El gobierno no puede decir que está sorprendido con las inundaciones del río Madera, que obligaron, hasta ahora, 1.336 familias dejar sus casas solamente en la capital Rondonia, Porto Velho. El estado de emergencia decretado el ultimo día 13 de febrero en la capital del Estado, ya fue explicado por causas de lluvias intensas en Bolivia y en la región norte del Brasil, más para los especialistas que acompañaron el proceso de la otorgación de la licencia de las hidroeléctricas de Jiraú y San Antonio, ambas en el río madera, era previsible que la represa creado por las dos hidroeléctricas perjudicarían el rebalse del río, aumentando la inundación. Ahora, los consorcios y el Ibama, responsables por el licenciamiento, responden en la justicia por los estragos en Rondonia.
La Justicia Federal determino en la semana pasada, a través de una Resolución Judicial, que la Energía Sustentable del Brasil (ESBR) y San Antonio Energía (SAE), responsables por las hidroeléctricas de Jiraú y San Antonio, realicen nuevos estudios sobre los impactos de sus represas y se responsabilicen del socorro a los afectados por la llenura.
Mientras tanto, la presidenta Dilma Rousseff, en viaje reciente al Estado de Rondonia, negó la influencia de las Plantas Hidroeléctricas sobre los estragos causados por la inundación. “No es posible mirar para esas dos hidroeléctricas (sic) hallar que ellas son responsables por la cantidad de agua que entra en el madera”, dijo. Y fue más allá al afirmar que la responsabilidad por la inundación es de las lluvias que cayeron en Bolivia: “Nuestra evaluación es hubo desde diciembre hasta febrero un fenómeno climático arriba de Bolivia. Ocurrió una inmensa concentración de lluvias allá. No tenemos esa cantidad de agua (para resultar en llenura), mas sin los ríos que forman el madera, en los Andes, el Río Madre de Dios y Beni.
Después de la repercusión en la prensa de lo que dijo Rousseff, la asesoría de la prensa de la Presidencia de la Republica difundió una nota afirmando que la Presidente no culpó al país vecino, sino que fue” causa de los fenómenos climáticos”.
Sin embargo, especialistas escuchados por el eco, discordan de la evaluación de la Presidente. Segundo Roberto Smeraldi, director- ejecutivo de la ONG Amigos de la Tierra, la llenura es un fenómeno natural que fue agravado por las represas de las hidroeléctricas deJiraú y San Antonio, la Montante (dirección donde nace el río) y la Jusante (para donde el río está yendo) de las dos plantas del Madera.
“Lo que se vé en Porto Velho, por ejemplo, está dentro de las advertencias que los estudios independientes, realizados con el propio dinero de los emprendedores, a pedido del Ministerio Publico, más que fueron desconsiderados en el proceso de otorgación de la licencia”, afirma Smeraldi.
Para Philip Fearnside, investigador del Instituto Nacional de Pesquisas de la Amazonia (INPA), la represa de las hidroeléctricas de Jiraú provocó el llamado “remanso superior”, cuando la velocidad de la corriente baja al entrar en el reservatorio y, por eso, aumenta la acumulación de sedimentos río arriba, creando una barrera natural.
“Esa parte que es considerada parte del río, no del lago, sufre con una inundación mayor por causa de ese represamiento de sedimentos. La inundación va aumentando río arriba del lado boliviano” explica Fearnside.
Los efectos de la llenura de los ríos en el país vecino están siendo devastadores. Según los números preliminares divulgados por la prensa, más de 17 mil familias fueron afectadas solamente en el departamento del Beni y 250 mil cabezas de ganado fueron muertos por las llenuras.
Las reclamaciones de los ambientalistas no comenzaron ahora, sino en 2007, todavía en el segundo gobierno de Lula. Desde aquella época, ya se advertía sobre los riesgos de construir las plantas hidroeléctricas en la ausencia de estudios detallados sobre los impactos que ellas podrían desencadenar.
