El ejemplo de Botnia-UPM: ¿Aporte de recursos o saqueo?

Hace ya casi cuatro años redactamos un artículo que Brecha publicó (02/11/2007) bajo el título “¿Cuánto ganará BOTNIA?”. Allí, basándonos en informaciones provenientes de diversas empresas celulósicas publicadas en medios internacionales, afirmábamos: “En definitiva, estas estimaciones nos muestran que (…) su porcentaje de ganancia sobre las ventas alcanzaría el 50 por ciento (…) y la rentabilidad del capital sería del 29 por ciento”. De por sí, estos resultados eran (y son) excepcionales a nivel mundial.

Pero pensando en Uruguay, y en lo que calificamos como “mito”, deducíamos de aquí la conclusión fundamental. Estimábamos que, en ventas de 700 millones de dólares anuales, obtenían 350 de ganancia. Considerando 20 años de producción, decíamos: “al comparar con la inversión inicial, por cada dólar que invierte la empresa se lleva 4.5; el negocio es espectacular”. Para la empresa, obvio.

¿Y para Uruguay? Con esos datos, si aportaron 1.200 millones de dólares [1] para operar 20 años, “con la producción de tres años y cinco meses, aproximadamente, desquitan el total de la inversión realizada” (anotamos en 2007). En lugar del “aporte de recursos”, se llevan, neto, una suma de 5.600 millones de dólares.

Casi cuatro años después

Dicen que un economista es aquel que previó 10 de las últimas 4 recesiones. Llegó la hora de evaluar la justeza de nuestras previsiones. Veamos los datos básicos. Para 2008 el precio de la tonelada fue de 778 dólares [2], en 2009, aproximado, fue de 550 dólares, y en 2010 de 890 dólares.

Los costos de producción de la planta de Fray Bentos (2008, primer año que operó en forma completa) los asumimos refiriéndonos a los declarados por Aracruz como 300 dólares por tonelada, partiendo de la base que ésta reporta un costo unitario de 261. Tomando los costos de Fray Bentos en 2008 en 300 dólares la tonelada e incrementándolos según las variaciones del tipo de cambio y la inflación en nuestro país, obtenemos un costo por tonelada de 314 dólares en 2009, y de 366 en 2010.

Por consiguiente, los márgenes por tonelada serían, respectivamente: 478, 236 y 524 dólares. Según el balance de UPM [3], la capacidad de producción en Fray Bentos es de 1.1 millones de toneladas anuales. Asumiendo que produjo un millón en cada uno de los tres años, tenemos ganancias acumuladas por 1.238 millones de dólares. Excelente ejecución, si tenemos en cuenta que pasaron dos años de severa crisis mundial que afectó los mercados para el producto.

Considerando la inversión declarada de 1.200 millones de dólares, sin temor a error, se puede afirmar que ya a fines de 2010, apenas 3 años después de comenzar a operar, la empresa había recuperado la inversión inicial.

Nuestra previsión era que dicha inversión sería desquitada en tres años y cinco meses, y que el margen de ganancia sobre el capital sería de 29%. A pesar de la crisis que se desató después que hicimos las previsiones, el resultado fue aún mejor para la empresa de lo que previmos.

Conclusión

Los hechos, inapelables, muestran que la empresa no aportó recursos al Uruguay. Muy por el contrario, se lleva recursos del país. Decir lo contrario es un mito. Ya lo hace hoy, cada día y cada hora que transcurre, y lo seguirá haciendo otros 16 años más. Somos nosotros, quienes aportamos nuestro suelo, nuestra agua, nuestro trabajo, para beneficio de esta empresa transnacional.

¿Es esta una situación fuera de lo común? De ninguna manera; es la lógica del capitalismo; si los empresarios invierten es para obtener ganancias. Es también un claro ejemplo de lo que realmente significa la expresión “que los mercados decidan”.

Mencionemos el ejemplo, notorio, de Chile [4] y su minería. Un estudio realizado por encargo de las Naciones Unidas [5] informa: “Las ganancias (de las mineras privadas) alcanzaron a 9.000 millones de dólares en 2005, y casi 20.000 millones en 2006. (…) Esto significa que en sólo dos años, las mineras privadas obtuvieron ganancias que superaron el total de las inversiones extranjeras directas realizadas en la minería chilena de 1974 a 2006”.

Más elementos para el asombro

1) ¿Cuánto dejó BOTNIA-UPM en Uruguay? Adoptemos la cifra que la propia empresa aportó: 80 millones DE dólares anuales, por todo concepto. [6] En tres años, 240 millones de dólares; los mismos tres años en los cuales desquitó el total de lo invertido.

