A pesar que Rurrrenabaque fue uno de los impulsores iniciales del Proyecto del Puente desde hace muchos años, desde el 2006 la actual administración de gobierno viene promoviendo la construcción del puente para cruzar el río Beni entre las poblaciones de Rurrenabaque y San Buenaventura, por una ubicación que no ha sido consensuada con las poblaciones. El 2010 se aprobó una licencia Ambiental en forma inconsulta y ante la oposición de la población local a la ubicación del proyecto y reiteradas notas de reclamo, seguidores del partido oficialista del MAS organizaron medidas de presión para impulsar el proyecto.
Los múltiples reclamos por las ilegalidades con que se pretendía acelerar el proyecto, no fueron escuchados por las autoridades del gobierno y por esta razón la población de Rurrenabaque, con el apoyo del FOBOMADE realizaron un reclamo en febrero de 2011 ante el Mecanismo Independiente de Consulta e Investigación (MICI) del BID que en ese momento era financiador del proyecto.
Con la intervención del MICI, en fecha 6 de junio de 2012 se llegó a un acuerdo entre las poblaciones afectadas, la ABC y el BID para realizar un verdadero estudio de alternativas de ubicación del puente y accesos, tras el estudio serían las poblaciones directamente afectadas de Rurrenabaque y San Buenaventura las que elegirían la opción más adecuada.
El 15 de enero de 2013, el presidente de la ABC comunica al MICI que el gobierno decidió prescindir del financiamiento del BID para la construcción del puente e informa que lo realizaría con fondos del Tesoro General de la Nación, sin embargo se comprometen a cumplir el acuerdo del 6 de junio de 2012.
En fecha 12 de abril de 2013 se realizó en Rurrenabaque la primera reunión de consulta pública la cual fue convocada en horas que no son de trabajo y sin suficiente anticipación para permitir que la población se informe y asista a la mencionada reunión. A pesar de ello, hubo una asistencia masiva de la población local y la gran mayoría se manifestó en contra de la alternativa por la zona sur, impulsada por el gobierno central.
El 16 de septiembre del 2013, el Ministro Quintana visitó Rurrenabaque, convocando a último momento a una sorpresiva reunión a las dos de la tarde que llamó “consulta pública”. En dicha reunión, a la que convocó a colonizadores de áreas rurales y personas que no son los directamente afectados, (pero responden al partido de gobierno) aprobaron (entre ellos) el proyecto con la ubicación rechazada por los directamente afectados.
A pesar de la oposición de la población local de Rurrenabaque, la ABC licitó en enero de este año la construcción del puente con la ubicación que atraviesa las serranías, sin haberse establecido ningún consenso con la población local. Las mismas normas técnicas de la ABC indican que la consulta debe ser consensuada con las autoridades locales, así como el acuerdo del 6 de junio de 2012 establecía que todas las actividades serían coordinadas con las poblaciones afectadas.
El 25 de enero de este año, poco antes de las históricas precipitaciones de febrero que ocasionaron las inundaciones en todo el departamento del Beni, las intensas lluvias en Rurrenabaque ocasionaron en horas de la mañana, deslizamientos de las montañas enterrando casas y desbordando arroyos. Una mazamorra del Cerro de la Cruz arrasó 7 viviendas que quedaron enterradas y afectó varias otras. La intensidad de las lluvias ocasionó que los arroyos, que por lo general son pequeños-, crecieran enormemente y junto con los deslizamientos de tierra, arrastren árboles y piedras de magnitud considerable, destruyendo y colapsando algunos canales y puentes urbanos. Esto ocasionó daños a las viviendas asentadas a lo largo de los arroyos y dejó las calles cubiertas de lodo. En San Buenaventura también se produjeron desbordes de los arroyos y deslizamientos, daños a viviendas y personas heridas. El 28 de enero en horas de la noche comenzaron nuevamente las lluvias torrenciales ocasionando nuevos deslizamientos y daños a viviendas que ya estaban evacuadas y continuaron hasta el día 30 de enero continuando con los impactos y caída de árboles cerca de viviendas.
Se recuperaron los cuerpos de 10 personas enterradas por la mazamorra, de los cuales 6 eran vecinos de la zona afectada y 4 eran soldados que apoyaban en la evacuación de las personas. Una persona perdió una pierna y varios heridos fueron conducidos al hospital.
Todas las tomas de agua de Rurrenabaque fueron destruidas por los deslizamientos por lo que la ciudad se vio privada del líquido elemento durante más de un mes. La población tenía que recoger agua de lluvia para abastecerse. Tras las lluvias la gente tenía que ir a los arroyos y pequeñas vertientes para evitar la escasez.
Estos deslizamientos son un fenómeno natural debido a que las serranías en Rurrenabaque y San Buenaventura constituyen una gran falla geológica o zona de ruptura de la corteza terrestre y por ende hay taludes que apenas se sostienen con la vegetación natural que los cubre. No es la primera vez que suceden estos movimientos de tierras, ya que en el pasado ocurrieron en varias ocasiones. A inicios de los 60, una mazamorra de gran magnitud elevó el nivel de las calles por encima de las casas construidas y también ocasionó desastres en las partes bajas. A fines de los años 70 bajó otra gran mazamorra en la zona del Camuy, aunque en esos tiempos no había viviendas en la zona.
