La deforestación en Pando nos puede llevar a un desastre ambiental y a la destrucción de la biodiversidad amazónica

El director de Medio Ambiente del Gobierno Municipal de Cobija, Adibaldo  Moura Silva, anunció en una nota de prensa, (1)  que es necesario la destrucción del 40 por ciento del  bosques de Pando para buscar el desarrollo industrial  regional y, principalmente, para construir centrales hidroeléctricas.

El argumento que esgrimió es la necesidad de un plan para ejecutar proyectos de desarrollo ya que el crecimiento del sector está estancado por falta de industrias y energía eléctrica de generación propia. Explicó explicó a Página Siete que esta destrucción de la superficie forestal se llevará adelante a mediano plazo para mejorar la calidad de vida de la población y que es  difícil realizar actividades económicas sin hacer una deforestación, sin tumbar bosques. Esta autoridad agregó que la elaboración del plan de desforestación tendría que ser consensuado con autoridades municipales, departamentales y asambleístas de la región y que se deben llevar a cabo reuniones de información y socialización con diferentes sectores sociales. Esta propuesta de destrucción del bosque precisamente planteada por una autoridad medioambiental es preocupante por el desconocimiento o por la falta de un análisis integral y crítico sobre la  realidad económica y socio- ambiental del departamento amazónico de Pando. Lo que está planteando Edivaldo Moura es el desarrollo y la promoción del agro negocio; de la agricultura y la ganadería a gran escala lo cual es totalmente contraria a la vocación forestal en esta región amazónica y nos llevaría a un desastre ambiental y  a la destrucción de la biodiversidad que es nuestro mayor patrimonio. La Amazonía no tiene vocación agrícola y ganadera porque sus suelos son frágiles y con el tiempo la erosión se convierte en un problema difícil de resolver. Estas actividades económicas aparte de destruir el bosque despojan y expulsa de sus territorios a indígenas y campesinas obligándolos a migrar a las ciudades aumentando los cordones de pobreza urbana. Es el ejemplo del Municipio de Cobija que tiene el 80 por ciento de su cobertura desforestada destinada a la ganadería que solo beneficia a pequeños grupos de poder y la mayoría de la población migró a las periferias de la ciudad; viven en condiciones de pobreza y han perdido el acceso al territorio y a los recursos naturales. Históricamente el norte amazónico, del  cual forma parte todo el departamento de Pando ha desarrollado actividades económicas sin destruir el bosque. Desde el siglo pasado hasta la década del ochenta la extracción de la goma y actualmente la explotación de la castaña amazónica y la extracción de madera son las actividades en las cuales no es necesario destruir el bosque. Si bien es cierto que existe una necesidad de industrialización de los recursos naturales esta debe ser de acuerdo a la realidad, a la vocación y al potencial existente en la Amazonía. Se debe desarrollar la industrialización de la madera, la castaña, la goma, la piscicultura, frutas tropicales, resinas, aceites vegetales, artesanías, productos farmacéuticos y la biotecnología. En Chile por ejemplo, sin ser un país forestal, la industria de la madera tiene ingresos superiores a los que tiene Bolivia por concepto de exportación de gas. Una hectárea de lagunas artificiales puede albergar cientos de miles de peces y tener mejor rendimiento que 100 hectáreas desforestadas con ganado vacuno. El desarrollo de la industria sin chimenea, el ecoturismo es otro potencial que es necesario apoyar y que tiene resultados palpables en la Amazonía Sur; en Rurrenabaque, el Madidi y Pilón Lajas. El desarrollo económico con preservación de la Amazonía es posible, es real; no hay que inventar nada solo hay que transferir experiencias, tecnologías y elaborar proyectos con calidad con expertos junto al conocimiento tradicional de la población indígena y de florestanos (2). Respecto a la necesidad energética es conocida la intención del gobierno y autoridades locales de construir la hidroeléctrica de Cachuela Esperanza lo cual es un error por el alto impacto social y ambiental. Significa inundar 500 kilómetros cuadrados de bosques castañeros, desaparecerían 50 comunidades indígenas y florestanas que tendrían que migrar a  las periferias urbanas. Desaparecerían los peces de la cuenca amazónica porque no podrían migrar a desovar al no poder pasar el muro de la represa. Este efecto ya se siente a causa de la construcción de las Represas de San Antonio y Jiraú en Rondonia Brasil. Los millones de dólares que se invertirían en la construcción de la Hidroeléctrica de Cachuela Esperanza resolverían el problema de pobreza de todo el norte amazónico a través de un plan de desarrollo integral participativo de acorde con la realidad y las verdaderas necesidades locales; distribuyendo  los bienes comunes con justicia social. La alternativa energética es construir pequeñas y medianas hidroeléctricas en los ríos Yata y Genesguaya en la provincia Vaca Diéz,  Tahuamanu y Buyuyo en Pando. Otras opciones energéticas es la biomasa abundante en la Amazonía.  El chip mental del desarrollismo  nos está llevando a buscar el crecimiento económico a toda costa sin importar los elevados costos e impactos sociales y ambientales. Hace falta debate amplio, fraterno, de frente con todos los actores sociales y autoridades de la región para comprender que otro modelo de desarrollo es posible para evitar el ecocidio y la desolación en la Amazonía. Notas: 1.        Pando perfila aumentar su nivel de deforestación hasta un 40%. Claudia Soruco / Cobija, Pando – 28/07/2013- Pagina Siete.

2.        Florestanos. Concepto que viene de florestanía, que significa que vive en la floresta o en el bosque. Si se trata de descolonizarnos el concepto de campesinos es equivocado porque la gente no vive en el campo, sino en el bosque.

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