A principio del mes de Febrero había denunciado este hecho a través de un artículo titulado: Violencia en la Amazonía, una historia que se repite. En el texto ya mencionaba los hechos de violencia ocurridos en la comunidad de Retorno ubicada en el Municipio de San Lorenzo del Departamento de Pando, pero no sabía la magnitud de lo ocurrido porque la fuente informativa, quizás por miedo a represalia, no reveló toda la verdad.
Las narraciones de las víctimas son escalofriantes, aterradoras y han quedado con el terrible trauma de haber padecido la violencia criminal de una horda de delincuentes.
La acción delincuencial fue planificada cuando la mayoría de los hombres no se encontraban en la comunidad porque realizaban otras tareas. Aproximadamente 60 delincuentes armados invadieron la comunidad y golpearon, maniataron a amenazaron de muerte a los pocos hombres, niños y ancianos, para luego abusar, ultrajar y violar a las mujeres. Posteriormente quemaron las casas y chozas; y a golpes los obligaron abandonar la comunidad, caminar varias horas hasta dejarlos maltrechos y malheridos a la orilla del río Beni.
Cuando las autoridades comunales fueron a denunciar el hecho a la ciudad de Riberalta, Municipio vecino del Beni, a los organismos competentes como el Ministerio Publico, la Policía, el Sistema Judicial, fueron discriminados y no fueron escuchados ni atendidos, deslindando competencia jurisdiccional. Inclusive los medios de comunicación distorsionaron los hechos ocultando y falseando la verdad. Al no recibir la asistencia humanitaria ni la protección correspondiente quedaron en una total indefensión. Inclusive se han referido que organismos como Derechos Humanos y la Defensoría del Pueblo de Riberalta que conocieron el hecho no actuaron enérgicamente para denunciar públicamente y a nivel nacional lo acontecido. Posteriormente se hizo la denuncia en el Ministerio Publico de la ciudad de Cobija, del cual también se reclama la lentitud del proceso judicial.
Es más, este hecho pudo ser evitado en su momento, porque se denunció con anterioridad este conflicto, pero las autoridades competentes no actuaron con oportunidad y celeridad; no hicieron nada.
La influencia del poder económico hizo que varias autoridades y algunos medios de comunicación social encubrieran a los verdaderos mandantes de la violencia criminal y la causa principal que es el acaparamiento o concentración de tierras y territorios ancestrales, por parte de terratenientes privados que se los denominan barraqueros en la región. El territorio donde están asentados, desde hace varios años, los campesinos e indígenas de las comunidades de Retorno, son bosques fiscales, que antiguamente eran territorios indígenas donde recolectan castaña amazónica y que antes del saneamiento de tierras eran latifundios que fueron abandonados por barraqueros y que solo aparecen durante la zafra de la castaña.
Recién ahora, después de seis meses, el Misterio Publico envía una Comisión a Investigar el hecho, lo cual demuestra omisión, negligencia, burocracia, en dos palabras, retardación total de la justicia que sufre el pueblo indígena Tacana de El Retorno; con la paradoja que, precisamente, se enarbola a los cuatro vientos el proceso de cambio del Estado Plurinacional Indígena de Bolivia.
Nos duele en lo más hondo de nuestra humanidad todo el sufrimiento, la tortura y la humillación que tuvieron que padecer estas mujeres indígenas por parte de bestias inhumanas que al parecer no nacieron de una mujer. Sabemos que nada de lo que se haga podrá reparar o borrar el trauma psicológico, sin embargo, nuestra sociedad no puede tolerar que esta violencia criminal siga sucediendo. ¿Hasta cuándo el Estado y sus instituciones permitirán que la violencia criminal y la horrenda barbarie sigan sucediendo con los pueblos indígenas?
Esta flagrante violación a los más elementales derechos humanos del pueblo indígena Tacana del Retorno, no puede quedar en la impunidad, por eso exigimos que la justicia encuentre y sancione a los culpables, autores intelectuales, plenamente identificados, y a los autores materiales de esta barbarie cometida en pleno siglo XXI