Sin embargo, las publicaciones del Banco y los proyectos en planeación muestran una dirección marcada hacia las grandes hidroeléctricas, a pesar de una caída temporal en su financiación. Los préstamos para las grandes hidroeléctricas bajaron a unos US$177 millones en el año financiero 2009, el nivel más bajo en la última década y muy por debajo de los US$1.000 millones prometidos en el 2008.
A pesar de esto se reporta que hay proyectos planeados por US$2.000 millones. El Banco aprovechó la retirada de otros inversionistas durante la crisis financiera para aumentar su rol, insistiendo que la hidroeléctrica es una fuente vital de energía limpia para mitigar el cambio climático.
Al tiempo que aceptan el potencial de las hidroeléctricas de pequeña escala para beneficio de las personas pobres, los críticos tales como la ONG Ríos Internacionales, continúan expresando su gran preocupación por los graves impactos sociales y medioambientales de las grandes represas (ver Boletín 66).
Sin embargo en un informe del Banco Mundial publicado en noviembre de 2009, ‘Infraestructura Africana: El momento de la transformación’, afirma que las grandes hidroeléctricas y el comercio regional energético deben jugar un papel central solucionando la escasez de energía, la cual considera, es el reto de infraestructura más importante de África actualmente. Pronostica que Etiopía, la República Democrática del Congo y Guinea serán grandes exportadores. El Subsahara Africano actualmente recibe aproximadamente un tercio de la financiación del Banco a las hidroeléctricas.
La capacidad de las grandes represas y del comercio regional energético para aumentar el acceso a la energía de las personas pobres y de contribuir al desarrollo energético ha sido cuestionada (ver Boletín 67). Por ejemplo, se afirma que la Represa Bujagali en Uganda, la cual recibió US$360 millones en préstamos y garantías del Grupo del Banco Mundial, producirá más energía económica. Sin embargo, contradiciendo estas afirmaciones, debido a los costos en aumento el Banco recomendó un aumento del 5% en las tarifas, y un aumento similar el año entrante, de acuerdo con las noticias recientes. En el 2008, el Panel de Inspección del Banco estuvo de acuerdo en que los efectos negativos no se habían tenido en cuenta debidamente ni tampoco cuestionado los beneficios para el desarrollo (ver Boletín 64).
Frank Muramuzi, de la Asociación Nacional de Profesionales Ambientalistas Ugandeña, afirma, ‘Las represas hidroeléctricas pequeñas son más sostenibles y también son más económicamente viables que los grandes proyectos hidroeléctricos’ y más importante aún, las comunidades rurales tendrán acceso a la energía.’
El presidente del Banco, Robert Zoellick, también visitó a Etiopía a comienzos de febrero de 2010 para escuchar lo que los funcionarios tenían para decir sobre los US$50 millones para la enorme represa Gilgel Gibe 3. La ONG CounterBalance ha afirmado que esta represa viola las salvaguardas sociales y ambientales del Banco, tanto como las normas nacionales adquisitivas.