Conservation Internacional reunió a 30 investigadores de seis continentes para dibujar un mapa de hábitats y sitios de anidación de las 11 poblaciones de tortugas marinas más amenazadas. Dos poblaciones vulnerables en el Océano Pacífico Oriental son las tortugas carey (Eretmochelys imbricata), con puntos de anidación en El Salvador, Nicaragua y Ecuador; y las laúd (Dermochelys coriacea), que depositan sus huevos en México, Nicaragua y Costa Rica.
La especie Caretta, denominada boba, vive en el noreste del Océano Índico, Pacífico septentrional y Océano Atlántico con anidaciones en Sri Lanka, Bangladesh y Myanmar, Japón y Cabo Verde, respectivamente. Las tortugas del golfo (Lepidochelys olivacea) se localizan en el Océano Indico y anidan en sitios de India.
El estudio cartográfico lista también 12 especies más saludables, entre ellas las tortugas verdes (Chelonia mydas) en el suroeste del Océano Atlántico, en Brasil; y los quelonios de las islas Galápagos de Ecuador, declarados en 1979 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El tiempo que demoran las tortugas en alcanzar la madurez sexual las hacen más vulnerables a los cambios ambientales y a los abusos humanos. Hasta ahora fue difícil calcular la edad en que las tortugas caguama (caretta caretta) alcanzan su madurez, porque estos animales recorren miles de kilómetros en el mar y pasan mucho tiempo bajo el agua.
Estimaciones anteriores oscilaban entre los 10 y los 35 años; sin embargo, investigadores de la Universidad de Swansea en Gales, Reino Unido, determinaron que las tortugas caguama alcanzan la edad reproductiva a los 45 años, al realizar mediciones en playas protegidas de la Florida y contrastar datos cuando llegaron a las islas Azores, en el Atlántico Norte. También usaron chips similares a los que se implantan en mascotas. (Tvista Functional Ecology)
Las intensas marejadas en el Golfo de Fonseca en Honduras alteraron el ciclo de reproducción de la tortuga golfina, que llega a las playas hondureñas a desovar a principios de septiembre, informó la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente (SERNA), institución que tenía previsto iniciar un programa de veda a favor de la tortuga golfina, cuyos huevos tienen mucha demanda entre los hondureños porque son considerados afrodisíacos.
Este año se espera recolectar unos 45 mil huevos que serán resguardados por vecinos de las comunidades del Pacífico y autoridades civiles y militares. Sin embargo, es posible que la cifra disminuya por las afectaciones de las marejadas y los vientos huracanados que dañaron a más de mil personas en las comunidades de Marcovia, Delgadito, Punta Ratón y Cedeño.
Así, las tortugas no solo deben lidiar con el clima cada vez más hostil sino también con la voracidad humana. A principios de junio de este año, la aduana de Tailandia decomisó en el aeropuerto de Suvarnabhumi un cargamento de 451 tortugas que eran trasladadas de forma ilegal hacia Bangladesh.
Se hallaron los reptiles junto a siete gaviales, un tipo de cocodrilo de agua dulce, envueltos en pequeñas bolsas dentro de equipajes abandonados sin poder capturar al supuesto traficante de nacionalidad bangladesí. Fue el mayor descubrimiento desde septiembre del 2010, cuando fue encontrado otro alijo de 1.140 tortugas aún vivas, para tráfico ilícito.
La Dirección General del Departamento Aduanal de Tailandia precisó que esa especie es codiciada en el Mercado Chatujak de Bangkok, donde cerca de 11 mil puestos comerciales y tiendas se dedican a la venta de mascotas, entre ellas tortugas y otros animales en peligro de extinción.
Es vital proteger los nidos de los quelonios, evitar la degradación de sus principales sitios habitables y combatir la caza indiscriminada, planteó el investigador Alexander Gaos, académico de la Universidad Estatal de San Diego en un reciente estudio publicado en la revista PLoS ONE.
Científicos cubanos llevan adelante un programa de protección de tres especies de tortugas marinas que arriban a la península de Guanahacabibes, Reserva de la Biosfera, para anidar entre julio y agosto de cada año, informó a Prensa Latina el director del Parque Nacional radicado en la occidental demarcación Lázaro Márquez. Se trata de una experiencia que incluye la preservación de las tortugas y sus huevos, así como pesquisas sobre esos habitantes del océano, venerados por antiguas culturas que los denominaban pescados con escudos.
Los estudios demuestran que esos animales hacen sus nidos en seis playas de la zona, entre ellas Antonio, Perjuicio y La Barca, donde comienza la vegetación de la duna costera, aproximadamente a unos 20 metros de la línea de marea. El experto explicó que los daños ocasionados por los huracanes Iván y Wilma motivaron que desde 2006 nidifiquen más alejados del litoral.
Con información de las periodistas Ana Laura Arbesú y Adalys Pilar Mireles, de la Redacción de Ciencia y Tecnología de Prensa Latina.