Fuentes confiables entregaron al diario digital Bolpress la “Estrategia para desarticular la oposición a la carretera”, aparentemente redactada por los estrategas políticos del oficialismo. El documento de cuatro páginas comienza con una evaluación autocrítica:
“Primero hay que reconocer que la derecha ha hecho un excelente trabajo hasta la fecha para posicionar la oposición a la carretera; decimos la derecha porque ellos aprovechan nuestros errores para dañar la imagen del gobierno, respaldando a cualquier organización que tenga alguna diferencia con el gobierno, y se convierten en los encargados de financiar y articular las estrategias de estos movimientos; algunos ejemplos son la marcha indígena, los discapacitados, los médicos y otros”, evalúa el documento.
Los operadores del Ejecutivo subrayan que “los errores de nuestras autoridades y los desaciertos de nuestro gobierno activaron varios conflictos, y uno de ellos es la marcha indígena en contra de la carretera”.
Admiten que “existe una oposición cerrada a la carretera por parte de muchas comunidades, aunque también ya hay muchas voces a favor de la ley de la consulta… Muchos (indígenas) aceptan ser consultados (para dirimir el conflicto), pero esto no quiere decir que estén a favor de la carretera”.
La estrategia del gobierno
El documento describe con lujo de detalles las características y los fines del plan oficialista. Son tres los objetivos principales de la estrategia: 1. Desarticular completamente la oposición a la carretera por medio del TIPNIS; 2. Desbaratar la novena marcha, y 3. Lograr la participación de las comunidades en el referéndum programado para el 15 de abril.
Para lograr esos objetivos, los estrategas recomiendan trabajar en tres escenarios: 1. En las comunidades de los “verdaderos vivientes” del TIPNIS, 2. En las dirigencias locales y departamentales, y 3. En las dirigencias nacionales, la prensa y los protectores del medio ambiente.
Para que la estrategia funcione, los órganos de inteligencia del masismo afirman que es imprescindible fracturar a las dirigencias y dividir a las comunidades del TIPNIS en tres grupos.
Tres subcentrales agrupan a las 66 comunidades que habitan en el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure: la Subcentral TIPNIS afiliada a la Central de Pueblos Étnicos Moxeños del Beni (CPMB), la Subcentral Sécure afiliada a la Central de Pueblos Indígenas del Beni (CPIB) y la Subcentral del Consejo Indígena del Sur (Conisur) también afiliada a la CPIB.
Según la evaluación del gobierno, en el sector 1 (comunidades de Isinuta y Oromomo afiliadas a la CPIB) existen verdaderas poblaciones nómadas que solo hablan su dialecto, no conocen las ciudades y son totalmente orgánicas; mientras que las poblaciones del sector 2 (Sécure Alto afiliadas a la CPIB) están divididas.
En el sector 3 (Ichoa, afiliado a la CPMB), la mayoría de las comunidades son nuevas; se podría decir que casi todos son campesinos que viajan seguido a Trinidad donde estudian sus hijos y viven sus familiares. En este sector la gente habla castellano y el pedido de proyectos y servicios es generalizado, por lo que es más fácil la incursión de las brigadas del gobierno.
En ese escenario, el gobierno propone que la CPIB convoque a sus afiliados de todo el departamento a una reunión consultiva para definir posiciones sobre la IX marcha y la carretera, y buscar alternativas para el segundo tramo de la vía. ¿Por qué es necesaria la participación de dirigentes de todo el Beni? “Porque en la VIII marcha participaron (indígenas) de todo el departamento, de Riberalta, San Joaquín, Iviato y otros afiliados a la CPIB”, argumentan los operadores del MAS.
El plan consistiría en aislar a la Subcentral TIPNIS y “hacer que la CPIB trabaje en la desarticulación desde adentro, porque ellos de manera orgánica pueden llamar a todos sus dirigentes afiliados y realizar una consultiva interna, analizar la situación e inclusive postergar la marcha hasta que se concluya la consultiva”.
El plan ya está en marcha
Los operadores del gobierno ya están trabajando en el escenario 1, con incursiones y proyectos coordinados con los corregidores, pero son conscientes de que aún no logran desarticular la IX marcha. “Ojo, cualquier reunión de corregidores que no es convocada por sus organizaciones matrices no tiene valor para ellos y eso se mostrará a la prensa como una provocación a los pueblos”, advierten.
Ya se han tomado acciones en el escenario 2, “pero a ciencia cierta no se ha hecho nada, solo intenciones, cuando es el (escenario) más importante”. Sin embargo, “lo bueno de esto es que hoy tenemos de nuestro lado al dirigente que activó la marcha y a todo su directorio”, destacan los brigadistas del MAS, refiriéndose al secretario ejecutivo de la CPIB Pedro Bare.
La misión de Bare será visitar a sus afiliados para fijar una posición clara de la CPIB antes de la celebración de la reunión consultiva. El dirigente cooptado se limitará a repetir un libreto pre redactado:
En primer lugar, Bare explicará que la CPIB no ha podido realizar ninguna gestión a favor de los pueblos indígenas “por estar peleando con el gobierno”, y advertirá que “si nos seguimos peleando lo único que lograremos será que nos corten todo tipo de proyectos y no tendremos nada”.
En segundo lugar, el dirigente planteará a sus bases que “estamos siendo unos tontos útiles a Santa Cruz porque solo a ellos les interesa que la cartera no se construya porque con la carretera dejaremos de ser sus empleados y el Beni se desarrollará; por tanto estamos perjudicando a nuestro departamento”.
