Por su ubicación geográfica, recostada sobre los nevados y volcanes de la gran Cordillera de los Andes que se derraman hacia las llanuras, Salta posee una variedad infinita de pisos ecológicos, que van desde la alta puna, pasando por valles secos y no tan secos, a las últimas expresiones australes de las selvas continentales y a la inmensidad del Chaco sudamericano, que caracteriza toda su región oriental. Salta es síntesis geográfica y por eso mismo, ha sido históricamente, un centro de convergencias e intercambios culturales. En el pasado colonial, Salta se convirtió en la ciudad más importante de entrada y salida hacia la antigua Audiencia de Charcas, o Alto Perú, hoy Bolivia. De allí, vía San Salvador de Jujuy –una hermana urbana de la ciudad de Salta- se accedía a la quebrada de Humahuaca, para luego alcanzar la altiplanicie, y tras atravesar los valles de Tupiza y de Camargo, a Potosí y a Charcas-Chuquisaca (hoy Sucre), centros neurálgicos de las tierras altas sudamericanas entre los siglos XVI a XIX. Antes de la llegada de los europeos, todas estas tierras habían sido parte de la entidad estatal mayor de toda la Sudamérica originaria: el Tawantinsuyu incaico, que cohesionó a su vez a numerosas expresiones de la diversidad indígena regional. Por ello, la historia común del este verdadero espacio geocultural es más fuerte que las fronteras nacionales que han terminado conformando las actuales naciones sudamericanas. Es más fuerte, o debería serlo para nutrir el actual cauce histórico donde se hayan embarcados nuestros pueblos, el argentino y el boliviano, el boliviano y el argentino. Esta mirada cobra una relevancia crucial, tomando en cuenta que en el presente, hay más de 2 millones de hermanos bolivianos viviendo en la República Argentina. Esta idea del espacio geocultural común es la que alentó la iniciativa que esta semana se concretará, gracias al esfuerzo de muchas personas e instituciones: la realización del primer Encuentro de Hermanamiento Regional de Creadores, Intelectuales y Gestores Culturales de Bolivia y el Noroeste Argentino (NOA), que se efectuará en la ciudad de Salta, entre los días 21 y 24 de febrero de 2013. Este encuentro buscará forjar, desde la horizontalidad del contacto entre trabajadores de la cultura de un lado y el otro de la frontera, desde la raíz y la continuidad histórica de las relaciones entre los pueblos, una agenda de acciones culturales conjuntas. Esta agenda se nutrirá en la convicción que ese es el mejor camino para seguir rompiendo barreras falsas, distancias impuestas e incomprensiones y prejuicios absurdos, en la búsqueda de afirmar y proyectar un destino convergente, que nos permita seguir preservando y diferenciando nuestras identidades nacionales, populares e indígenas en un mundo cada vez más globalizado y cada vez más homogéneo en términos culturales. El desafío es enorme pero el propósito que anima al encuentro de hermanamiento de creadores que tendrá lugar en Salta es que si desde abajo, desde la base, desde los propios trabajadores de la cultura se empiezan a dar pasos firmes para ese blindaje de las identidades, las mismas encontrarán, por si solas, un ámbito de expresión cada vez mayor, especialmente en el marco de los estados, para luego proyectarse continental y mundialmente. La organización del encuentro, en Argentina, está a cargo de la Unión Salteña de Escritores y Fundación Cultural Cebil; la coordinación en Bolivia fue realizada por el Foro Boliviano sobre Medio Ambiente y Desarrollo (FOBOMADE) y la Expedición Madidi. El jueves 21 de febrero, a las diez de la mañana, en la localidad de Maimará-Jujuy, en el marco imponente del paisaje de la mítica quebrada de Humahuaca, con la presencia de escritores de Bolivia, Jujuy, Tucumán y Salta, se realizará el primer evento del encuentro de hermanamiento regional y no es ningún azar que esa primera acción sea la de rendir homenaje a un pionero y visionario de la unidad entre Argentina y Bolivia: el militante y filósofo Rodolfo Kusch. Río Abajo, 18 de febrero de 2013 |