Desde el año 2010 que se viene advirtiendo a las autoridades estatales sobre los riesgos que implicaría la construcción de las carreteras de acceso al puente por las serranías que están sobre la falla geológica. Dichos accesos siguen exactamente la falla geológica que ocasiona estos peligros. Durante la fase de construcción se realizarán cortes en la parte baja de las serranías, con maquinaria pesada y movimientos masivos de tierra- Luego, durante el funcionamiento de la carretera el continuo movimiento de vehículos de alto tonelaje asociado al ingenio azucarero en construcción, ocasionará importantes vibraciones. En suma, el riesgo de desastres sería mucho mayor y lo más probable es que los muros de contención que pretenden construir no sirvan de mucho. Si un huayco[1] arrasa, es decir si se desprende un pedazo de la montaña arrastrando toneladas de lodo, piedras y árboles tumbará las construcciones de concreto. Además bloqueará y destruirá los desagües, como sucedió con los canales de los arroyos que atraviesan Rurrenabaque. Dañar las bases de las serranías a lo largo de todo el trayecto de la carretera en Rurrenabaque y San Buenaventura pone peligrosamente en riesgo la vida de las personas de ambas poblaciones.
Estos procesos naturales incrementan el riesgo sobre la vida humana cuando la población se asienta en las laderas de los cerros y las lluvias excesivas provocan deslizamientos.
El puente Rurrenabaque San Buenaventura es una obra asociada a la carretera San Buenaventura Ixiamas, que está generando una de las mayores migraciones de los últimos años, como parte de un programa de asentamientos humanos en el Norte de La Paz. Dichos asentamientos son previsibles (e incontrolables) también a lo largo de laderas de las montañas que son Reserva Municipal de conservación de fuentes de agua que pueden ser gravemente afectadas por la deforestación causada por la gente asentada.
El 24 de febrero de2014 se declaró desierta la licitación de la obra y la población de Rurrenabaque pensó que el gobierno recapacitaría sobre sus intenciones de construir el puente por las serranías tras los desastres naturales, ya que no se pronunció hasta el 8 de mayo, fecha en que salió una nueva licitación para la construcción.
Parece que las autoridades que se ufanaban de respetar la Madre Tierra y de gobernar obedeciendo al pueblo, dejaron de escuchar no solamente a los bolivianos sino los mensajes de la Pachamama. La vida de los bolivianos parece importar poco ya que se promueve un proyecto en una ubicación que puede cobrar más vidas humanas y se ignoran otras prioridades mucho más urgentes para los residentes locales de Rurrenabaque y San Buenaventura , ya que este año se viene el Niño y a inicios del próximo la Niña con posibles inundaciones.
Tras los desastres es evidente que en Rurrenabaque y San Buenaventura son urgentes obras en el corto y mediano plazo que los gobiernos municipales no pueden cubrir con sus limitados recursos, como la construcción de defensivos en el río contra inundaciones que son cada vez más comunes con el cambio climático, la reparación y mejoramiento de las tomas de agua, protección y delimitación física de la Reserva Municipal y la construcción de un límite físico, para evitar nuevos asentamientos en las zonas de riesgo, elevación de los diques existentes y construcción de nuevos para la protección de los nuevos barrios que se están creando aceleradamente; canalización de arroyos y reconstrucción de los puentes urbanos destruidos.
Como municipio turístico son urgentes otras obras como el mejoramiento del Aeropuerto que ya tiene financiamiento del Banco Mundial, pero aún no se ejecuta, la construcción de lagunas de oxidación y tratamiento de aguas servidas, mejoramiento y mantenimiento de senderos turísticos en la Reserva Municipal mencionada, mejoramiento del manejo de la basura, ya que el botadero municipal está colapsado, siendo urgente en un municipio turístico una planta de reciclaje de basura.
Son muchas las obras necesarias para el desarrollo de Rurrenabaque, sin embargo el gobierno central a través de la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) solamente está promoviendo el puente sobre el río Beni y sus carreteras de acceso por la bases de las serranías, obra que más bien incrementará los riesgos. A pesar que Rurrenabaque propone otra alternativa de ubicación del puente, – que evitaría los mismos y más bien, combinados con la construcción de diques, protegerían los barrios que se encuentran en las zonas más bajas contra las inundaciones por la crecida del río Beni en la temporada de lluvias-, no existe voluntad de la ABC de considerar esta propuesta.
[1] Huayco: Los huaycos (o llocllas en el idioma quechua) son flujos de lodo y piedras con gran poder destructivo. Se forman en las partes altas de las microcuencas debido a la existencia de capas de suelo deleznables en la superficie o depósitos inconsolidados de suelo, que son removidos por las lluvias
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