Conformado por Suez Energy South America Participações Ltda. (50,1%), Camargo Correa Investimentos em Infra-Estrutura S/A (9,9%), Eletrosul Centrais Elétricas S/A (20%), Companhia Hidro Elétrica do São Francisco (Chesf 20%) el consorcio logró adjudicarse la represa ofreciendo un precio de 70.40 reales por MWH, es decir 22.5 reales menos que el precio techo inicial, mientras que el Consorcio Jirau (Odebrecht-FURNAS-Andrade Gutierrez y los bancos Santander y Banif) ofertó 85. 02 reales por MWH. Furnas Odebrecht se había adjudicado la represa de Santo Antonio unos meses antes ofertando 78.00 reales por MWH.
La sorpresa fue general por el menor precio ofertado por el consorcio ganador, en condiciones logísticas más complicadas que Santo Antonio como la distancia y las condiciones de bosque cerrado, porque Jirau tiene menor altura y nivel de utilización que Santo Antonio y porque la licitación incluía una línea de transmisión de 130 Km (distancia a Porto Velho). Pero sobre todo porque a los pocos días el consorcio ganador anunció la modificación de la ubicación del proyecto, de la Cachuela Jirau a la Cachuela del Infierno. Se argumentó que se posibilitaría el ahorro de 1 billón de reales (12% de la inversión total prevista por el gobierno) con lo que se podría alcanzar el precio ofertado, por las facilidades logísticas del lugar (menor movimiento de tierra y facilidades constructivas) y por la expectativa de entrar en operación antes de la fecha prevista (marzo de 2012 en lugar de enero del 2013). Esto ponía aún más presión al proceso de licenciamiento ambiental para que los plazos del consorcio puedan cumplirse.
Para cumplirlos, inventaron el licenciamiento ambiental por partes, como si se tratase de tramos de una carretera. Así aprobaron licencias parciales. Esto significa que Jirau obtuvo la licencia ambiental sin el estudio de evaluación de impacto ambiental para el proyecto y sin dimensionar la nueva área de inundación, por lo que el gobierno brasileño no podía afirmar que no inundarían territorio boliviano.
Los estudios ambientales de las represas del Madera fueron realizados por Odebrecht para toda la región. A pesar de los resultados de las simulaciones del comportamiento hidráulico realizadas y frente a los reclamos del Estado boliviano, la negativa de reconocer impactos en Bolivia fue sistemática. El modelo de simulación utilizó caudales históricos cuyo máximo valor llegó a 45600 m3/s. A la fecha el caudal en Porto Velho se mantiene en 56000 m3/s, es decir el doble el caudal medio. Para estas magnitudes y sin la topografía del lugar, no funciona el modelo utilizado. A pesar de todo ello, Jirau postuló al Mecanismo de Desarrollo Limpio de la Convención de Cambio climático, para ser beneficiado como proyecto de energías limpias.
El 2013 se autorizó a Santo Antonio la elevación del nivel de 70.5 a 71.3 sin estudios de impacto ambiental, agravando el riesgo de inundaciones. Se anunció que Jirau también solicitaría el aumento del nivel pero esto requería acuerdos con Bolivia, es decir acuerdos para inundar territorio boliviano.
2014, del desastre al infierno
Las imágenes del río Madera permiten comprender la magnitud del desastre o del infierno que vive la población cercana. A la espera de caudales aún mayores en Porto Velho se vive en estado de emergencia. De hecho, la altura del río sobrepasó los 18 metros en febrero, cuando la cota de emergencia es de 16.42m.
Los estudios no preveyeron un escenario con los caudales actuales, por lo que no se tiene sustento técnico para actuar. Enla situación actual, las represas deben estar siendo operadas con el objetivo de evitar el colapso de las estructuras y que Porto Velho quede bajo el agua, sin inundar demasiado el territorio boliviano. La generación de electricidad es secundaria, incluso se ha paralizado totalmente en Santo Antonio. Es probable que a la fecha el gobierno federal haya tomado el mando, para coordinar las operaciones de los dos consorcios en pugna. Jirau está en serios aprietos.
La sorpresiva reunión de cancilleres de Bolivia y Brasil seguramente tienee el objetivo de mostrar acciones conjuntas, pero lo más probable es que el canciller Luis Alberto Figueredo venga a negociar. El 2 de julio la ANEEL aprobó el pedido de elevación de la cota (altura) de Santo Antonio de 70.5 m a 71.3 afectando la generación en Jirau. Para recuperarla Jirau requería negociar con Bolivia el aumento del nivel de agua en la represa, pero esto significa negociar la inundación.[i].
Probablemente Figueredo vino con ofrecimientos en compensación: más apoyo financiero o técnico para el Ministerio de Agricultura o de Gobierno, becas de estudio, donaciones en especie o hasta podría ser la aceptación del precio del gas de Bolivia. Y estudios conjuntos, esto no puede faltar. En todo caso, la experta diplomacia brasileña ya no se sorprende con la originalidad de sus homólogos bolivianos. Y siempre negocia en conjunto. Aunque los detalles de la negociación seguramente ya fueron tratados en la reunión de vicecancilleres de la anterior semana. Lo que no se comprende es por qué el vicecanciller Juan Carlos Alurralde no correspondió la invitación a Porto Velho con un recorrido aéreo por el río Madera en territorio boliviano, para que el diplomático brasileño también pueda observar los efectos transfronterizos de las medidas de minimización de costos ambientales y sociales del Programa de Aceleración del Crecimiento de Brasil, cuya factura está pasando la Madre Tierra.
[i] \\\»Nuestra agenda es muy amplia con nuestra hermana república del Brasil, es una agenda económica muy intensa, no solamente en el ámbito de los hidrocarburos, sino también en el ámbito del comercio, y la presencia de ciudadanos entonces son temas amplios que se dialogaran y se profundizaran en el beneficio de ambos países\\\»\\\’, precisó (el canciller) en declaraciones a los periodistas en la Plaza Murillo, de La Paz. ABI: Bolivia y Brasil debatirán temas económicos y políticos en La Paz. 03-03-2014
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