No existe en el actual proceso nacional un plan gigantesco semejante para elevar y acelerar la producción de alimentos en las comunidades campesinas y huertos familiares, por encima de su productividad habitual, que en los hechos es muy baja y con la que difícilmente se pudiera hablar desde el Gobierno nacional, como lo hace Evo Morales y García Linera, del llamado socialismo comunitario en acción.

Ya lo dijimos antes con frecuencia que el socialismo, comunitario o no comunitario, debiera mostrarse superior a la producción capitalista, en todo sentido, pero especialmente en la producción de alimentos, energía, ropa, textiles, viviendas e infraestructura. Y por tanto superior a la producción de los llamados agro-industriales capitalistas dedicados al agro-business, tanto se trate de bolivianos como del exterior. Sucede todo lo contrario con el Gobierno nacional de Evo, donde las comunidades campesinas producen muy poco, con baja tecnología incorporada, poca energía en la producción y con baja organización y uso adecuado de abonos orgánicos empleados. Se sabe que en el altiplano la producción de papas, por ejemplo, no llega siquiera a una tonelada por hectárea, pero en Europa o Japón o USA esta cifra está en 50 toneladas o más. No puede haber socialismo de ningún tipo si la producción y la productividad es menor a la capitalista. Mismo en Bolivia la producción de alimentos está en manos de los agro-industriales mayormente ( soya, maíz, cebada, girasol, arroz, etc ) ya que éstos producen el 80% de los alimentos que necesita el pueblo boliviano. El 20% corre a cuenta de los ayllus o campesinos tradicionales. Felizmente la solución existe para elevar la producción nacional, pero para este objetivo se cumpla, que denominaremos por decirlo así como tecno-socialismo productivo y sostenible, se debe acudir a tecnologías de punta, biotecnologías, -2- represas y riego por goteo y bajo techo, empleo de abono orgánico como también inorgánicos ( urea producida por YPFB que debiera ser pronto una realidad ) y cultivo regular y rotatorio con semillas mejoradas genéticamente. Todo este plan necesita a corto plazo de un pacto nacional por la producción acelerada, entre el Gobierno nacional con aproximadamente diez mil comunidades campesinas del Occidente boliviano ( La Paz, Oruro, Potosí, Chuquisaca, Tarija, Cochabamba, Vallegrande, Chaco y Valles interandinos ). Acuerdo que significa que se atenderá la producción con insumos, semillas, tecnología y créditos por parte del Gobierno nacional ( a través de EMAPA, banca de fomento y 337 municipios productivos, por ejemplo ) a los ayllus o comunidades campesinas que previamente se comprometieran en forma oficial y pública a producir con metas de cantidad y calidad. Ambos lados salieran ganando en función de asegurar la producción y seguridad de alimentos. Lo mismo se puede repetir con la producción emergente del Oriente boliviano apoyando a los productores privados. Pero para eso el Gobierno debiera asumir su rol de Gobierno Campesino y Popular, como siempre se ha presentado a sí mismo ante los bolivianos, es decir asumir su rol productivo, como por ejemplo ya lo hizo en su tiempo Mao Tse Tung en China con la planificación alimentaria en las comunas campesinas chinas que nunca desde entonces han hecho faltar comida a más de mil millones de habitantes. Se necesita la colaboración de otros sectores sociales y estatales como las fuerzas armadas que cuenta con miles de técnicos y de ingenieros en diversas disciplinas productivas como electricidad, mecánica de tractores y maquinaria agrícola, agrónomos, técnicos civiles para construir represas de riego, etc. Se necesita también de la ayuda de los profesionales agrónomos y constructores del país egresados de más de cien universidades y tecnológicos. En fin, se necesita de un gran pacto nacional entre bolivianos por la producción y el desarrollo acelerado. Se precisa de la alianza productiva ciudad-campo-ciudad para ayudarse mutuamente entre ciudadanos y rurales. Los citadinos para consumir principalmente alimentos endógenos a precios sostenibles y variables y los campesinos para que pudieran asegurar recibir tecnologías y abonos bio-orgánicos producidos con basura de ciudades y pueblos del país. Los municipios pudieran participar para generar abonos orgánicos con tecnologías nuevas en cada distrito municipal autónomamente. Este plan de producción y productividad para los ayllus, en función de la seguridad alimenticia, tiene futuro si lo conduce el Gobierno nacional y si tiene el objetivo de -3- que todos los agentes económicos directos e indirectos ( pequeños comerciantes ) salgan beneficiados con excedente económico para adquirir maquinarias e insumos. Y así de esta manera dejar de lado las subvenciones exageradas o regalos no sostenibles por parte del Estado plurinacional y capacitar técnicamente, mediante el gran pacto nacional por la producción, con campesinos productores y agentes económicos rurales de todo tipo, para llegar a ser sujetos altamente productivos, pero también sostenibles y con beneficios económicos o excedentes a su favor. Evo Morales no está solo, lo acompañan las masas pobres y el proceso bolivariano suramericano. Los países ALBA y UNASUR están en condiciones de comprar alimentos excedentes del país y dar créditos mediante los bancos ALBA y SUR para los proyectos más rentables de la producción alimenticia nacional. Todo dependerá, en este caso, de que los dirigentes del MAS y del Gobierno nacional, decidan profundizar los proyectos del Gobierno Campesino y Popular iniciales, con empleo de alta tecnología, planificación y participación de los equipos humanos de las fuerzas armadas, o sea soldados y militares ingenieros y técnicos. * Ricardo Ángel Cardona, Ph.D., DAEN, es doctor ingeniero industrial y energético. rancardo@yahoo.es

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