2) Mucho argumentó el gobierno de que la operativa de la transnacional fomentaría el desarrollo de otras industrias. Los hechos: además de la planta de pasta de celulosa, hoy encontramos otras dos empresas. Una es Kemira, que fabrica productos químicos para la planta (dióxido de cloro, con tecnología de membrana), y que sólo abastece a la planta, si bien en los papeles tiene cierta autonomía [7] y podría extender su área de ventas. La otra es la empresa de mantenimiento de la planta.

En resumen: ninguna “otra” industria; sólo las imprescindibles para la planta, e íntimamente vinculadas a ella.

Mientras, Uruguay sigue exportando troncos. En rigor: nuestro trabajo, suelo, agua y sol. Reiteramos nuestra propuesta de colocarle detracciones a los troncos [8], para fomentar su industrialización y, de paso, recaudar fondos para el Estado de una actividad con enormes ganancias.

3) BOTNIA-UPM está en Zona Franca. En su país de origen, Finlandia, el balance de la empresa indica que en 2010 pagó impuestos por 166 millones de euros [9]. Ahora bien, UPM Kymene en 2010 facturó 12.500 millones de dólares, con una ganancia global de  1.023 millones de dólares. De ellos, como vimos, 524 millones los gana en Uruguay. Pero en Uruguay no paga impuestos.

4) Con insistencia se argumentó a favor de la inversión “porque creará muchos empleos, y de calidad”. Los hechos: a tres años de operación, los empleos locales no superan los 180, y se trata casi exclusivamente de porteros, chóferes, personal de seguridad y similares.

5) Otro indicador, como mera ayuda a ilustrar la situación, nos dice que, globalmente, la empresa tiene 22 mil trabajadores, de los que 533 están en Uruguay (incluyen 360 de Forestal Oriental; en las 120 mil hectáreas forestadas). El cálculo es sencillo: en 2010 cada trabajador en el resto del mundo (21.500) le genera ganancias por 27.400 dólares anuales. Cada uno de sus trabajadores en Uruguay le aportó ganancias por 983.000 dólares anuales. Treinta y seis veces más.

De 2007 a 2011: Preguntas y respuestas

En el artículo de 2007 preguntamos; ¿cuál será la postura del gobierno frente a nuevas inversiones extranjeras? La realidad nos muestra que las zonas francas aplican aquello de “creced y multiplicaos”; Montes del Plata (pasta de celulosa) repite el esquema, y agravado, al extremo de que el gobierno acepta, por ejemplo, recalificar suelos para forestar a pedido de la empresa, y en convenio secreto. Hoy el tema es Aratirí; ¿qué pasará?

También preguntamos: ¿Tiene justificativo que esos enormes beneficios no paguen impuestos? Los beneficios continúan; en Brasil pagan impuestos, al igual que en Finlandia. No en Uruguay.

Para terminar: ¿Seguirán siendo sólo los extranjeros los que decidan las líneas de nuestro desarrollo? Cada lector sacará sus conclusiones.

En definitiva: para el gobierno, para el equipo económico, no existe la experiencia ni la realidad. Se insiste con una economía de manual, irreal, y que poco tiene que ver con el desarrollo para el pueblo uruguayo. En especial, se reitera una y otra vez el mito de que el capital extranjero aporta recursos al país; los hechos demuestran que es un saqueo de la riqueza nacional.

Notas:

[1] Consideramos in totum la inversión declarada por la empresa, pese a que en el país fue de alrededor de US$ 300 millones.

[2] www.aracruz.com/2008sustainabilityreport

[3] http://files.shareholder.com/downloads/UPMKYM/1132165752x0x443813/9B22C65E-9414-4DFC-BC37-72E2061AA5D0/WEB_VSK10_ENG.pdf

[4] Reiteradamente tomado como “ejemplo a seguir” por el equipo económico.

[5] Instituto de las Naciones Unidas para el desarrollo (UNRISD) y Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo (CENDA, Chile): “Mineral rents and social development in Chile”. Draft 08/05/2008 (traducción propia), Pág. 12.

[6] George Soros, citado por Gudynas en Brecha 22/07/2011: “Impuestos y pagos reales abonados a los estados por las compañías petroleras, mineras y otras extractivas, suelen ser un secreto bien guardado”.

[7] Aunque al llamar por teléfono a Kemira, una grabación informa: “Ud. se ha comunicado con UPM… si conoce el interno…”

[8] Legalmente, no afectaría al régimen de Zona Franca.

[9] Ibid subíndice 3

Los autores pertenecen a la Red de Economistas de Izquierda del Uruguay (REDIU). Fuente: Diario Brecha, 5 de agosto de 2011.

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