión a corto, mediano y largo plazo en investigación agropecuaria, que incluye salarios de investigadores, logística, equipamiento, capacitación de cuadros, etc., es muy importante y a la larga llega a ser rentable para el país, a condición de que los mismos sean manejados con independencia, responsabilidad y, principalmente, sin la injerencia política que aún es característica de nuestro país.
De acuerdo a la Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología Interamericana e Iberoamerica (2006), los gastos totales para la ciencia, tecnología e investigación en el Brasil representan más del 1% del PIB (promedio entre los años 1990 a 2003), seguida por, Cuba , Chile, México y Argentina, mientras que según esta fuente en Bolivia no alcanza al 0,25 del PIB. Si bien, la intensidad de investigación total de Brasil es alta comparada con los niveles de América Latina, sigue siendo realmente insuficiente comparada con los niveles de países desarrollados como los Estados Unidos (2,55%) y Alemania (2,26 %).
A ello se suma que algunos componentes imprescindibles para la producción agropecuaria agua, producción agrícola, tierras y otros siguen atomizados en diferentes Ministerios o Viceministerios, sin posibilidades de una coordinación adecuada para dar respuestas ágiles a los problemas que se presentan durante la gestión agrícola, tales como plagas y enfermedades nuevas por los cambios climáticos, desastres naturales y otros problemas relacionados al mercado y la globalización.
Por otro lado, lastimosamente gran parte de la información y resultados generados durante décadas por el EX IBTA y otras instituciones públicas al no haber sido sistematizadas y guardadas en una base de datos, no están siendo consideradas con la suficiente rigurosidad científica en los nuevos programas de investigación del INIAF y se están volviendo a replicar algunos trabajos de investigación pasadas y que de alguna manera ya han sido validadas en varios traajos (caso niveles de fertilización potásica en zonas donde no existen problemas con los niveles de este nutriente en los suelos y por lo tanto respuestas del cultivo a estas aplicaciones).
Para que el INIAF cumpla con los objetivos de la Agenda, debe tener un carácter descentralizado e independiente a nivel financiero, además debe contar con recursos suficientes y continuos del Estado, tanto para salarios, insumos, equipos e infraestructura. Asimismo, es imperante la capacitación e institucionalización de los cargos jerárquicos y de los investigadores y otros, condición fundamental para la continuidad de la investigación a corto, mediano y largo plazo. La no injerencia política en la designación de cargos debería ser uno de los requisitos para que la investigación funcione adecuadamente y sea manejada técnicamente generando tecnología e innovación adecuada, variedades resistentes y adecuadas a los cambios climáticos, manejo de suelos, plagas y enfermedades, maquinaria agrícola y aperos de labranza, adecuados a los diferentes tipos de suelos, clima y cultivo, ganadería, forrajes y manejo de praderas, sistemas agroforestales, riego, etc. En ese sentido, el Trabajo del CIAT en el Oriente del país, gracias a la relativa continuidad y estabilidad laboral de sus técnicos y programas integrales, está permitiendo obtener resultados para solucionar los problemas de la agroindustria, medianos y pequeños productores
Dado que uno de los componentes para lograr la producción de alimentos es el riego, debido al déficit hídrico que el país soporta en gran parte del año, (especialmente en el occidente y sur del país), es muy importante considerar la información de la UNESCO (2003), que menciona que ocupamos un puesto privilegiado en cuando a abundancia de recursos hídricos, pero no asi en cuanto a calidad de este recurso (67 de 120 paises), lo que puede limitar de gran manera su uso para fines de riego y para obtener alimentos de calidad.
Es importante que la investigación en el ámbito agrícola se trabaje intensamente en el mejoramiento genético convencional, para buscar variedades que se adecúen a los cambios derivados del incremento de temperaturas, sequias, salinización de suelos y mayor incidencia de plagas y enfermedades.
Al ser nuestro país uno de los centros más importantes de biodiversidad del mundo se debe trabajar en la protección de nuestras variedades de tubérculos, raíces, granos y otros para crear nuevas variedades adecuadas a los cambios actuales y conocer con mayor profundidad sus cualidades nutritivas y alimenticias.
Como. la Ley de la Revolución Productiva, también pretende impulsar el acceso a la mecanización del agro, es importante considerar y analizar esta situación en razón de que en los últimos años se ha intensificado el uso de maquinaria agrícola (tractores) e implementos como el arado de discos y otros sin el apoyo necesario a los productores (capacitación). Si bien, la mecanización agrícola aliviana y facilita las labores de campo, su uso inadecuado y excesivo, puede favorecer el deterioro de suelos frágiles a nivel de sus propiedades físicas, químicas y biológicas, hasta el punto de provocar la erosión de los suelos, tal como se estaría presentando en el Altiplano sur y otras zonas debido a la ampliación de la frontera agrícola y sin la suficente aplicación de practicas de conservación de suelos (ej. barreras vivas o muertas, cortinas ropmpe vientos y otros) . Para este efecto, sería muy necesario que el INIAF cuente con un departamento técnico de investigación para estudiar todo lo relativo a aperos de labranza y equipos adecuados a las condiciones locales (tipos de suelo, clima y cultivo). Actualmente a nivel mundial existe una tendencia a disminuir el uso excesivo de la maquinaria agrícola (labranza convencional) y más bien trabajar en lo que se denomina labranza conservacionista que tiene el propósito de evitar la remoción excesiva del suelo l (especialmente en zonas secas y suelos frágiles ) y así evitar su deterioro.
Seria importante además, que todos los municipios del país cuenten con el Ordenamiento Territorial de sus espacios geográficos, con el propósito de conocer las cualidades y limitaciones de sus suelos y sus otros recursos y asi poder determinar y planificar que zonas son aptas para determinados usos.
De la misma manera, para que el respeto a la Pachamama sea efectiva, debemos aunar esfuerzos entre todos los bolivianos, para que esta no solo se traduzca en hacer ofrendas a la tierra antes de la siembra y para la cosecha, sino respetar su vocación, uso adecuado y sin su sobrexplotación y sobre todo cuidarla con ayuda de practicas preventivas para que sigan siviendo a nuestros hijos, nietos y bisnietos.
Bibliografia
FAO.(2001). Perfiles nutricionales por países. Roma –Italia
Torrico, J.C. (2014). Desarrollo rural y agroalimentario en Bolivia: Procesos, problemática y perspectivas.Primera Edición. Colonia-Alemania.
Vargas. R. (2009). Mapeo digital del suelo y su evaluación con fines de producción de caña de azúcar en los municipos de Ixiamas y San Buenaventura, CIB, La Paz-Bolivia.
Unesco (2003). Convension para la salvaguardia del patrimonio cultural y material, Paris- Francia.
Fuente: Revista de Investigación e Innovación Agropecuaria y de Recursos Naturales R.I.I.A.R.de la Facultad de Agronomía-UMSA.