31 Dic
2014

Tráfico de vida silvestre en Rurrenabaque y San Buenaventura

Hace aproximadamente dos semanas un ciudadano chino conocido como Javin fue sorprendido en su domicilio por las autoridades de medio ambiente, del Ministerio Público y la policía en Rurrenabaque con garras, dientes y cueros de jaguar y ocelote y de otros animales en su poder. Se confiscaron los artículos de los animales silvestres y una laptop donde encontraron también fotografías que prueban que el ciudadano chino trabajaba en el negocio ilícito de tráfico de vida silvestre, como colmillos de jaguar engarzados en oro. El ciudadano chino residía durante varios años en San Buenaventura, población ubicada al frente de Rurrenabaque, cruzando el río Beni y según informaron hay evidencia que trabajaba en este negocio hace bastante tiempo. Según parece tenía un proveedor boliviano que por residir en San Buenaventura no pudieron actuar porque la orden de allanamiento solamente era para la jurisdicción del Beni y no para el departamento de La Paz (San Buenaventura), de acuerdo a la información proporcionada por el Fiscal de Rurrenabaque. Incluso transeúntes pudieron constatar que el chino extendía  cueros en su patio a la vista de todos y cortaba los restos de carne que quedaban en los cueros que compraba o cazaba.

Según parece ya trabajaba varios años en este rentable negocio y era conocido en ambas poblaciones por la gente local, aunque la mayoría ignoraba como se ganaba la vida. Este ciudadano tenía antecedentes en otras poblaciones como Santa Rosa  por sus actividades depredadoras donde fue sorprendido también con un cuero de tigre y una cornamenta de ciervo.

En San Buenaventura hay también dos chinos que viven hace años y tienen aserraderos que trabajan para exportar madera al Asia.

En la cultura china existe la creencia que la fuerza del tigre y su mítico poder tienen propiedades medicinales que curan una serie de dolencias y energizan el cuerpo e incrementan la potencia masculina. Muchas partes del cuerpo de los felinos como el tigre leopardo y jaguar son apreciados por la medicina tradicional china, incluso los bigotes, las garras, los ojos, la grasa, el pene, testículos y la bilis.

Estas creencias y supersticiones han ocasionado la extinción total de los tigres en la china y ha colocado a los tigres de los demás países en peligro de extinción por lo que solamente quedan unos 3200 tigres en estado salvaje y se encuentran amenazados por cazadores furtivos. No solamente los tigres están amenazados por el tráfico de vida silvestre para Asia, sino otras especies como el rinoceronte cuya demanda por su cuerno se ha incrementado dramáticamente hasta el punto que se haya extinguido una subespecie del Rinoceronte de Java en Vietnam y la cacería ilegal ha llegado a los cielos en lugares tan alejados como Sudáfrica, alimentada por mitos de nuevos poderes curativos. El rinoceronte negro occidental de Camerún también está extinto y sólo quedan 50 rinocerontes de java en un parque nacional de Indonesia y 200 rinocerontes de  Sumatra dispersos entre Borneo y Sumatra.

Debido a la disminución de los felinos en el Asia y de otras especies animales, el fenómeno se ha trasladado a otros países como el nuestro, donde aún existen tigres o felinos similares y animales apreciados por la medicina tradicional china.

Expertos en medicina occidental han demostrado que las cualidades curativas de partes del cuerpo de los tigres como el hueso o el cuerno de rinoceronte no tienen mayores efectos curativos que la aspirina. El cuerno de rinoceronte está compuesto de queratina, el mismo material de la uñas o el pelo, pero las creencias chinas están ocasionando la extinción de estos animales también, tanto en la India como en África y en el Sudeste de Asia, así como también las poblaciones de elefantes están amenazadas para fabricar piezas de arte con el marfil de sus colmillos. El año 2011 se confiscaron 23 toneladas métricas de marfil, lo que significan 2500 elefantes muertos.

A pesar de ello, en Hong Kong, China, Taiwan, Corea del Sur, Vietnam, Australia y en barrios chinos a lo largo de Europa y Norte América entre otros, los negocios de medicina china realizan un continuo comercio de vinos de tigre, polvo de huesos, bálsamos y pastillas de tigre que supuestamente calman dolores reumáticos, curan úlceras, malaria y quemaduras.

La globalización y el auge de las economías en Asia, en lugar de hacer que estas costumbres se dejen de lado,  han ocasionado que el precio de los artículos de felinos se incremente y que el incentivo de los cazadores sea aún mayor en países como el nuestro.

Lamentablemente este ilegal negocio es ya una amenaza real para nuestros felinos en  la Amazonía boliviana y para animales silvestres como osos, reptiles y otros. El problema puede incrementarse en gran medida debido a que cada vez hay más empresas chinas contratadas por el Estado Boliviano para realizar obras de infraestructura en Bolivia. Un ejemplo son los cientos de chinos que trabajan en el ingenio azucarero de San Buenaventura a cargo de la empresa China CAMC Engineering Co. Ltd y otro ejemplo el de la empresa Sinopec que construye la planchada para la perforación del pozo exploratorio Lliquimuni. Esta misma empresa fue adjudicada para la construcción del puente Rurrenabaque – San Buenaventura, lo cual puede convertirse en una amenaza real para las poblaciones de felinos y otros animales silvestres del Parque Madidi y la Reserva de la Biosfera Territorio Indígena Pilón Lajas.

