Los resultados de la Conferencia de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático realizado en Doha (Qatar) del 26 de Noviembre al 8 de diciembre de 2012, nos condenan a un futuro devastador. Los documentos no están a la altura de la situación crítica y no frenarán el calentamiento del planeta. Ya era consabida la falta de voluntad política de los países industrializados para comprometerse con seriedad a reducir las emisiones de gases causantes del efecto invernadero que provocan el calentamiento global. Las organizaciones sociales, no gubernamentales y ecologistas han rechazado y condenado los acuerdos de Doha.
En la XVII Conferencia de las partes de Naciones Unidas sobre cambio climático (COP 18), han extendido el protocolo de Kioto hasta el 31 de diciembre de 2020 con pocos avances tanto en los compromisos de reducción de las emisiones contaminantes como de Fondos Verde para el Clima. De este acuerdo se han desvinculado grandes potencias como Japón, Rusia, Canadá y Nueva Zelanda; además de EEUU que nunca ratificó su participación y es el país más contaminante del mundo. Tampoco son parte de este acuerdo las nuevas potencias emergentes como Brasil, India y China, éste último es el otro gran contaminante del planeta.
El problema está en que los países que se han comprometido con reducir sus emisiones de gases solo representan el 15% del total de las emisiones contaminantes del mundo. Es decir, que los países causantes del 85% de las emisiones contaminantes no son parte del acuerdo. Los países desarrollados tampoco se comprometieron aumentar el financiamiento para el clima que supere los compromisos anteriores de 100.000 millones de dólares hasta el 2020.
Como dato tenemos que en el primer periodo del Protocolo de Kioto (2005-2013) los países industrializados no cumplieron sus metas y las emisiones de gases de efecto invernadero en vez de disminuir más bien han aumentado de forma preocupante. Es decir de nada sirven los acuerdos, de nada sirve el show mediático, al parecer nada detendrá el calentamiento global y el aumento de la temperatura entre 2 a 3 grados centígrados hasta el final del siglo XXI, según informes recientes de instituciones como la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Banco Mundial. [i]
Los anteriores acuerdos de financiación no han sido cumplidos y no existe ninguna garantía de que en este segundo periodo del 2013 al 2020 lo cumplan. Los países del Norte no tienen la intensión de apoyar económicamente a los países en proceso del desarrollo que son los que padecen y sufren los efectos del cambio climático. Se resisten a pagar la deuda ecológica a los países del Sur, aludiendo precisamente que atraviesan una crisis económica.
Mientras tanto la situación del clima se agrava. En la cumbre climática de Doha, los datos científicos confirman dos certezas. Las emisiones de gases son más sensibles al clima de lo que se pensaba y los cambios climáticos se aceleran más de lo que esperábamos. En su boletín anual, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) confirma que los niveles de Dióxido de Carbono (CO2) han alcanzado las 391 partes por millón el año 2011. El efecto del calentamiento en el clima de la Tierra a causa del CO2 y otros gases de larga duración que atrapan el calor, aumentó en un 30% entre 1990 y 2011. Los datos científicos son confirmados por la realidad de los desequilibrios climáticos que vivimos y padecemos cada vez con mayor intensidad.
Las malas noticias del clima se multiplican. El 2012, los efectos se dejaron sentir: fue uno de los años mas calientes de la última década. Sequías, inundaciones, tifones, huracanes, tormentas derretimiento polar son noticias comunes en los medios de comunicación. El último desastre se registró, el martes 4 de diciembre, en Filipinas donde el paso del Tifón “Bopha” cobró la vida de cerca de 600 personas., precisamente cuando se realizaba la Convención.
REDD+: La mercantilización del desastre
Los documentos de la Convención sobre cambios climáticos promueven el mercado de carbono y el mecanismo REDD+ que mercantilizan los impactos. El Fondo Verde para Clima que prometen los países desarrollados está siendo insertado en el mercado financiero a través de la propuesta de REDD (Reducción de Emisiones por Desforestación y Degradación de los bosques). Con este mecanismo se están uniendo gobiernos y transnacionales financieras responsables de la destrucción de los bosques. Es decir que prevalecen los intereses empresariales. Aun del desastre ecológico quieren sacar ganancias, lo cual es inaceptable.
“REDD es una falsa solución tanto para la desforestación como para el cambio climático” (WRM). Han convertido el problema de emisiones en un mercado de carbono a través de un mercado financiero en el cual se negocian los créditos de carbono usados por los contaminadores para compensar sus emisiones de carbono.[ii] (2) En otras palabras se trata de pagar el impacto ocasionado y quedar libre de culpa. Empresas Multinacionales, ONGs y gobiernos capitalistas hacen publicidad y promueven REDD como algo bueno para las comunidades campesinas e indígenas porque obtendrían recursos financieros en compensación por los daños ocasionados. En realidad, la mayor parte de los recursos se quedarían con los agentes financieros o intermediarios de este mecanismo además de ser fondos condicionantes.
Se trata de un nuevo engaño, de prometer y esperanzar a la gente, pero al final las soluciones no llegan y los problemas se multiplican. No hay que sorprenderse, así siempre fue la diplomacia capitalista.
Ecologistas rechazan el acuerdo
Varios movimientos ecologistas, ONGs y personalidades han rechazados los acuerdos de Doha.
