Avanza la VIII Marcha Indígena, pese a las agresiones y la persecución política

El 15 de agosto partieron de la ciudad de Trinidad, capital de Beni, al menos 600 marchistas con rumbo a la ciudad de La Paz para exigir al Presidente Evo Morales que deje de vulnerar los derechos indígenas reconocidos por la Constitución Política del Estado Plurinacional y los tratados internacionales.

Los pueblos originarios denuncian que el “primer presidente indígena” de Bolivia ha decidido construir la carretera Villa Tunari – San Ignacio de Moxos a través del corazón del TIPNIS, sin pedir permiso a los dueños legítimos de ese territorio.

Los indígenas del TIPNIS y varios investigadores independientes temen que la carretera cuestionada aliente la explotación indiscriminada de recursos naturales. El propio ministro de Hidrocarburos José Luis Gutiérrez reconoció que se proyecta realizar trabajos de exploración petrolera en ese Parque rico en biodiversidad.

Lo que más preocupa es el elevado impacto social de la vía. Las 64 comunidades indígenas que habitan el TIPNIS ya sufren invasiones y agresiones permanentes de parte de colonizadores cocaleros, y todo indica que el nuevo camino facilitará la expansión colonizadora y también la “relocalización” forzosa de pueblos indígenas que se verán obligados a mendigar en las ciudades.

En la primera semana de movilización, los marchistas sufrieron sobre todo por la falta de provisiones y por las inclemencias del “surazo” que cala sus huesos. Además, tuvieron que soportar una descomunal campaña de desprestigio orquestada por el gobierno y sus acólitos.

El Presidente Morales en persona timonea el matonaje mediático, difamando a los indígenas que supuestamente venden tierras, trafican con madera, “chantajean” a las petroleras y hasta conspiran “contra el proceso de cambio” en contubernio con la Embajada de Estados Unidos.

“Cuando el señor Evo Morales asumió el mando de nuestro país, los indígenas que vivimos en las tierras bajas teníamos una gran expectativa, creíamos que efectivamente se podría dar el deseado proceso del cambio, pensábamos que iba a mejorar la situación económico, social y principalmente se iban a respetar los derechos de los pueblos, pero nada de eso hay; estamos decepcionados”, lamentó el dirigente de la Asamblea del Pueblo Guaraní (APG) Celso Padilla. (AINI)

“Todo lo que ha pasado en nuestro país en los últimos años es fruto de nuestro movimiento que abrió las puertas al actual proceso de cambio; eso lo sabe muy bien el Presidente, por eso no entendemos esa actitud que tiene en contra de nosotros, acusándonos de todo”, se quejó Padilla.

El Poder Ejecutivo moviliza a sus huestes para que intimiden y amedrenten a los indígenas rebeldes. Durante toda la semana los gremios campesinos fieles al MAS aprobaron varios pronunciamientos en apoyo a la carretera del TIPNIS y no descartaron asumir acciones de hecho contra la movilización indígena.

“Estamos en estado de emergencia y vigilia permanente y vamos a convocar a nivel nacional para que organizaciones apoyen con medidas similares en el interior… Hemos determinado también invocar a los pueblos indígenas que protagonizan una marcha a solidarizarse con esta demanda histórica y exhortarles a deponer actitudes de enfrentamiento”, dijo la presidenta del bloque de organizaciones sociales oficialistas de Cochabamba Leonilda Zurita.

“El gobierno se está rogando por el diálogo, los Ministros han ido a San Ignacio de Moxos y los marchistas no aceptan el diálogo. ¿Qué quieren? ¿Qué pretenden?, no entendemos”, cuestionó la dirigente cocalera.

Algunas organizaciones políticas pro masistas también intervinieron en el conflicto del TIPNIS. El Partido Humanista Internacional de Bolivia condenó la “asquerosa manipulación mediática” y la “asquerosa postura del ecologismo fanático de algunos ‘activistas’ que ponen por encima de las necesidades de todos los seres humanos que habitamos este país y esta región, las necesidades de tucanes, monos y algún hongo alucinógeno…”.

Según el Partido Humanista, “es asquerosamente manipuladora y de lo peor la actitud de algunas ONGs que dicen trabajar ‘abnegadamente’ por los pueblos originarios, e imponen su punto de vista nacido de teorías fuera de contexto de realidad… (sic)”.

Como parte de la campaña intimidatoria, alrededor de 150 personas armadas con cachiporras bloquearon la VIII Marcha Indígena en la localidad de San Ignacio de Moxos, y rompieron el parabrisas de la camioneta de la subcentral indígena del TIPNIS.