En tercer lugar, Bare propondrá conformar una comisión interinstitucional con pueblos indígenas, dirigencia nacional y organizaciones departamentales para dialogar con el gobierno, además de una comisión técnica de ingenieros civiles y otros expertos, encargada de buscar alternativas para el tramo 2 de la carretera.
Bare se encargará además de asegurar la participación del dirigente Fernando Vargas para que avale todo el trabajo de la comisión. Según el oficialismo, Vargas “no podría negarse a asistir a estos eventos que serán convocados de forma orgánica. Si lo hace, Bare lo presionará con algunos acontecimientos sucedidos en la octava marcha y la reunión de corregidores”.
¿Cuál sería el objetivo de dicha comisión? “Que se haga una visita al tramo alternativo que propone Bare de bordear el Isiboro, y la que propone el gobierno por el centro (del TIPNIS), este último con la consigna de factibilidad y no perjuicio a la naturaleza”, revelan los estrategas.
Anticipan que la propuesta de Bare será rechazada porque se comprobará en el terreno que la zona se encuentra bajo el agua en esta época del año, demostrando así a simple vista que es imposible construir una carretera por ese lugar. “Para ello el ingeniero que exponga este tema tendrá que estar preparado; otro ingeniero que daría su posición sería Iñaqui Chavarría, considerado un máster en este tema en Beni y un experto en construcción de carreteras”.
“Obviamente –agrega el documento del MAS– se visitará el otro tramo (propuesto por el gobierno) donde se mostrará la factibilidad (de la carretera), y cómo se logrará a través de leyes que se prohíban asentamientos en todo el tramo de la carretera”. Se propondrá una ley “tan drástica” como la ley antidroga 1008 que prohíba asentamientos de extraños y no así de los vivientes del lugar.
Posteriormente, la CPIB nuevamente convocará a sus bases para informarles de los resultados de la comisión, y allí saldrá “un resultado a favor de la carretera” y “todos irán a la consulta aprobando la construcción de la vía y eliminando la palabra intangible”.
Si el gobierno no logra desactivar la IX marcha…
Los operadores políticos del MAS reconocen que “en el escenario 3 no se ha hecho nada, por lo que se sigue activando la marcha, haciendo que la población boliviana e internacional apoye más la marcha. Los trabajos en el escenario 1 hacen que a nivel nacional la gente piense que se está violando sus derechos y (el apoyo) sigue creciendo”.
Recalcan que a la marcha no irán todos sino dos o tres representantes de cada comunidad; de ahí que “aunque logremos convencer a los indígenas de que no marchen, Vargas y la dirigencia nacional lograrán sacar por lo menos a unas 100 personas que marcharán a nombre de las comunidades. Ya en el camino no los podremos parar porque indígenas de otras regiones del país y del exterior engrosarán la marcha, la misma que ya no será por el territorio y la vida, sino se convertirá más por el medio ambiente internacional. De esta manera lograrán incluir a más gente de organizaciones nacionales e internacionales y el problema otra vez se saldrá de nuestras manos”.
A los estrategas del MAS les preocupa mucho la actitud de algunos burócratas del Ejecutivo, entre ellos Jerjes Mercado, quienes subestiman al dirigente Pedro Bare. “Por pensar de esta manera hemos causado el peor movimiento en contra de nuestro gobierno porque este dirigente está fortalecido, no por nada logró la marcha que nos hizo temblar. Por ello es necesario pensar antes de hablar”, recomiendan.
Insisten en que “esta campaña debe hacerse de manera muy sutil, como si fuera una decisión de ellos mismos (los indígenas) y no así lo que quieren hacer algunas autoridades, como por ejemplo lograr la firma de un documento que diga que no va la marcha y que aceptan proyectos u otras cosas. Con esto solo perderemos un aliado (Bare) porque sus bases lo cuestionarán por vendido, traicionero, lo echarán o expulsarán y perderemos la oportunidad que día a día que pasa se desvanece más, y el proyecto de marcha va tomando cuerpo”.
Además, la inteligencia masista sugiere que “ya que se los tiene (a los dirigentes cooptados) a medias tintas, una muestra de seriedad será darle al ejecutivo de la CPIB Pedro Bare la Dirección Indígena de la Gobernación de Beni, previo planteamiento de estrategias que parezcan que son originadas por él”.
Por otra parte, para “desarticular la marcha por completo, no a medias, es realmente importante en este escenario no dejar de lado a las mujeres indígenas líderes de la CEMIB, ya que éstas pueden jugar un rol decisivo en diferir el inicio de la novena marcha… (y) ya existen acercamientos con ellas”.
Al margen del trabajo de cooptación de la dirigencia, “como gobierno continuaremos trabajando en las comunidades con proyectos y todo tipo de eventos buscando cambiar la posición de las comunidades”. Lo ideal sería complementar lo que se está haciendo en el sector 3, es decir “hacer que los comunarios socialicen en las comunidades con el aditamento de que ellos pidan convertirse en gestores ante el gobierno, esto para lograr que acompañen a las comisiones de técnicos del gobierno en la segunda incursión interinstitucional a las comunidades…”.
Según los estrategas del MAS, “está bien ingresar a las comunidades con los propios indígenas, pero todavía no se está logrando convencerlos de lo que queremos debido a que se está descuidando los otros dos escenarios que aún no se los ha tomado en serio”.