Hace un año, al menos 7 empresas chinas ejecutaban proyectos públicos prioritarios  para el estado boliviano[1]. Los proyectos de producción, de construcción de infraestructura o camineros en particular aquellos que se encuentran cercanos a áreas naturales, implican la llegada de gran cantidad de ciudadanos chinos que no solamente demandarán productos de animales silvestres, sino que son potenciales comercializadores. Por la naturaleza de algunos productos de vida silvestre como huesos de jaguar y la facilidad de transportar por vía aérea estos productos u otros, el tráfico de vida silvestre es un crimen difícil de detectar. El elevado precio de estos productos hace que los traficantes tomen el riesgo como sucede con el narcotráfico y el tráfico de armas.

Algunos proyectos productivos como la empresa Azucarera San Buenaventura, y otros de transporte como la carretera San Ignacio de Moxos –Trinidad y el ferrocarril Bulo Bulo Montero, Papelbol y las 16 barcazas que nunca llegaron a Bolivia, están a cargo de empresas chinas y algunos también son casos manchados por la corrupción.

En el caso del puente Rurrenabaque San Buenaventura la empresa Petrolera china SINOPEC con base en Ecuador y cuestionada reputación por no respetar los derechos de la gente local en ese país, está a cargo de la construcción de la obra y también a cargo de la perforación del pozo Lliquimuni en la región del Alto Beni.

Varias empresas chinas se interesan en construir vías en Bolivia por ejemplo para la carretera Doble vía Puente Yapacani –Puente Ichilo, de 8 propuestas de empresas,  6 son chinas que ya tienen personería para trabajar en el país: China International Water & Electric Corp; China Railway Seventh Group Co Ltda; Corporación de Construcción de Ingeniería Civil de China; Sinopec International Petroleum Services Ecuador S.A. (Sucursal Bolivia); Sinohydro Corporation Limited; China Railway International Group Co Ltda.

La carretera Rurrenabaque – Riberalta que tiene un crédito chino seguramente será adjudicada también a empresas chinas y atraviesa áreas naturales de importancia en la Amazonía.

Esto demuestra el interés chino por los recursos de la región que puede ocasionar daños irreversibles a la naturaleza como ha sucedido en países asiáticos. El tráfico de madera, de especies animales y la biopiratería se facilitan con vías de acceso a las áreas naturales, más aún si se realizan otras actividades industriales como las operaciones petroleras que requieren construir caminos, gasoductos, oleoductos, plataformas, plantas etc y áreas de desecho de residuos tóxicos, lo cual significa también la destrucción del hábitat de especies.

Lamentablemente muchas empresas chinas  no cumplen con estándares ambientales y sociales aceptables, lo cual puede generar futuros problemas serios en Bolivia como sucede en Ecuador que aún sufre las consecuencias de la contaminación petrolera generada desde los años 70 por la empresa Chevron -Texaco que aún no se responsabiliza por la contaminación ambiental, los miles de personas afectadas y los pueblos indígenas desaparecidos que produjo una sola empresa durante 30 años de extracción petrolera y vertido deliberado de desechos tóxicos en la naturaleza.

Es así que en Ecuador solamente les queda una única y última área natural en la Amazonía semi intacta de 9820 kilómetros cuadrados llamado Parque Nacional Yasuni y está amenazado por la industria petrolera. Bolivia tiene parques nacionales mucho más grandes, solo el parque Nacional Madidi tiene 18.957 kilómetors cuadrados de extensión, pero también están concesionados a empresas petroleras y amenazados por una serie de actividades, desde la colonización hasta actividades petroleras y represas de gran escala.

Como menciona Omar Bonilla[2] Al interior de las compañías chinas hay graves problemas. Por una parte hay problemas laborales, con las comunidades. Uno de los casos llamativos fue en la comunidad Murialba en Ecuador, cunado los trabajadores detuvieron a un grupo de ingenieros chinos. La respuesta de la compañía fue que no iba a negociar, dijeron literalmente “si quieren quedénselos, tenemos millones de ingenieros en China y no vamos a negociar la reparación ambiental ni los aumentos salariales que están pidiendo”.  Fue dramático porque no solo dejaron a los ingenieros bajo la tutela de las comunidades, sino que además los despidieron porque estuvieron ausentes varios días porque estaban detenidos en la comunidad.

Lo anterior lleva a preguntarse el grado de responsabilidad social y ambiental que puede esperarse de una empresa china trabajando en la Amazonía boliviana.

[1] http://www.paginasiete.bo/nacional/2013/11/10/empresas-chinas-ejecutan-siete-proyectos-clave-para-bolivia-5634.html

[2] O. Bonilla. China y América Latina, la sed de petróleo. SENA-FOBOMADE Boletín 198.

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Fobomade

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