Hasta ahora no se conocían las causas de la desaparición de los mayas, pero se sospechaba que una fuerte sequía pudo ser la responsable del colapso de esa cultura mesoamericana que destacó por el dominio de las matemáticas, la astronomía y el lenguaje.
Expertos del Centro de Investigación Científica de Yucatán y de la Universidad de Southampton de Reino Unido creen en la hipótesis de la sequía, pero piensan que ésta fue leve, con una disminución de entre 25 y 40% de las precipitaciones anuales. Se trata de la primera investigación que determina con exactitud la disminución de precipitaciones entre los años 800 y 950 antes de nuestra era, período en el que colapsó la cultura maya. El análisis se basa en muestras de estalagmitas. (1)
Los investigadores sospechan que debido a la disminución de tormentas de verano, el agua de piscinas y lagos se evaporó con mayor rapidez. El verano era la temporada principal para el cultivo y la reposición de los sistemas de almacenamiento de agua dulce de los mayas, ya que no existen ríos en tierras bajas de Yucatán.
En el último congreso de la Unión de Geofísicos Americanos (AGU en Inglés) celebrado en Nueva York, el climatólogo Ben Cook presentó evidencias que demuestran que los mayas destruyeron la selva lluviosa, lo que ocasionó la reducción de pluviosidad y, consecuentemente, sequías que hicieron tambalear a su civilización. (2)
La civilización maya en México habitó el territorio hoy comprendido por cinco estados del sureste, que son Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán. También pobló zonas de los actuales países de Guatemala, Belice, Honduras y El Salvador.
Antes de la llegada de Colón, el imperio maya deforestó a lo largo y ancho de América Central con el fin de extender las áreas agrícolas para alimentar una población creciente. Hacia el año 800 o 950 de nuestra era, solo quedaba en pie un pequeño porcentaje de selva en la península.
“Las tierras agrícolas absorben un poco menos de energía del sol que la selva lluviosa porque sus superficies tienden a ser más claras y de mayor reflectividad”, explicó Cook al presentar las más detalladas y precisas reconstrucciones que se han logrado de la cobertura forestal en la península de Yucatán, antes y después del colapso maya.
La modelación climática de Cook, basada en datos del Instituto Goddard de la NASA para estudios espaciales (GISS) y del Observatorio terrestre Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia, demuestra que el reemplazo de la selva lluviosa por áreas agrícolas aumentó la reflectividad de la superficie del suelo, y modificó los patrones de pluviosidad. Entre los años 800 y 950 de nuestra era la precipitación disminuyó entre 10 y 20%, sobre todo en los grandes centros poblados. Esos datos coinciden con los registros de pluviosidad tomados en estalagmitas de las cuevas y lagos poco profundos de la región.
“No discutiría que la deforestación causó la sequía, o que es completamente responsable por la declinación de los mayas, pero nuestros resultados muestran que la deforestación puede inclinar el balance del clima hacia una sequía, y que aproximadamente la mitad de la falta de agua en el periodo precolonial fue causada por la deforestación”, aseguró Cook.
Estudios recientes confirman que existe una íntima relación entre deforestación y reducción de precipitación pluvial. Por ejemplo, una investigación publicada en el Proceedings or the National Academy of Cience de Estados Unidos sugiere que la deforestación histórica en China e India alteró los monzones, reduciendo las lluvias en ambos países en 10% y 30%, respectivamente.
Según la NASA, la selva amazónica incide en el patrón de lluvias de México y Texas; la selva lluviosa centroamericana afecta las lluvias en el medio oeste de Estados Unidos, mientras que las selvas tropicales del sudeste asiático tienen efectos sobre las lluvias en China y los Balcanes.
La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) calcula que el planeta ha perdido 72,9 millones de hectáreas de bosques entre 1990 y 2005. Las principales causas de la deforestación global son la extracción de madera, las plantaciones de monocultivos en gran escala, la minería, las industrias extractivas de combustibles fósiles y megainfraestructuras como las carreteras.
Deforestación y sequía
Según la revista Science, una de las sequías más severas de los últimos 50 mil años se produjo en África y el sur de Asia entre 17 mil y 16 mil años atrás. Entre 18 mil y 15 mil años atrás se produjo un desplazamiento de los hielos y agua descongelada al Atlántico Norte, lo cual causó un enfriamiento regional y una megasequía en los trópicos, reveló un equipo internacional de científicos. (1)
En ese período grandes lagos como el Victoria se secaron y el extenso río Nilo vio mermado de forma significativa su caudal; también las lluvias monzónicas se debilitaron: las precipitaciones fueron muy pocas o nulas. Aún se desconoce las causas de una de las sequías más severas que ha enfrentado el ser humano moderno, pero se cree que puede estar asociado con el evento Heinrich 1 (H1) cuando ocurrió la entrada de bloques de hielo al Atlántico Norte.
Investigaciones previas sugirieron que un posible origen a nivel local es que el cinturón de lluvias tropicales fuera arrastrado al sur, pero esta última pesquisa indica que posiblemente no sea el único. Si el movimiento hacia el sur fuera la única causa habríamos encontrado pruebas de humedad más al sur. Pero la megasequía golpeó al África ecuatorial y del sureste también, así que el cinturón de lluvia no sólo se movió sino que también se debilitó, explicó Curt Stager de la Universidad de Paul Smith, en Nueva York.
Los resultados del estudio se basan en el análisis de registros paleoclimáticos de núcleos de sedimentos del lago Tanganica y de otras regiones de África.Por otro lado, expertos del Instituto de Investigaciones Francés para Exploraciones Marinas (Ifremer) revelaron que el cambio climático en combinación con la acción humana causó la desaparición de bosques tropicales en el Africa Central hace tres mil años. Un análisis del núcleo de sedimento marino en la boca del río Congo, mostró que en esa época existió la influencia de una fuerte erosión química, publicó la revista Science.
Ese deterioro se produjo cuando llegaron comunidades que trajeron consigo tecnologías agrícolas y de fundición del hierro a lo que es en la actualidad Camerún y Nigeria. La mayor explotación de la Tierra en conjunto con el cambio climático coadyuvó al proceso de degradación, indicaron los investigadores. Al talar los árboles para obtener tierras para la agricultura y fundir el hierro esas tribus facilitaron el proceso de erosión que condujo a la desaparición de las selvas tropicales en el Africa Central.
Por otro lado, investigadores de las universidades Nacional Australiana y de Tasmania sugirieron que el ser humano extinguió la megafauna australiana hace alrededor de 40 mil años por la caza intensiva. Tras la llegada de humanos a Australia desapareció la megafauna en la que abundaban marsupiales como el diprotodontes, tan grande como un rinoceronte, aves, reptiles o monotremas. Ello produjo un aumento de los arbustos esclerófilos de hojas duras resistentes a la sequía en regiones no desérticas, indicaron los estudiodos en un artículo publicado por la revista científica Science.
Tales resultados se apoyan en un análisis de esporas de sporormiella encontradas en dos núcleos sedimentarios del Cráter de Lynch, pantano fosilizado que se halla en el noroeste del estado de Queensland. Este análisis demostró también que en los últimos 80 mil años ocurrieron dos importantes cambios climáticos en los que la Tierra se enfrió y se calentó, pero estos no tuvieron un impacto en la presencia de la sporormiella.
Notas:
1. Artículos de la Revista Science reseñados por Prensa Latina.
2. Aumenta la evidencia de que los mayas se acabaron a sí mismos a través de la deforestación; Jeremy Hance, http://es.mongabay.com/news/2012/es1208-hance_mayacollapse.html; texto traducido por Darío Correa.
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