La organización Ecologistas en Acción ha aprobado una resolución en la cual rechazan el acuerdo de Doha por considerarla inaceptable, porque no frenará el cambio climático negativo, y convoca a los países pobres y más afectados por la crisis climática a mantenerse firmes y rechazarlo.
En su documento, asegura que “las políticas sobre cambio climático siguen estando secuestradas por los intereses de los poderes políticos y económicos de una minoría de la población mundial que son los que representan los Estados y las industrias más contaminantes” (3).[iii]
Según la Organización Ecologista Greenpeace “los acuerdos aprobados en Doha están lejos de estar a la altura de la ciencia, porque no recogen la trayectoria de reducción de emisiones que recomiendan los científicos de Naciones Unidas ni compromisos de reducción de emisiones adecuados”. Greenpeace recuerda “la relación entre la falta de mitigación del cambio climático y la mayor proliferación de catástrofes como el tifón que azota estos días Filipinas y, en este sentido, lamenta que no se hayan acordado medidas más operativas para hacer frente a los daños que los países más vulnerables –y los menos responsables- están teniendo que afrontar”. [iv](4)
La Climate Action Network (CAN), que aglutina a la mayoría de las organizaciones no gubernamentales relacionadas al cambio climático, denunció que “la brecha entre lo que prometen los países y lo que cumplen no se ha reducido y que una generalidad en esta reunión es que no se honran las promesas hechas en anteriores reuniones”.[v]
Otras organizaciones sociales de Latinoamérica denunciaron que las negociaciones de Cumbre sobre Cambio Climático de la ONU han sido extremadamente excluyentes de la participación de la sociedad civil.
La posición boliviana en Doha
Bolivia en Doha, ha expresado su preocupación por que el acuerdo no brinda soluciones reales a la crisis climática y porque los compromisos de reducción de emisiones contaminantes de los países desarrollados son muy bajos. Sin embargo, considera como avances el haber impedido el acceso de los países desarrollados excluidos del segundo periodo del Protocolo de Kioto a los mecanismos de mercado establecidos en el mismo y a usar los créditos de carbono acumulados. Los delegados bolivianos en Doha, también consideran relevante el hecho de que se aprobó, trabajar técnicamente la propuesta boliviana del enfoque no basado en mercado de la mitigación y adaptación de los bosques para considerarlo en la COP19. También califican de dramático el hecho de no haber logrado financiamiento adecuado para el cambio climático.
La posición boliviana es ambigua porque por un lado reconoce que no hay soluciones reales a la crisis climática pero, por otro lado, creen que hay ciertos avances. No existe una posición clara y contundente que refleje lo que están sufriendo los campesinos e indígenas con las sequías, heladas, inundaciones, cambios de los ciclos productivos, etc. Por dignidad, Bolivia debía rechazar este tipo de acuerdo y no debería firmarlo porque al hacerlo le da legalidad y legitima la posición de los países que provocan el desastre del clima. Estamos dentro del juego y las reglas que ellos nos imponen y nos hacen participar no para darnos crédito sino para legalizar el engaño permanente. Lo que debiera hacer Bolivia con el grupo del Alba y los países no alineados es construir el movimiento mundial de lucha contra la destrucción de la madre tierra, a causa del capitalismo que depreda la naturaleza y que nos condena a un desastre planetario a causa de sus emisiones de gases contaminantes.
Fortalecer el movimiento ecologista mundial
Los países desarrollados no están dispuestos a renunciar o modificar el sistema capitalista y su modelo de desarrollo que son la causa de las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero que provocan el calentamiento del planeta y los desequilibrios del clima. Se tiene conocimiento que para reducir las emisiones no depende solamente de financiar tecnologías limpias, sino de cambiar la estructura misma del modelo económico de producción y de consumo.
Sabemos que las potencias contaminantes no disminuirán sus emisiones por buena voluntad, tampoco cambiarán de actitud por el hecho de sufrir en su propio patio impactos como el Ciclón Sandy, la tormenta tropical Debby, que afectaron de forma devastadora a los EEUU.
A su vez, todos los esfuerzos para proteger y conservar eco regiones como la cuenca amazónica, por ejemplo, o áreas aisladas del planeta; de nada servirán, si no se logra mantener el equilibrio del clima planetario, porque de igual forma serán destruidas por el impacto global.
¿Que nos queda por hacer? Seguir fortaleciendo el movimiento mundial por la justicia climática. Sólo bajo presión global se podrá hacer algo para cambiar el rumbo del desastre planetario al que nos está llevando el sistema capitalista de consumo desmedido y de destrucción de la naturaleza.
[i] Ver. Gases de efecto Invernadero se disparan: Saltan las alarmas. Alex Fernández Muerza.www.ecoportal.net. 06-12-2012.
[ii] BINGOS, en busca de Redención.www.ecoportal.net. 06-12-2012
[iii] www.ecologistasenacción.org. Cambio Climático. Cumbres del Clima. Instan a rechazar resultados de Doha. 9 de Diciembre de 2012.
[iv] www.periodistas-org.planetaazul. Cumbre Climática de Doha termina con acuerdos mínimos criticado por ecologistas. 8 de Diciembre de 2012.
[v] Negociaciones siguen atascadas en Doha en último día de la Cumbre. Los Tiempos. 7 de Diciembre de 2012.
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