Según se ha informado, el Lanzamiento Global del Año Internacional de la Quinua, que se realizará el 20 de febrero en Nueva York, Estados Unidos, contará con la participación de más de 190 países. El Viceministro de Desarrollo Agropecuario, Víctor Hugo Vázquez anunció que además del presidente Evo Morales, asistirán dignatarios de varios países del mundo para lanzar una declaratoria internacional sobre la quinua y así concentrar la atención mundial hacia el consumo de este grano, en razón de que se constituye en una alternativa para afianzar la seguridad alimentaria y reducir los índices de desnutrición y pobreza. De la misma manera, se espera que este acontecimiento ayude a promocionar la quinua en todos los países miembros de la ONU y, por tanto, a generar posibles nuevos mercados de exportación.
Si bien, esta posibilidad es muy interesante para el país en razón de que podría generar más ingresos económicos por las exportaciones de este importante grano, esta noticia parece mucho más importante para los productores del Altiplano sur que han cultivado este grano con prácticas tradicionales y sostenibles desde hace miles de años (labranza mínima, periodos de descanso adecuados, rotación de suelos y cultivos, aplicación localizada del estiércol animal, etc.). Su demanda en el mercado internacional y sus precios interesantes, hace que su cultivo en el país se siga masificando, además es una de las pocas alternativas que tienen los agricultores de esta deprimida región para poder generar ingresos económicos y mejorar sus condiciones de vida (Un quintal de quinua está cerca de los 800 Bs, en comparación al arroz que no supera los 400 Bs).
Sin embargo, preocupa que como siempre los diferentes gobiernos de turno, no hayan sabido visualizar a tiempo la importancia de los granos andinos y en este caso del cultivo de quinua para la alimentación de los bolivianos y de la humanidad (la quinua contiene importantes proteínas y aminoácidos, que están muy por encima de otros cereales como el trigo y arroz). Por otro lado, no se ha dado importancia al cuidado de nuestro material genético nativo, situación que ha provocado que varios países como EEUU, Francia, Brasil y otros ya lo cultiven o estén por cultivar gracias a que disponen de alta tecnología y al impulso que sus gobiernos dan a la investigación agrícola. Esta situación podría derivar en que a mediano y largo plazo otros países produzcan quinua de manera más sostenible y competitiva que Bolivia.
Según las noticias de prensa el Gobierno está conformando el Comité Internacional de la Quinua en Bolivia, con el objeto de planificar y definir estrategias para la difusión y promoción de este cereal a nivel nacional e internacional. Tareas que seguro serán complementarias a las que llevará a cabo el Ministerio de Desarrollo Rural para promocionar el grano en el territorio nacional, incentivar el consumo en el mercado interna e impulsar su industrialización, además de aumentar la producción del grano, en base al incremento de las áreas de cultivo (según las autoridades el año 2010 se llegó a cultivar cerca de 64.000 ha y para este año se proyecta llegar hasta las 100.000 ha).
En este año tan importante para el reconocimiento de la quinua como un alimento estratégico para la humanidad , preocupa que en el país, al margen de promover y difundir su consumo a nivel nacional, no se ponga atención en el deterioro que están sufriendo los recursos naturales en las zonas quinueras y la necesidad de impulsar su producción sostenible. Los suelos del Altiplano Sur tienen una alta fragilidad y baja fertilidad natural, por tanto, la masificación del cultivo de quinua en esta región, con un manejo poco adecuado de suelos, siembra en sistemas de monocultivo, disminución de los periodos de descanso, uso de maquinaria agrícola y ampliación de la frontera agrícola, están incidiendo de manera alarmante en el deterioro de los recurso naturales por erosión eólica, hídrica y otros.
Por tanto, la preocupación central de gobernantes, investigadores y productores debiera estar centrada en la producción sostenible de este importante cultivo tanto en el marco del Lanzamiento Global del Año Internacional de la Quinua como de la Ley 144 sobre la Revolución Productiva Comunitaria Agropecuaria (disposiciones transitorias) y políticas estatales.
Sería conveniente que el INIAF elabore una propuesta de investigación a corto, mediano y largo plazo con las instituciones involucradas (Universidades, Fundaciones, etc.) y los productores, para evitar que las zonas productoras tradicionales se sigan deteriorando por falta de respuestas adecuadas para el manejo integral del espacio comunal y su complementación con la ganadería, así como de la fertilidad del suelo a nivel parcelario y predial.
