Alabado seas mi Dios; porque a ellos les formaste el lago Genezaret, para nosotros el lago Titicaca.
Reverenciado eres ¡oh! Señor, porque ellos estuvieron en el monte Sinaí, nosotros en el monte Machupicchu.
Elogiado seas mi Señor, porque ellos te acompañaron en el Huerto de los Olivos, nosotros te sentimos en la selva amazónica.
Ponderado eres mi Dios, porque a ellos les permitiste las maravillosas pirámides Egipcias, a nosotros las sorprendentes pirámides Aztecas, Mayas, Tiahuanaco y las Lomas artificiales del gran Mojos.
Celebrado eres Señor, porque a ellos les entregaste la Mesopotamia, a nosotros la Mesoamazonía.
Considerado eres mi Dios, porque a ellos les creaste el desierto del Sahara, para nosotros el desierto de Atacama y el salar de Uyuni.
Alabado seas mi Señor, porque a ellos los organizaste en doce tribus,
a nosotros las tribus alcanzan a setenta veces siete.
Memorable eres mi Dios, porque para ellos sacaste agua de la Roca, a nosotros nos distes las aguas del Niagara e Iguazú.
Te alabo mi Señor, porque a ellos les prometiste la tierra donde mana leche y miel, nosotros heredamos “AbyaYala!, madre fecunda, tierra en plena madurez, donde existe una maravillosa biodiversidad.
Alabado seas por siempre mi Señor.
Guayaramerín, 14 de febrero de 2012.