La soya es el Segundo mayor cultivo de los Estados Unidos, después del maíz, cubriendo cerca de un cuarto de las tierras de cultivo de ese país. Nosotros cultivamos más soya que cualquier país excepto Brasil. De acuerdo al Departamento de Agricultura de EUA, más del 90% de la soya de las granjas es genéticamente modificada para resistir herbicidas, todos relacionados con el Roundup. La producción orgánica, en contraste, es marginal, -alcanza menos del 2% de la extensión total dedicada a la soya. (El restante 9% o más o menos es soya convencional, pero no genéticamente modificada.)
Los americanos no comen mucho de estas leguminosas verdes directamente, pero eso no significa que no estén expuestos a ellas. Después de la cosecha, la gran masa de soya es aplastada y dividida en dos partes: carne, que significa que principalmente va a la comida para animales que se convierten en nuestra carne, y grasa, que mayormente termina utilizada como aceite comestible o en productos alimenticios. De acuerdo a la Junta de Soya de EUA (US Soy Board), la soya alcanza el 61% del consumo de aceite vegetal de los americanos.
Dada la centralidad de la soya en nuestra comida y sistemas agrícolas, los resultados de un nuevo estudio publicado en el periódico de revisión de expertos Food Chemistry, son para reflexionar. Los autores encontraron que la ubicua soya Round up Ready de Monsanto, desarrollada para resistir su taquillero herbicida Roundup Ready, contiene más residuos de herbicidas que sus contrapartes no transgénicas. El equipo también encontró que los porotos son nutricionalmente inferiores.
En el estudio, los investigadores miraron muestras de tres clases de soya cultivadas en Iowa; (1): unas cultivadas con semillas tolerante al herbicida, (2), otras con semillas no GM pero en un regimee convencional de agricultura basada en agroquímicos, y (3) soya orgánica, i.e. no transgénica y cultivada sin agroquímicos.
Ellos encontraron niveles de residuo de glifosato (el ingrediente activo del Roundup) y ácido aminomethylphosphoric, o AMPA, el compuesto en que el glifosato se degrada a medida que decae, en todas las muestras GM- y en ninguna de las no GM y orgánicas
Los investigadores encontraron niveles de residuos revoloteando por encima del nivel que Monsanto misma ha caracterizado como “extremo”.
La soya GM tuvo residuos totales en promedio de 11.9 partes por millón, con un máximo que alcanzó 20.1 ppm; el promedio está por debajo del límite de la Agencia de Protección Ambiental de 20 ppm, un límite compartido con la Unión Europea. Más aún, como los autores destacan, antes en 1999, Monsanto misma reportó que la lectura máxima reportada de residuos de glifosato encontradas en soya Roundup Ready fue de 5.6 ppm – un nivel llamado “extremo” y “de lejos más alto que los típicamente encontrados”
Entonces los investigadores encontraron niveles de residuos por debajo del límite de la EPA, pero revoloteando por encima del nivel que Monsanto mismo caracterizó como “extremo”. Qué hacer con eso?
Como los autores notan, la ciencia alrededor de los efectos del glifosato a niveles relativamente bajos es controversial. Estableciendo el limite de residuos en 20 partes por millón, los reguladores de EUAy europeos, están endosando una visión de ningún daño. Pero algunos investigadores independientes, incluyendo el estudio de 2012 del investigador de la Universidad de Pittsburg Rick Relyea, encontraron que el Roundup en agua a 3 ppm induce cambios morfológicos en sapos. Y en una publicación del 2012, investigadores alemanes sometieron varias cepas de bacterias típicamente encontradas en los intestinos de aves de corral a niveles de glifosato de 5 ppm y menores y encontraron que tendían a dañar a las bacterias benéficas como Lactobacillus, mientras los patógenos como Salmonella entritidi tendían a ser “altamente resistentes” al mismo. Los resultados sugieren que el glifosato puede cambiar el balance de la microbiota intestinal- dado el aumento de la investigación que encuentra que los cambios sutiles en las bacterias en nuestros cuerpos tienen un enorme impacto en nuestra salud.
El estudio también encontró diferencias pequeñas pero estadísticamente significantes en la calidad nutricional de los tipos de soya. La soya orgánica tuvo ligeramente mayores niveles de proteína que las otras dos, y más bajos niveles de ácidos grasos omega 6. Los ácidos Omega 3 no mostraron diferencias significativas. Ambos ácidos son esenciales en dietas humanas, peros los investigadores sugieren que los consumidores tienden a consumir una tasa mayor de lo que es saludable de omega 6 que de omega 3.
Charles Benbrock, un investigador de la Universidad del Estado de Washington quien documentó el aumento del uso del glifosato asociado a los cultivos transgénicos Round Up Ready (RR), dijo que “la exposición de la dieta humana al glifosato es actualmente la más alta de todos los pesticidas utilizados en los Estados Unidos”. Cuando se consideran las dosis adicionales que tomamos a través del agua y del aire, los químicos constituyen “una clase por si mismos” en términos de exposición humana. “Yo espero realmente que la EPA (Agencia esté correcta en su evaluación de la toxicidad del glifosato”, dijo.
Así, la plaga de malezas resistentes al herbicida y su correspondiente espiral en el uso de herbicidas pueden no ser las únicas manchas negras contra los taquilleros cultivos Roundup Ready de Monsanto.
http://www.motherjones.com/tom-philpott/2014/04/superweeds-arent-only-trouble-gmo-soy