::Hay selva::

Quisiera darles cincel a estas palabras que escribo Procurarles vuelo, brío, agregar espesor y belleza Toda la posible, todo lo suficiente, toda la necesaria Pero no puedo; me urgen Me queman en las manos Tan mansas, tan bravas, palabras.   Palabras que me acucian porque su motivo para escribirlas me subleva Un compañero está acechado, hostigado, acaso sentenciado Un compañero está bajo asedio Y a quien –a quien digo yo y no es un decir ¿A quien no lo rebela eso? ¿A quien no le enciende el alma? Al menos para buscar ampararlo, así sea con palabras Así sea con el más mínimo y elemental acto de escribirlo Así sea porque así debe de ser y por eso lo escribo Pronuncio tu nombre a los vientos, Johnny –y te escribo, hermano, te escribo Tan bravas, tan mansas, palabras.   Palabras que yo no quisiera volver a escribir nunca, pero igual las escribo Palabras que se conjugan tan terribles y sin ángel como violaciones a los derechos humanos en la Amazonía Pero igual hay que escribirlas Como hay que escribir sicario, como hay que escribir matón en singular o en plural, como hay que escribir abogado amenazado de muerte, como hay que seguir escribiendo tantas cosas que uno quisiera no escribirlas jamás   Olvidarse de la violencia de arriba, olvidarse de la injusticia, porque ya no existen y no estar obligado a escribirlas   Olvidarse de tantas malas palabras porque la Amazonía es libre, libre de injusticias, libre de violencia, libre de las violaciones sistemáticas y permanentes a los derechos humanos de los más pobres, los más vulnerables, a los que vos defiendes   Siempre los más olvidados, siempre los más humillados   Los nietos o los bisnietos de los esclavos del caucho siguen siendo eso: sombras o invisibles en su propia selva, negados y desconocidos en su propio territorio, con sus propios tapires, con sus propios pájaros, náufragos en su río y con sus peces   Mendigos fugitivos parias en ciudades de donde nadie puede escaparse –y menos ellos, sin tapires y sin pájaros y sin peces; menos ellos sin sus soles y sus lunas de rituales y cacería; menos que menos ellos   Por eso escribo, porque me arrasa el dolor pero no quiero que me invada la tristeza Por eso escribo, con ardor, con pasión, aunque me duela, aunque nos duela Por eso te escribo a vos, en este momento tan duro, para conjurarlo, y vos con ellos, y todos nosotros juntos, a ver si lo logramos A ver si convocamos a todos los jichis del Amazonas y lo logramos A ver si convocamos al espíritu de nuestra Madre y Padre, el Caquiawaka, y lo logramos A ver si ellos –que lo dejaron atrás cuando a sus abuelos los volvieron esclavos- lo vuelven a convocar y lo logramos   En la lucha, a veces se gana, a veces se pierde En la vida, no Lo que nunca debemos perder son los ideales, los principios y las convicciones En la lucha, podemos perder un bosque donde antes hubo poesía y fogones En la vida, no No podemos perder la memoria ni menos los sentimientos No podemos perder lo que canta No podemos perder la alegría No podemos perder lo que marcha, lo que ha marchado, lo que va marchando, marchista Johnny Cárdenas   Vos sos el compañero de la marcha, de la defensa del territorio y por la dignidad, vos sos mi compañero del compromiso, no el del discurso, no el de los libros, no el de la victoria Tal vez nunca la encontremos, tal vez nunca haya victoria Pero al menos que haya vigor, que haya valor Al menos que haya vida   Si hay vida, puede que haya victoria, si acaso la buscamos, si acaso la queremos Si hay vida, lo que seguro habrá es libertad –porque la llevamos dentro y de adentro, de adentro de nuestra serranía, de adentro de nuestro curichal, nadie puede nunca quitarte nada   Si hay vida, hay camino Hay la voluntad de un camino Y si hay camino, si caminamos juntos, si lo seguimos haciendo, hay todo   Hay huellas que seguir, compañeros que acompañar Hay compañeros que encontrar, compañeros que aún no han nacido, compañeros que aún no encontramos Hay derechos que respetar y hacer respetar Motivos que celebrar   Hay fiesta, hermano Una fiesta inmensa como nuestros sueños Hay Amazonía Una Amazonía verde como la esperanza verde del cedro verde Hay selva por la cual luchar -¡aún está la selva!   Hay selva Tan brava, tan mansa, como las palabras Hay selva.   Río Abajo, 24 de enero de 2013

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