Las empresas e investigadores pro-transgénicos siempre critican que sus opositores son radicales de lo natural, sin conocimientos científicos serios, utópicos por pretender alimentar al mundo sin tecnología transgénica y primitivistas.
El Dr. Gilles-Eric Séralini no es nada de eso. Catedrático de Biología Molecular, especialista en toxicidad de variedades transgénicas y herbicidas, presidente del consejo científico del Comité de Recherche et d´Information Indépendantes sur le Génie Génétique (Criigen), durante 9 años trabajó para el Gobierno francés evaluando los efectos de los transgénicos en la salud y ahora es experto de la Comisión Europea en transgénicos.
Ha venido a España invitado por la plataforma Som lo que Sembrem y dice que urge presionar a los gobiernos a que exijan a las compañías productoras de transgénicos que se hagan públicos los estudios de los efectos que estos alimentos tienen en la salud.
Dudamos que pocas personas en el mundo tengan tanta autoridad como este hombre y precisamente por eso, su entrevista es de una gravedad extrema y nos obliga más que a reflexionar, a temblar y actuar ya contra una tecnología mortal en células humanas, monopolizada por empresas que actúan como "los reyes del mundo", y basada en estudios secretos y no independientes.
Estas son las palabras del experto que merece la pena leer varias veces porque "nuestros hijos nos acusarán" de no haber hecho lo mejor por ellos:
Tengo 49 años. Nací en Argelia y vivo en Caen (Francia), donde soy catedrático de Biología Molecular. Estoy casado y tengo dos hijos. Me preocupa el medio ambiente y la salud a largo plazo, soy especialista en toxicidad de variedades transgénicas y herbicidas. Soy cristiano
¿Es usted un radical de lo natural? En absoluto, pero mi profesión es la investigación en biología molecular, cómo se hacen los organismos genéticamente modificados (OGM) y qué efectos tienen en la salud cuando los ingerimos.
¿Y? Sabemos que el cáncer, las enfermedades hormonales, metabólicas, inmunitarias, nerviosas y reproductivas están relacionadas con los agentes químicos que contienen.
¿Cuántos tipos de transgénicos hay? Soja, maíz, algodón y colza.
Las semillas llevan incorporado el veneno para los insectos.
Las de maíz y soja contienen Roundup, el mayor herbicida del mundo.
¿Hay muchos alimentos que contengan soja o maíz? Sí, todos los que contienen por ejemplo azúcar de maíz (sodas, bebidas de cola, pastelería, salsas, bombones, caramelos, chocolate…).
Y los animales que nos comemos que han sido alimentados con maíz transgénico (pollo, vaca, conejo, cerdo, leche, huevos…).
¿En qué dosis son peligrosos? No lo sabemos, porque no se han hecho los test adecuados; sólo sabemos que nos hacen daño a largo plazo. En general, impiden que los órganos y las células funcionen bien.
Pero se han hecho test con ratas. Sí, pero los resultados son confidenciales.
¡Pero qué dice! Anormal, ¿verdad?… Hay que pedir a los gobiernos de Europa que hagan públicos estos análisis; y, cuando lo hagan, muchos debates ya no tendrán sentido porque serán evidentes los efectos de los OGM.
Yo soy uno de los cuatro expertos que han trabajado para la Unión Europea en el conflicto que se debate en el marco de la Organización Mundial del Comercio entre Estados Unidos y Europa para etiquetar los OGM.
¿Europa es reticente a los OGM? La UE ha pedido los resultados de las pruebas a las compañías para aceptar o no la comercialización de estos productos, pero las compañías dicen que son confidenciales, cuando según la ley de la UE deberían ser públicos.
Ya hemos ganado algún juicio contra Monsanto demostrando los efectos nocivos de los OGM que pudimos analizar.
Cuénteme. Para saber si los OGM son tóxicos, se hacen los mismos test en todo el planeta; se les da a las ratas dos dosis de maíz transgénico durante tres meses y se les hacen dos análisis de sangre, a las cinco semanas y a los tres meses.
Los resultados fueron: aumento de grasa en sangre (del 20% al 40%), de azúcar (10%), desajustes urinarios, problemas de riñones y de hígado, precisamente los órganos de desintoxicación.
Eso suena fatal. En España hay 100.000 hectáreas dedicadas al cultivo de maíz transgénico (casi todo en Catalunya), es la puerta de entrada de los OGM a Europa.
Usted también ha realizado investigaciones recientemente. Sí, sobre los efectos del Roundup (el mayor pesticida del mundo, utilizado en tres cuartos de los transgénicos) en células humanas: directamente las mata.
Eso es grave. Los expertos pedimos dos años de test sobre animales en laboratorio, tal como se hace con los medicamentos; pero entonces los OGM no son rentables.
Hay un gran combate político y económico sobre este tema, y hay que decírselo a la gente: no nos permiten ver esos análisis de sangre ni conseguimos hacer el test más allá de tres meses.
Esto es un escándalo escondido por las grandes compañías.
¿Tan poderosas son estas empresas que los gobiernos no puede detenerlas? Es el mayor desafío financiero que jamás ha existido.
Hay cuatro plantas que alimentan al mundo a nivel intensivo: soja, maíz, arroz y trigo.
Las compañías registran patentes sobre las plantas de estos alimentos gracias a los OGM.
Quien tenga las patentes y cobre royaltis cada vez que alguien las coma o cultive en el planeta será el rey del mundo; por eso las grandes empresas farmacéuticas han empezado a hacer OGM.
Qué fuerza tienen. Las ocho mayores compañías farmacéuticas son las ocho mayores compañías de pesticidas y de OGM.
Monsanto tiene el 80% de la biotecnología del mundo.
¿Y por qué lo permiten los gobiernos? Hace quince años, todos los gobiernos de los países industrializados apostaron en el desarrollo de la industria de la biotecnología, donde se ha invertido mucho dinero público.
Los gobiernos saben que hay problemas con los OGM, pero si consiguen y publican los resultados de los análisis, resultará que todo lo autorizado hasta el momento ha sido un error de graves consecuencias.
… Lo que hundiría cualquier gobierno. Exacto.
Aun así, jamás un OGM ha sido autorizado por los ministros de Medio Ambiente de Europa.
¿Por qué los científicos no presionan? Ni siquiera uno de cada 10.000 tiene acceso a los datos.
Yo hace nueve años que leo todos los informes europeos y americanos de controles sanitarios de OGM, y los únicos que hacen test son las propias compañías.
Usted los hace. Pocos, son carísimos. Se debería exigir a las compañías que los análisis los realizaran universidades públicas en lugar de las empresas privadas a sueldo de las compañías.
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