Para lograr resultados satisfactorios que permitan la producción sostenible de la quinua es fundamental el apoyo incondicional y continuo del gobierno central al INIAF y a la investigación, tal como se da en los países vecinos. Parece que hasta el momento el INIAF no está pudiendo cumplir a cabalidad su misión, visión y objetivos para apoyar la soberanía alimentaria y la revolución productiva debido a su presupuesto insuficiente para la investigación, la falta de continuidad e institucionalidad de los cargos jerárquicos y de los investigadores y técnicos de algunos programas, entre otros. Es fundamental que el gobierno del presidente Morales retome el papel central de la investigación por el Estado que fue eliminado durante el gobierno de Sánchez de Lozada. Las investigaciones del INIAF deben estar orientadas a resolver los problemas centrales que aquejan a la producción de la quinua de manera integral, considerando aspectos técnicos, socioeconómicos y ambientales.
Si analizamos la situación agropecuaria en los países vecinos, veremos que la producción de alimentos es muy importante dentro de sus políticas, tanto para garantizar la demanda de alimentos a nivel interno como para la exportación con valor agregado. Para tal efecto, cuentan con Centros de Investigación Agropecuaria y los apoyan adecuadamente con el propósito de fomentar e impulsar el desarrollo agropecuario en base a la generación de tecnologías adecuadas, variedades resistentes a diferentes problemas, manejo sostenible de sus recursos naturales y otras demandas. Este apoyo esencial de los gobiernos a la investigación a corto, mediano y largo plazo que a la larga llega a ser muy rentable, incluye salarios de investigadores, logística, equipamiento, capacitación de cuadros, etc. Esto, siempre y cuando, estos centros sean manejados con independencia, responsabilidad y principalmente sin injerencia política.
Si bien diferentes instituciones, ONGs, universidades, fundaciones y otras, están trabajando en el Altiplano Sur con el objeto de buscar alternativas para el cultivo sostenible de la quinua, como el manejo de la fertilidad de los suelos, plagas y enfermedades, barreras vivas y otros, en la mayoría de los casos sus propuestas son muy puntuales y no atacan de manera integral los problemas y los factores arriba mencionados. Asimismo, varios trabajos de investigación y ensayos realizados, no han sido validados en tiempos adecuados y con la suficiente rigurosidad; no se ha hecho un seguimiento a mediano plazo de las prácticas aplicadas y de su adopción espontánea por parte de los productores.
Asimismo, considerando que gran parte de la economía de los pobladores gira en torno a la producción de este cultivo, es muy riesgoso apostar solo a la quinua, debido a que los cambios climáticos que se están presentando en esta última década con mayor intensidad y frecuencia, están provocando pérdidas en la producción en grandes superficies, lo que puede afectar seriamente la economía de los productores. Ante esta situación, sería importante diversificar las actividades económicas de los productores y de los municipios.
Como se advierte, es necesario trabajar en varios frentes de manera paralela, especialmente en el manejo de la fertilidad del suelo a nivel parcelario y predial con ayuda de diferentes prácticas agronómicas, mecánicas y biológicas combinadas entre sí.
Por otro lado, debido a la pérdida de las prácticas tradicionales y del manejo integral del espacio, es importante apoyar la realización del ordenamiento territorial del espacio geográfico de las comunidades o municipios, con el objeto de conocer sus potencialidades y limitaciones.
Asimismo, se debe trabajar en el fortalecimiento de las organizaciones originales, promover su capacitación y concientización para incentivar su participación en la búsqueda de soluciones conjuntas. Es también importante que las iniciativas y propuestas para una producción sostenible de quinua, consideren retomar y vigorizar los principios comunitarios que tradicionalmente han permitido el manejo y resguardo de los recursos naturales.
Ante esta realidad, es importante que el Año Internacional de la Quinua sirva no sólo para seguir promocionando sus bondades en el mundo, sino para buscar soluciones orientadas a garantizar su producción sostenible en el Altiplano Sur y Central.
*El autor es Ing. Agrónomo, Ph.D, Fac. de Agronomía, Carrera de Ingeniería Geográfica –UMSA.