En el auge de la resistencia de los pueblos amazónicos contra las hidroeléctricas, una organización internacional grande y respetada, utilizando todo su poder económico, mediáticos y de histórica aproximación con el gobierno brasileño, resolvió que podia dar un empujón en proyectos que ponen en riesgo la Amazonia.
Lo que menos precisamos en este momento es de la metodologia desarrollada por la WWF, para definir áreas ambientales prioritarias, que está siendo usada para “negociar” con el gobierno donde puede y donde no puede construir hidroelectricas en la Amazonia. La herramienta se llama Sistema de Apoyo a la Decisão (SAD). El objetivo seria establecer una estrategia para la Amazonia. Pero, establecer esta estrategia es prerrogativa de los pueblos amazónicos, antes que cualquier organización pública o privada.”
Extraje un trecho de la entrevista de Pedro Bara Neto, líder de Estratégia de Infraestructura en el programa Amazonia Viva de la WWF, concedida al periodista Mario Osava, en IPS/Envolverde. “IPS: ¿Qué otras usinas son rechazadas por los criterios del modelo de la WWF? PB: También la usina de Escondido, inclusive porque inundará mucho, cerca de mil quilômetros cuadrados, para generar 1.248 MW. Es el doble del área a ser inundada por Belo Monte que tendrá una capacidad casi diez veces mayor. De todos los proyectos, Escondido es el peor en términos de relación entre lago y generación. Pero si hay una que no podemos aceptar de ninguna manera es Chacorão. Y entre las dos están Salto Augusto (1.461 MW) y São Simão (3.509 MW), también problemáticas, por localizarse en el Parque Nacional de Juruena. Las cuatro quedan dentro del gran bloque central a conservar. IPS: ¿Pero el gobierno aceptaria negociar São Luiz do Tapajós (6.133 MW), que es estratégica? PB: No, la Empresa de Pesquisa Energética (EPE), del Ministerio de Minas y Energia, ya dejó claro que, aunque considere excelente nuestra herramienta, no negocia São Luiz ni Jatobá (2.338 MW), incluso si nuestros análisis las rechazaran. Con estas, más algunas de menor impacto, se puede alcanzar mitad del potencial de la cuenca sin comprometer la diversidad biológica y cultural del bloque central. Hay espacio para negociar. El director habla de criterios de la WWF desarrollados para rechazar algunas hidroelectricas en cambio de otras. El mapa generado por la aplicación metodológica “donada” al gobierno considera todos los proyectos hidroelectricos en el rio Teles Pires como de bajo impacto. Uno de ellos, la UHE Teles Pires, acaba de tener sus obras paralizadas por decisión judicial del juez Souza Prudente que entendió que los estudios ambientales dejaron de considerar los impactos a los indígenas y que su construcción ya destruyó patrimonio cultural y religioso de los indios de la región. Esto jamás podria ser considerado “bajo impacto”. ¿Verdad, Pedro Bara? Otras dos hidroelectricas que según el científico de la WWF son consideradas de bajo impacto son UHE São Manoel y UHE Foz do Apiacás, ambas proyectadas a menos de 500 metros de la Tierra Indígena Kayabi. Pareceres etnoecológicos entregados a la Funai y al Ibama demostraron que la construcción de esas hidroelectricas traerian serios impactos a la biodiversidad con amenazas a la supervivencia de especies de peces y de otros animales. En otra entrevista a IPS, el director de la WWF dice que “en la guerra por las grandes usinas hidroelectricas pierden todos, inclusive los vencedores, que consiguen construirlas, pero con atrasos, costos estériles y la imagem dañada.“ ¿Quién está preocupado con los prejucios e imagen abalada de los “vencedores” que hicieron la opción equivocada de construir hidroelectricas sin respetar el medio ambiente, poblaciones tradicionales, ministerio público, activistas, investigadores, científicos? Nuestra preocupación está con los únicos perdedores, o sea, la sociedad brasileña, los indígenas, los ribereños, los rios, bosques y con el futuro que realmente queremos. Pedro Bara incluso dice que “algunas usinas son inaceptables, como Chacorão (en el alto Tapajós, capacidad de 3.336 MW). Queda dentro de la tierra Munduruku.” Primero, hay legislación que impide la construcción de hidroelectricas en TI, no es necesaria una organización que diga que es inaceotable, pués es ilegal. Segundo, de estos dichos se depreende que las demás hidroelectricas planeadas, aunque esten a pocos metros de alguna tierra indígena y que provocariam impactos irreversibles, serian aceptables. ¿Quién le habría concedido a la WWF el poder de negociar con el gobierno en relación a las hidroelectricas en la Amazonia? Al final, la organización es conocida por el activismo ambiental y eso podria crear una interpretación equivocada en la opinión pública. Las decisiones del gobierno sobre el planeamiento hidroelectrico tendria, entonces, un sello de los ambientalistas. Ahí, indignada, ¿pregunto si no seria muy constructivo y revelaria respeto a los pueblos y rios amazónicos y a la biodiversidad, si todo recurso emprendido en la investigación, conocimiento generado y fuerza de persuasión fuesen utilizados de otra forma? Podrian, por ejemplo, mostrar que el proyecto de exploración del potencial hidroelectrico en la Amazonia corre riesgos, como lo demuestra la anunciada disminución de la salida de los rios que, en algunos casos, podrá llegar al 30%. ¿No seria más didáctico influenciar el gobierno a crear “herramientas y metodologias” de incentivos a las fuentes genuinamente limpias de energia eléctrica y de programas de eficiencia energética? Aunque el entrevistado mencione a los pueblos indígenas, la Convención 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el consentimiento previo e informado, el foco de la metodologia remite apenas a la preservación del bioma. El componente humano – indígenas, poblaciones tradicionales – parece entrar en el contexto como parte de la estrategia de sensibilización de la opinión pública.
Casa espanto la descripción de la siguiente foto: “Pedro Bara explica a indígenas y activistas la herramienta desarrollada por WWF para orientar negociaciones frente al avance de hidroelectricas y otros grandes proyectos en la Amazonia”. ¿La construcción de las hidroelectricas que afectarán a los indígenas será un hecho consumado?
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