25 de Febrero de 2014 | 15:50
El pasado domingo hubo elecciones en Ecuador y los resultados resultaron adversos en las principales ciudades para el presidente Rafael Correa. El mandatario, lejos de ocultarlo, lo verbalizó. Como uno de sus candidatos perdedores fue nada menos que el de Quito, la capital, Augusto Correa -que estaba en poder de su partido Alianza País- Correa lo sentó a su lado en la conferencia de prensa y le dijo de todo al candidato y alcalde saliente.
Habló entonces de “sectarismo” dentro de la fuerza gobernante y también pidió evaluar errores de la gestión. Pero algunos de los conceptos más fuertes estuvieron vinculados a las culpas que repartió hacia “afuera”.
Dijo, en ese sentido, que el triunfo de Mauricio Rodas en Quito, es el de la derecha “que tiene vínculos con el fascismo que quiere derrocar a Maduro”. “No lo conozco al señor Rodas -dijo, irónicamente, ya que compitió con él en las presidenciales- pero sí a quienes están detrás suyo”. \»Esa gente -según Correa- no dudaría en pegarle un tiro al Presidente”.
Correa leyó, además, su derrota en la capital ecuatoriana como una posibilidad de que se \»desestabilice\» a su gobierno \»revolucionario\». En ese sentido, en varias oportunidades repitió, tras el traspié, que \»está en juego la gobernabilidad de Ecuador\» por el triunfo opositor en la intendencia de Quito.
Para analizar el resultado, hablamos con el economista y político ecuatoriano Alberto Acosta, que fue aliado de Rafael Correa en el nacimiento de su proyecto político y que luego se distanció. Inclusive, fue uno de los redactores de su plan de gobierno. Acosta compitió con Correa en las últimas elecciones como candidato a la presidencia, representando al partido Unidad Plurinacional de las Izquierdas. Fue presidente d ella Asamblea Nacional Constituyente y ministro de Energía y Minas. Acosta es una voz potente en su país, en donde además es conocido por ser sobrino nieto del cinco veces presidente José María Velazco Ibarra.
El presidente Correa ha dicho que su Alianza País está enferma de sectarismo y lo dice a raíz de la derrota en Quito. ¿Es un reconocimiento tardío? ¿Una salida elegante para sacarse las culpas? ¿Por qué perdió su partido en Quito?
– Correa es el perdedor. El asumió el puesto de candidato talla única. No solo para presidente, en donde tuvo éxito hace un año. El fue el candidato a las prefecturas, a las alcaldías, a las juntas parroquiales. A la postre pierde en 9 de las 10 ciudades más grandes del país. Y por cierto en las tres más importantes: Quito, Guayaquil y Cuenca. En Quito y Cuenca, sus bastiones, su partido es desplazado. De las 23 prefecturas obtiene directamente 7 y unas 4 más con alianzas. En dos provincias, en donde era muy fuerte su movimiento, es derrotado: Santo Domingo e Imbabura. En las provincias con conflcitos mineros, en donde se empeñó para ganar con el fin de apoyar el extractivismo a gran escala, fue vencido: Morona, Zamora, Azuay y Loja. Un tema a considerar es el fracaso de sus prefectos y alcaldes, sobre todo si se anota que son ladministraciones que disfrutaron de enormes recursos económicos y de un masivo respaldo del gobierno central, algo que no se había registrado antes.
La fortaleza del voto por Correa en las zonas rurales, ¿cree usted que es un remanente o una fortaleza real? ¿Por qué las ciudades le dan la espalda?
– Habría que analizar cada caso concreto. Los malestares locales pesaron. Pero por igual hay que ver los resultados desde perspectivas más amplias. Hay una suerte de voto protesta. No se puede entender que la gente votó por el candidato de la derecha neoliberal reencauchada exclusivamente. Pesó el autoritarismo del propio Correa: su atropello a un caricaturista, su maltrato a los médictos, la persecusión a a jóvenes que protestan, la criminalización de la protesta popular, el encausamiento de líderes que defienden los Derechos Humanos y los Derechos de la Naturaleza, la finalización de la Iniciativa Yasuní-ITT… en suma, a la postre la pasó factura la prepotencia y la arrogancia de un gobernante que apenas mantiene el discurso de izquierda.
¿Cree usted que la ausencia de Chávez tiene alguna incidencia política en Ecuador? ¿La ha tenido en estas elecciones?
– No creo. En algunos segmentos de la población les causa simpatía el proyecto bolivariano y en otros miedo, pero no al punto de influir en los resultados de las elecciones.
¿Es el triunfo de Rodas el de \»la derecha fascista\» vinculada con quienes \»quiere derrocar a Maduro\», como dijo Correa?
– No dudo que detrás de Rodas haya grupos de la derecha cavernícola. Pero esa lectura presidencial resulta simplona. Quizás trata de aglutinar a sus fuerzas disminuidas alrededor del miedo a la derecha. Aunque en realidad, si se asume que Correa es de izquierda, la derecha inteligente debería tomar vacaciones, pues nadie ha hecho tanto para modernizar el capitalismo como Correa.
Fuente: www.mdzol.com