Querido Evo Morales,
querríamos subrayar, en primer lugar, que los que firman esta carta se sienten profundamente amigos del pueblo boliviano y valoran las medidas que tu gobierno desarrolla desde hace años por el bienestar del pueblo, en favor de la recuperación de los recursos naturales, por la justicia social y la redistribución de la riqueza; igualmente apreciamos la labor personal y de tu gobierno a favor de la protección del medio ambiente, por la institución del Día de la Madre Tierra, contra la explotación de los recursos alimenticios para otros fines. Además, luchamos por años en nuestros países como a nivel internacional, en contra de la energía nuclear con fines militares y civiles.
En esta óptica, como amigos, hemos quedado muy asombrados, hace algunos días, por el anuncio de la voluntad de tu gobierno de encaminar un proceso para construir una central nuclear en Bolivia.
Consideramos esta decisión muy equivocada y buscaremos, en pocas líneas, explicar el por qué, quedando a disposición para ayudar y profundizar. Nos expresaremos en términos necesariamente esquemáticos, pero deseamos que nuestras consideraciones abran un debate en toda la sociedad boliviana, abierto, obviamente, también al debate y comparativa con posiciones diferentes de las nuestras, a lo que estamos listos y disponibles a dar toda nuestra contribución.
1) ¡La energía nuclear es una elección sin vuelta, y sin salida!Ata para siempre las manos a un país que la emprenda: nadie sabe con precisión los costos para desmantelar una central nuclear, quizás comparables a los de su construcción; nadie ha encontrado una solución para los desechos radiactivos, que constituyen una herencia pesada, cara y peligrosa durante cientos o miles de años.
2) La idea de adquirir con la energía nuclear una autonomía y una independencia energéticas es ilusoria y falsa: no sólo también el uranio es un recurso agotable (las previsiones más atendibles prevén su agotamiento dentro de un siglo) pero los suministros de combustible nuclear para alimentar una central son monopolio de pocos países muy potentes.
3) Los costes necesarios para encaminar un programa nuclear son muy superiores a los de cualquier otro aparato energético, el coste presupuestado de un reactor nuclear de potencia ronda hoy entre los 8-10 mil millones de dólares; los tiempos de construcción son imprevisibles. Hay, por fin, enormes costes para realizar las infraestructuras-industriales, técnicas, sanitarias, etcétera – y formar personal apto, que quedan extremadamente especializados solamente para este sector.
4) La seguridad de una central nuclear es un mito, alimentado por sus partidarios y empresarios, pero desmentido clamorosamente por los hechos: la historia de medio siglo de esta tecnología enseña que hay que esperar un accidente de gravedad excepcional cada pocos años. Las consecuencias de un accidente nuclear grave son mucho peores que las de cualquier otro accidente. ¡Los peligros, los daños y los costes de los accidentes de Fukushima durarán décadas!
5) Lo nuclear está peligrosamente sometido al riesgo de atentados terroristas, y comporta una militarización del territorio.
6) La producción de energía nuclear está en fuerte bajada en todo el mundo, y es previsible que también lo será la construcción de nuevas centrales y el número total de centrales activas.
7) Lo nuclear, en el planeta la Tierra, es la forma de energía más “contra-natura”: la naturaleza la utiliza en las estrellas pero en caso a través de la fusión y no de la fisión, mientras sobre la Tierra tiene una existencia de lo más episódica y completamente marginal.
8) Hay una unión estrecha y no eliminable entre nuclear civil y militar. Las condiciones materiales y las técnicas de base son las mismas; el plutonio es el “explosivo” nuclear ideal, y es producido en cadena durante la reacción en un reactor.
Estos argumentos nos parecen suficientes para decidir invertir los recursos y las potencialidades científicas del pueblo boliviano en una dirección más constructiva y previsora, en primer lugar hacia las energías renovables en las que vuestro país es rico. Tal desarrollo proveería, infinitamente, más energía, bienestar, autonomía y puestos de trabajo que cualquier proyecto nuclear.
A la espera de una segura respuesta de tu parte y listos para proveer los detalles científicos de nuestras afirmaciones, te saludamos y abrazamos con cariño y consideración.