Los bloqueadores, en su mayoría campesinos oficialistas, defendieron el proyecto carretero del gobierno y advirtieron que no permitirían reanudar la marcha mientras los indígenas no dialoguen con los ministros enviados por el Presidente.

Los marchistas tuvieron que quedarse en San Ignacio todo el fin de semana, hostigados por los activistas del gobierno y sin poder proveerse de alimentos. Todos los centros de expendio de comida de la localidad cerraron sus puertas, supuestamente por “órdenes superiores”.

El domingo, el Presidente Morales arremetió nuevamente contra los marchistas y sus dirigentes, sin referirse al daño que ocasionará la construcción de la vía por medio del TIPNIS. Los medios del Estado transmitieron en cadena el nuevo ataque a los indígenas “irracionales” que obstaculizan el “desarrollo” nacional y “conspiran” con el imperialismo norteamericano.

El Primer Mandatario mostró un listado de llamadas telefónicas que supuestamente prueba la vinculación de dirigentes indígenas con funcionarios de la Embajada de Estados Unidos. El Ejecutivo no intervino los teléfonos de los dirigentes sino que pidió una relación de las llamadas telefónicas mediante una orden fiscal, explicó el ministro de Gobierno Sacha Llorenti.

Con todas esas calumnias, lo único que mostró el Presidente es la discriminación de su gobierno a todos los pueblos indígenas y sus respectivas organizaciones, retrucaron indignados los marchistas en San Ignacio.

Si el gobierno está seguro de sus denuncias, tiene que dar nombres de quienes venden tierras y madera, o reciben supuestos financiamientos de Estados Unidos, respondió el secretario de Cambio Climático de la CIDOB Aniceto Ayala.

Respecto a los supuestos chantajes de las comunidades a las petroleras, Celestino Rojas del Consejo de Capitanes Guaraníes de Chuquisaca (CCCH) aseguró que los guaraníes de Chuquisaca lo único que hacen es exigir que se cumpla con la consulta previa, en el marco de las leyes vigentes en el país.

Una periodista de Radio Deseo de La Paz que acompaña la marcha relató que el fin de semana se trató de entretener a los niños que marchan con sus padres. Mientras jugaban, algunos pequeños confesaron que antes querían ser como el Presidente, pero ahora ya no porque Evo los está haciendo sufrir.

Y es que el Presidente Morales, con sus acusaciones, “ha atemorizado al país, a la gente solidaria que estaba pronunciándose (a favor) esta manifestación”, y por su culpa se ha bloqueado toda la ayuda humanitaria a la marcha en defensa del TIPNIS, denunció el dirigente del Comité Político de la CIDOB Lázaro Taco en una entrevista con la Agencia de Noticias Indígenas de Erbol.

La comida comenzó a escasear y las enfermedades atacan a cada vez más pequeños, al punto que cerca de 50 personas decidieron abandonar la marcha.

Sin embargo, “si el presidente cree que con sus provocaciones verbales va a desmoralizar o parar la marcha de los pueblos indígenas está totalmente equivocado; nosotros vamos a seguir adelante con nuestra lucha”, desafió Celso Padilla y advirtió que las calumnias del oficialismo podrían enardecer aún más a las comunidades indígenas, obligándolas a asumir medidas más radicales hasta que el Presidente se retracte.

Durante el fin de semana se pudo percibir el dolor que significó la muerte del adolescente Pedro Moye de 14 años en la madrugada del domingo, luego de sufrir un accidente. A pesar del luto, los marchistas reanudaron la caminata a las 7 de la mañana del lunes decididos a llegar a La Paz.

“La marcha está saliendo porque un Ministro ha dicho que las puertas del Palacio (de Gobierno en La Paz) están abiertas, y ha pedido que vaya una comisión, pero los marchistas han dicho si las puertas están abiertas iremos y no sólo una comisión”, dijo Taco.

Iniciaron la VIII Marcha Indígena algo más de 500 indígenas, en el trayecto se fueron sumando cientos de manifestantes, y este lunes arribaron a Puerto San Borja, a unos 20 kilómetros de San Ignacio de Moxos, más de 1.300 marchistas de tierras altas y bajas.

Después de seis días de caminata, los marchistas descansan esta noche en el Territorio Indígena Multiétnico (TIM), uno de los primeros territorios de pueblos originarios reconocidos luego de la histórica marcha indígena por la Dignidad y el Territorio de 1990, y reanudan la caminata a las 2 o 3 de la madrugada del martes.

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