Pero el Parque Nacional Yasuní, declarado Reserva del Hombre y la Biosfera por la UNESCO en 1989, es mucho más que un lugar rico en reservas de petróleo, como demuestra el científico biólogo Pablo Jarrín, director de la Estación Científica en ese lugar.
Creada por el Estado ecuatoriano en agosto de 1994, la Estación es atendida por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) y, al decir de Jarrín, reúne el resultado del estudio en esta región de decenas de investigadores de diferentes países durante decenas de años.
Hablar del Yasuní como de un arca de la biodiversidad del planeta obliga a fundamentar esa afirmación, utilizando estudios de esa Estación Científica, divulgados recientemente por Jarrín en una conferencia televisiva.
De acuerdo con estudios científicos, el Parque Nacional Yasuní, declarado como tal el 20 de noviembre de 1979 y ubicado en la Región amazónica ecuatoriana, en las provincias de Orellana y Pastaza, es el área de mayor diversidad biológica del mundo.
Biodiversidad es una palabra muy escuchada, cuyos orígenes se remontan a unos 15 años atrás, pero ¿cómo la medimos y cuantificamos?, preguntó Jarrín.
Una forma de hacerlo, contestó, es contando el número de especies en una zona determinada, al tiempo que aclaró el Yasuní constituye un pedacito muy pequeño de toda la Amazonía, un 0,6 por ciento, y la zona de mayor concentración aproximadamente el 0,16 por ciento.
Ecuador y ese Parque Nacional ostentan un record mundial en la cantidad de especies de anfibios, con 150 en total. Solamente en sapos y ranas existen 141 especies, en ese pedacito, mientras en todo el territorio norteamericano hay sólo 99 especies. Y el Yasuní, comparado con el territorio continental de Estados Unidos, no es ni siquiera el uno por ciento.
En cuanto a los peces: en la cuenca del río Napo están identificadas 562 especies, mientras en el río Mississippi, el más largo de Estados Unidos, hay sólo 375 especies.
En aves, en el mencionado Parque existen 596 especies, un tercio de todas las de la Amazonía. Sin embargo, en Estados Unidos hay 654, por lo cual en ese pequeño pedazo de selva hay casi tantas especies de aves como en el enorme territorio del país norteño.
En mamíferos, en el Parque se identificaron unas 200 especies, casi la mitad de lo que hay en todo el territorio de Estados Unidos, lo cual es también considerable dada su proporción.
Respecto a las plantas, esto hace especial al Yasuní y único en el mundo. En sólo una hectárea de esa Reserva, existen 655 especies de árboles, mientras en todo el territorio de Estados Unidos hay aproximadamente lo mismo.
En el área del Parque podrían haber unas dos mil 244 especies de árboles y arbustos.
Se calcula que por hectárea, en esa porción ínfima de la Amazonía hay unas 100 mil especies de insectos, cifra similar a la que existe en toda Norteamérica, incluido Canadá.
El Yasuní es más especial aún si consideramos la suma de anfibios, aves, mamíferos y plantas. Resulta entonces que únicamente allí esos cuatro grupos tienen tan alta concentración de biodiversidad en toda la Amazonía.
¿Por qué es tan especial esta reserva selvática?, preguntó en su conferencia Jarrín, para explicar a continuación que es una combinación de factores geográficos, geológicos, históricos y climáticos.
El planeta Tierra sufre cambios periódicos y durante el Pleistoceno, hace 2.6 millones de años aproximadamente, sufrió un breve ciclo de calentamiento y enfriamiento.
Uno de los pocos pedazos de la Amazonía que permaneció como selva durante el enfriamiento de la Tierra fue justamente el Yasuní. El resto se convirtió en sabana, los bosques se perdieron y lo único que quedó fueron ciertos parches de bosques alrededor de ella.
Resultó ser la Amazonía ecuatoriana uno de esos parches más grandes, específicamente la región donde está ubicado ese Parque Nacional.
Entonces, aquellos animales que se extinguieron en otras regiones amazónicas, permanecieron protegidos en el refugio del Yasuní.
Adicional a lo anterior, esta zona está en pleno ecuador del planeta, donde la concentración solar resulta máxima, y la vida no es más que energía solar concentrada. Esa constituye otra de las razones de tan rica en diversidad biológica en esta pequeña porción de selva.
Está también la influencia de los Andes y la Amazonía, su interacción, la confluencia de climas y geografías, lo cual hace también que ese sector de Ecuador sea rico en vida.
Pero la biodiversidad va más allá de las especies de tamaño intermedio, al mundo invisible, desconocido, prácticamente por explorar a nivel biotecnológico y de la bioenergía, sobre los secretos que guardan las moléculas de la vida, en la riqueza de su ADN.
Y, precisamente, ese pedazo amazónico guarda valiosa información genética. El petróleo no es más que plantas fosilizadas, según una de las teorías vigentes, pero esas plantas fueron energía solar concentrada y son portadoras de información genética, útil para producir tejidos, químicos, medicinas y alimentos.
En un puñado de tierra hay unas seis mil especies de bacterias. ¿Cuántas están registradas en el conocimiento científico?, unas seis mil aproximadamente. Sin embargo, según la Estación Científica, en una tonelada de tierra del Parque se calcula existen cuatro millones de bacterias. Gracias a las bacterias existe la vida.
Esos seres invisibles como bacterias, hongos y levaduras sostienen la vida y las industrias. Todavía no es tarde, concluyó el máster Jarrín, porque la era de la biotecnología recién comienza, y el Yasuní guarda los secretos para la industria del futuro, la biomolecular.
<strong>Cinco nuevas especies de ranas en Yasuní </strong>
Un equipo de científicos de la Pontificia Universidad Católica de Ecuador (PUCE) encontró cinco nuevas especies de ranas en el Parque Nacional Yasuní, una reserva de la biodiversidad en la cuenca amazónica nacional.
Luego de dos años de estudio, el equipo de investigadores determinó que en el Yasuní viven dos nuevas especies de ranas termiteras, dos de arborícolas y una de nodrizas, machos que llevan de 10 a 15 renacuajos en su espalda.
Existen ahora 27 especies de ranas nodrizas en Ecuador, 11 de ranas aborícolas, y tres de ranas termiteras.
Actualmente Ecuador tiene 472 especies de anfibios formalmente descritos registro que se incrementa con cada nuevo incremento, aunque varios se van extinguiendo.
Estos descubrimientos forman parte de un proyecto financiado por la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología (Senacyt) y ejecutado por el Museo de Zoología de la Universidad, para el estudio genético de especies animales y mejorar los registros de la biodiversidad.
Durante un par de años, tres biólogos de la PUCE estudiaron la zona donde funciona desde 1994 la Estación Científica Yasuní, recolectaron especímenes, grabaron cantos y tomaron fotos de los anfibios y sus hábitats.
Cada grabación contiene el croar de varias especies, y ondas de colores indican la frecuencia e intensidad de cada canto. Ayudados de computadoras, microscopios y otros equipos, los biólogos trasladan su trabajo al laboratorio, donde analizan los datos.
Luego se realiza un análisis genético para confirmar el descubrimiento de la nueva especie, mediante análisis de ADN y estudios en el laboratorio de Biología Molecular de la PUCE. Así es como las cinco nuevas ranas del Yasuní ya se encuentran descritas.
* Corresponsal de Prensa Latina en Ecuador.