Anna Polo, Mundo sin Guerras y sin Violencia, Italia
Olivier Turquet, editor jefe de Pressenza Italia
Angelo Baracca, Profesor de Fisica, Universidad de Florencia, Italia
Mairead Corrigan Maguire, Premio Nobel por La Paz, Irlanda
Tony Robinson, vocero internacional de Mundo sin Guerras y sin Violencia
Dr. Carlos Vassaux, USA
Dr. Jouni Ylinen, Finlandia
Ira Helfand, MD, USA, co-Presidente International Physicians for the Prevention of Nuclear War, receptor del Premio Nobel por La Paz en 1985
Claudio Giangiacomo, abogado, Italia
Nnimmo Bassey, Health of Mother Earth Foundation (HOMEF), Nigeria
Roberto Renzetti, Profesor de Fisica, Facultad de Ingeniería Mecánica de Roma Tre y escritor, Italia
People for Nuclear Disarmament, Australia
Human Survival Project, Australia
Dr. Scilla Elworthy, Fundadora de Oxford Research Group y de Peace Direct, Miembro del World Future Council, Reino Unido
Giorgio Parisi, Profesor de Fisica, Universidad de Roma I, La Sapienza, Italia
Romi Elnagar, autor de “Fukushima: Meltdown on the Ring of Fire” in Green Horizon, USA
Alice Slater, Global Council of Abolition 2000, USA
Dr. Anthony Gronowicz, Partido Verde, USA
Salvatore Fanara, USA
Jane Milliken, USA
Rachel Clark, USA
Bruce K. Gagnon, Coordinador de Global Network Against Weapons & Nuclear Power in Space, USA
Pauline Tangiora, Miembro del World Future Council y di Earth Council, Nueva Zelanda
Dr. Gerson Lesser, USA
Debbie Peters, USA
Prof. Francesco Bottaccioli, Fundador y Presidente de la Sociedad Italiana de Psiconeuroendocrinoimmunologia. Dirección y Profesorado Máster en “PNEI y la ciencia de la atención integrada” de la Universidad de L’Aquila, Italia
Roberto Romizi, presidente de Médicos por el Medio Ambiente – ISDE Italia
Tahia Devisscher, Reino Unido
Yukari Saito y Gerard Blaylock, Fundadores del Centro de Documentación “Semillas bajo la nieve” Pisa, Italia
Prof. Jürgen Renn, Director del Instituto Max Planck Institute para la Historia de la Ciencia, Berlín, Alemania
Dr. Celestino Panizza, Presidente ISDE Brescia, Italia
Paola Manduca, ISDE, Italia
Paul Larudee, Free Palestine Movement, USA
Giuseppe Masera, ISDE, Italia
Giuseppe Miserotti, ISDE Emilia-Romagna, Italia
Pedro Portugal Mollinedo, director del periodico Pukara, Bolivia
Pol D’Huyvetter, Mayors for Peace, Brasil
Giorgio Ferrari, Italia
Paolo De Santis, Profesor de Fisica, Universidad de Roma 3 – Alternativa, Italia
Luisa Memore, presidente ISDE Torino, Italia
Giuseppe Vitiello, Profesor de Fisica Teoretica, Universidad de Salerno, Italia
Antonio M. Calabrò, Ingeniero investigador aeroespacial, Italia
Marco Caldiroli, Luigi Mara, Chiara Rodeghiero, Fulvio Aurora, Maurizio Marchi, Patrizia Gentilini, Antonio Valassina, Medicina Democratica, Italia
Kate Hudson, Secretaria General de Campaign for Nuclear Disarmament (CND), Reino Unido
Patrick Boylan, NoWar-Roma, Italia
Pax Christi Metro New York, USA
Nelson Arias Ávila, fisico, PhD, Colombia
Takao Takahara, Profesor de politica internacional y estudios sobre la paz, Facultad de Estudios Internacionales, Universidad Meiji Gakuin, Japón
Gabriella Filippazzo, ISDE Palermo, Italia
Lee Hsiujung, Vice Secretario General de Taiwan Environmental Protection Union, Taiwan