Resulta crucial hacer un recuento de lo recorrido desde 1992, considerando todos los compromisos de la ONU y los procesos desarrollados durante la última década [1]. La cumbre internacional de Río + 20 es un momento adecuado para analizar la crisis social y ecológica que atraviesa la humanidad actualmente.
Nuestros jefes de Estado y gobiernos deben encarar las causas de las diferentes crisis para detener y revertir la creciente desigualdad tanto entre como dentro de países. La constatación de que las crisis están interconectadas entre sí tiene que tener como consecuencia que Río + 20 vuelva a dar un lugar protagónico al concepto del desarrollo sostenible (social, ambiental y económico) y que no se limite a promocionar la ‘economía verde’ como solución a todos los males. El reconocimiento y la conservación de los bienes públicos globales (“the commons”) es un prerrequisito para impedir que la comercialización de estos bienes afecte el derecho de los pueblos al acceso y uso de los mismos.
La coalición belga Rio +20 agrupa sindicatos, organizaciones de cooperación, de mujeres, y ambientalistas, el Foro Social de Bélgica y las plataformas sobre desarrollo sostenible. Demandan a Bélgica, Europa y los líderes del mundo entero que en la cumbre Río +20 se opte por un modelo de desarrollo diferente que conduzca a un mundo sostenible.
1. Una sociedad sostenible
Promover una sociedad sostenible significa construir un modelo de desarrollo que integre las tres dimensiones del desarrollo sostenible: una economía al servicio de los objetivos sociales que respete los limites ambientales de nuestro planeta.
Esto significa:
– Asegurar la justicia social y el bienestar, erradicando la pobreza y la desigualdad social incluida la inequidad de género;
– A través del uso de la economía lo cual supone una modificación en los patrones de producción y consumo y la redistribución de la riqueza;
– Respetando los límites ambientales del planeta lo que implica conservar los recursos naturales y los servicios ambientales que nos prestan.
Estos tres ejes, que han sido incluidos en el plan de implementación de Johannesburgo (2005), deben realizarse de acuerdo a los principios de la declaración de Río con especial énfasis en los principios de la participación (principio 10), de la participación de las mujeres (principio 20), de la precaución (principio 15), de la responsabilidad compartida pero diferenciada (principio 7) dentro de los límites de la posibilidades respectivas y con respeto al derecho al desarrollo (principio 3).
Una sociedad sostenible supone la realización del derecho al agua y saneamiento y el manejo público de las reservas de agua a favor de todos los ciudadanos; la soberanía alimentaria basada en una agricultura campesina sostenible; detener la deforestación al 2020; el manejo sostenible de los océanos; la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global a partir del 2015; la recuperación de los recursos naturales (biodiversidad, recursos marinos); el derecho a la energía sostenible para todos; la realización del derecho a la educación; el fortalecimiento de capacidades y el acceso a tecnologías. Todo esto respetando la equidad de género.
2. El camino hacia una sociedad sostenible
Un sólido marco internacional
– Se debe establecer un Consejo para el desarrollo sostenible en el seno de la asamblea general de la ONU, con autoridad y poder de decisión. Esto significa que este Consejo defina criterios de sostenibilidad a nivel social, económico y ambiental, tenga el poder de hacerlos respetar y asegure la coherencia de todas las decisiones multilaterales.
– Se requiere de un mecanismo internacional de rendición de cuentas para actores públicos incluidas las instituciones financieras internacionales (Banco Mundial, FMI, bancos regionales de desarrollo, etc.) y las empresas transnacionales de forma tal que el Consejo para el Desarrollo Sostenible tenga la oportunidad de hacer seguimiento y controlar las actividades de estos actores y en caso sea necesario sancionarlos.
– Se tendrá que definir una agenda clara y transparente para fortalecer el PNUMA (UNEP) hasta una Organización Internacional para el Medio Ambiente (UN Environment Organisation) que controle y pueda sancionar y que esté al mismo nivel que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización Mundial del Comercio (OMC). Este último debe ser incorporado a la ONU.
Indicadores vinculantes y objetivos de desarrollo sostenible
– En Río se debe definir indicadores de sostenibilidad en términos sociales, ambientales económicos y políticos y éstos deben empezar a usarse de inmediato.
– Se debe establecer una agenda clara y transparente para llegar a la definición de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para todos los países, basados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la distribución equitativa de los recursos naturales respetando los límites del planeta. Estos objetivos deben ser definidos e implementados en diálogo con la sociedad civil. Los ODS deben tomar en cuenta la evaluación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) para avanzar en lo ya alcanzado y complementarlos y deben entrar en vigencia a partir del 2015.
– El Consejo de Desarrollo Sostenible debe tener el mandato para definir, realizar y hacer seguimiento a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Los recursos necesarios
– Redistribuir: Se debe reformar el sistema financiero y económico internacional
Existe necesidad de regulación y prohibición de toda forma de especulación, prohibición de los paraísos fiscales en redistribución justa de la riqueza. Se requiere un impuesto justo a las ganancias de las empresas y un sistema de monitoreo financiero por país y por proyecto para hacer un mejor seguimiento a estas empresas transnacionales.
– Reorientar: todas las decisiones de políticas deben ser coherentes con el desarrollo sostenible
Esto significa la inclusión de los costos sociales y ambientales, el reconocimiento del valor de los servicios prestados por la biodiversidad y los ecosistemas, la realización sistemática y obligatoria de estudios de impacto social y ambiental sobre las políticas de comercio, finanzas, climáticas, de desarrollo, etc., la integración de la equidad de género, la subordinación del comercio mundial a los acuerdos y tratados internacionales en materia de trabajo, medio ambiente y derechos humanos, y la creación de un mecanismo internacional de protección social.
Refinanciar: cada subsidio que tenga un efecto negativo sobre el medio ambiente o la situación social (subsidios para la energía de combustibles fósiles, para la agricultura y la pesca no sostenible, para la energía nuclear, etc.) debe ser suprimido. Se tendrá que buscar nuevas fuentes de financiamiento para obtener nuevos fondos públicos, que sean suplementarias a los compromisos ya adquiridos para la cooperación oficial al desarrollo. Éstos pueden incluir el impuesto internacional a las transacciones y el impuesto internacional a la energía para el transporte aéreo y marítimo.
Nota:
1. El Convenio sobre la Diversidad Biológica, sobre Desertificación y sobre Cambio Climático; el convenio Aarhus; el consenso de Monterrey 2002; la agenda de la OIT sobre trabajo digno; la conferencia de El Cairo sobre población; la conferencia de Bejing sobre la Mujer, de Istambul sobre hábitat, de Roma sobre alimentación.
Miembros de la Coalición Belga Rio+20:
Sindicatos: ACV-CSC, ABVV-FGTB, ACLVB-CGSLB.
Organizaciones ambientalistas: WWF, Greenpeace, Nature et Progrès, BBL, IEW, Inter EnvironnementBruxelles, Les Amis de la Terre, Autre Terre.
Organizaciones de cooperación: Oxfam en Belgique, OWW, MdMonde, SolidaritéMondiale-Wereldsolidariteit, PROTOS, SOS FAIM, FOS, CADTM, Vredeseilanden, CNDC-11.11.11, Koepel van de VlaamseNoord-Zuidbeweging – 11.11.11, BroederlijkDelen, CETRI, MEMISA, Entraide et Fraternité
Organizaciones de economía social: SAW-B
Organizaciones de mujeres: NederlandstaligeVrouwenraad, Le monde selon les femmes
Plataformas de desarrollo sostenible : Associations 21
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