En el seminario se analizaron los posibles impactos ambientales del mega proyecto brasilero en la cuenca del río Madera, que nace de la unión de los ríos Beni y Mamoré en el hito geográfico de Villa Bella del departamento del Beni. En el extremo noreste de Bolivia recibe las aguas del río Abuná; desde cuya conjunción (Boca del Abuná) pasa a denominarse Madeira, ingresando a territorio brasileño hasta su desembocadura en el río Amazonas. El río tiene una longitud de 360 kilómetros desde Guayaramerín, Bolivia; hasta Porto Velho, Brasil.
Las autoridades bolivianas creen que la construcción de las represas causará daño ambiental en el lado boliviano, situación que no es reconocida por Brasil, que insiste en llevar adelante la mega obra en función de estudios de impacto ambiental.
Según el Foro Boliviano sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Fobomade), son varios los impactos ambientales del mega proyecto hidroeléctrico. Por un lado, los sedimentos andinos podrían llegar a cubrir los embalses creados por las represas, agravando la inundación del río madera y sus afluyentes.
Por otro lado, no habría uso estacional de las riberas porque estarían cubiertas todo el año. La inundación afectaría también a los bosques de castaña, Bolivia es el primer productor de castaña pues exporta el 70% de la producción mundial. Además se ha advertido la inundación de pastizales de ganadería. Además, se inundarían extensas selvas amazónicas afectando la biodiversidad vegetal y animal, y propiciando la aparición de plagas. Por el estacionamiento de las aguas en las represas se prevé la proliferación de enfermedades como malaria, dengue, fiebre amarilla, enfermedades diarreicas, parasitosis y otros cuadros patológicos.
Las represas que construirían serían como dos muros de contención en el tránsito de peces que migran entre el río amazonas y el río madera. A pesar que las represas contarán con un paso para los peses, el éxito en la práctica no garantiza la eficacia. Además, los peces sufrirán la disminución de la velocidad de las aguas lo que incrementará la falta de oxigenación y la temperatura del agua.
El diputado beniano Mezoth Shriqui señaló que Bolivia debería pedir una compensación económica a Brasil por el daño ambiental que previsiblemente ocasionarán las dos represas.
“Debemos estar pendientes de las conversaciones entre cancilleres, y es ahí que nosotros como departamento, como gobernación, debemos presionar para que el gobierno brasileño, más allá del daño ecológico que nos pueda causar nos compense con el tema económico”, dijo.
El parlamentario recomendó a los municipios de los departamentos de Beni y Pando “mantenerse atentos a los programas de reconstrucción que se deberán ejecutar en las zonas que se inunden como consecuencia de las represas”.