Es lo que da fé el parecer técnico Nº 014/2007 del IBAMA. El documento, firmado por 8 técnicos del Directorio de Licenciamiento del órgano es emitido el día 21 de marzo del 2007, afirmaba que los emprendimientos no tenían “viabilidad ambiental” (GRIFOS del reportaje): Dado el elevado grado de incertidumbre envuelto en el proceso; la identificación de las áreas afectadas no contempladas en el Estudio; y el no dimensionamiento de varios impactos con ausencia de medidas mitigatorias y de control ambiental necesarias para la garantía del bien estar de las poblaciones y el uso sustentable de los recursos naturales y la necesaria observancia del Principio de Precaución 12, el equipo técnico concluyó no ser posible testimoniar la viabilidad ambiental de los aprovechamientos Hidroeléctricos San Antonio y Jiraú, siendo imperiosa la realización de un Nuevo Estudio de Impacto Ambiental, más amplio, tanto en territorio nacional como en territorio transfronterizo, incluyendo la realización de nuevas audiencias públicas. Por tanto se recomienda la NO emisión de la licencia previa.
Parecer TÉCNICO Nº 014/2007 – COHID/CGENE/DILIC/IBAMA.
Brasília, 21 de marzo de 2007.
Después de la emisión del parecer, hubo demisiones en la alta cúpula del Ministerio de Medio Ambiente (MMA) y en el Ibama, que incluyó el secretario ejecutivo del MMA, Claudio Langone, y el director del licenciamiento del Ibama, Luis Felippe Kunstz Jr.
El episodio fue conocido como los “bagres de Lula”. Explicación: Una de las preguntas no respondidas en el Estudio de Impacto Ambiental de las plantas hidroeléctricas era la quiebra del ciclo de reproducción de los grandes bagres migradores, fuente de renta de miles de pescadores en la región. Después de la opinión del Ibama apunta también un impacto ambiental negativo sobre los bagres, el entonces presidente Lula se quejó que “tiraron un bagre en el regazo del presidente”. En la visión del entonces jefe del ejecutivo, la preocupación con los peces no era motivo para paralizar una obra importante de su gobierno, construida con recursos federales del Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC)
Atropello
Después de la danza de las sillas desencadenadas por el incidente, el licenciamiento de las Plantas Hidroeléctricas salió. Mismo antes de eso, el cantero de obras ya había sido instalado. Licencias dadas con varias condicionantes no cumplidas, protestas de los afectados y obra concluida en 2013.
La licencia previa fue dada durante la gestión de Marina Silva. Las licencias de instalación de las dos plantas fueron emitidas durante la gestión de Carlos Minc al frente del Ministerio.
Después del inicio de las operaciones, una nueva guerra por mas megawatts llevó a las dos Plantas construidas a 110 km de distancia una de la otra, en una batalla judicial para aumentar la propia capacidad de generación de energía.
“Me acuerdo que la subasta de Jiraú fue hecho para otra localidad. Y después de la subasta, por decisión del emprendedor, ratificada por el poder público, se aceptó dar aquello que llamamos de licencia móvil, o sea, fue alterado el local de la licencia, lo que generó una reacción en cadena por parte de otro emprendimiento, que resolvió usar una cota (nivel del reservatorio) más alta y no se estudió lo que eso implicaba” dijo Roberto Smeraldi. El nuevo local escogido por el consorcio quedó entre 7 y 8 Km abajo del local de origen, más próximo de San Antonio y reduciendo el reservatorio de esta hidroeléctrica vecina.
San Antonio pasó entonces a pelear para conseguir aumentar el nivel de su reservatorio, y no perder energía debido a la proximidad de Jiraú. Y tuvo éxito. En julio del año pasado, la Agencia Nacional de Energía Eléctrica (Aneel). Arbitró en favor de la Usina de San Antonio, al permitir la elevación de la capacidad del reservatorio de ella.
Hidroeléctricas se defienden
En febrero, después de que el río madera registró la inundación histórica, representantes de los dos emprendimientos comenzaron a intercambiar acusaciones sobre quién es responsable de que parte de Rondonia esté debajo del agua
La disputa llegó a publicaciones especializadas. De acuerdo con un documento filtrado por el periódico de energía, el Consorcio constructor de la hidroeléctrica de Jiraú acusa a la Hidroeléctrica de San Antonio de perjudicar el emprendimiento vecino al operar encima del límite establecido por el proyecto. Las dos Plantas disputan para ampliar su capacidad de producción de energía. La Energía Sustentable del Brasil (ESBR), concesionaria de Jiraú, negó la disputa con San Antonio.
Dos semanas después del inicio de las inundaciones, el Operador Nacional del Sistema (ONS) determinó la paralización de las plantas hidroeléctricas de San Antonio, una manera de vaciar el reservatorio y evitar más inundaciones.
De acuerdo con la asesoría de la prensa del consorcio de San Antonio Energía (SAE), concesionaria de esta planta hidroeléctrica, el emprendimiento está preparado para contestar todos los puntos divulgados por los medios que responsabilizan a la empresa por los “impactos ocurridos de la inundación histórica en Porto Velho y en la región, de acuerdos con los institutos especializados, ocasionados por las lluvias torrenciales inéditas en Bolivia y en el sur del Perú, en la cuenca de cooptación del río Madera”. La empresa se vale de las propias licencias ambientales que dispone – las mismas contestadas por los ambientalistas- para defenderse: “ya que todos los estudios utilizados para la elaboración del EIA/RIMA (Estudio del Impacto Ambiental) fueron analizados, evaluados y aprobados por los órganos licenciadores”.
El IBAMA, órgano licenciador de las dos hidroeléctricas, también está siendo acusado por la Acción Civil l Pública iniciada por el Ministerio Público Federal.
Ya la concesionaria Energía Sustentable del Brasil (ESRB), que administra Jiraú, afirma que la inundación del Madera es un fenómeno natural, “no habiendo cualquier relación, desde el punto de vista técnico con la implementación de la Planta hidroeléctrica Jiraú, teniendo en cuenta que el emprendimiento opera al filo del agua sin capacidad de almacenar agua”. De acuerdo con la empresa, la Hidroeléctrica Jiraú fue dimensionada para posibilitar el paso seguro de una llenura de mayor rebalse prevista para ocurrir cada 10 mil años (decamilenaria),o sea que para rebalse superiores en condiciones mucho más críticas de las que nos encontramos actualmente. En este sentido, no hay cualquier riesgo en cuanto la capacidad del emprendimiento en permitir el paso de rebalses afluentes de la magnitudes observadas en este momento”.
Marco Antonio Oliveira, Superintendente del Servicio Geológico del Brasil (CPRM), en el amazonas, no cree que las represas de San Antonio y Jiraú estuvieran interfiriendo en la inundación, porque utilizan turbinas de filo de agua con reservatorios pequeños. Según él, las llenuras es un fenómeno meteorológico.
“Esas represas no pueden controlar el flujo del agua, reduciendo el volumen del agua que pasa por ellas, como hacen otras represas”, por eso él cree importante discutir el asunto de este tipo de turbina en la Amazonía.
À espera de la justicia
Desde 2007, la ONG Amigos de la Tierra impetró 3 Acciones Civiles Públicas contra o licenciamiento de las 2 Plantas Hidroeléctricas. Hasta el momento ninguna de ellas fue juzgada.
En 2012, los acusados (Emprendimientos e Ibama) pidieron la anulación de las acciones por ausencia de objetos, ya que las plantas ya habían sido construidas, mas tuvo el pedido negado por la Justicia Federal (Link).
En el Brasil, además de Rondônia e Acre, las inundaciones afectan municipios del Amazonas, como Manicoré e Humaitá.