El MAS prefiere privatizar la tierra

Las presiones de las organizaciones campesinas colocan al gobierno entre ambas alternativas debido a intereses de cada sector. Las regiones cocaleras Yungas y Chapare esperan incrementar sus tierras con titulaciones individuales porque la rentabilidad de la hoja de coca les promete prosperidad como propietarios privados; contrariamente las poblaciones mayoritarias del altiplano y valles no tienen tales perspectivas con sus mini parcelas que además de producir poco no tienen mercados internacionales ni valores agregados.

Desde el punto de vista histórico y racional hay una sola solución al problema de tierra y territorio en Bolivia: La propiedad comunitaria por las siguientes razones:

Primero: Históricamente la propiedad colectiva y comunitaria de la tierra fue parte elemental de la economía ancestral de los Aymaras Tiwanacotas como de los Quechuas del Incario, ellos no registran en sus formas de vida la propiedad privada; sus experiencias económicas con fundamentos sociales de equidad practicada por estas grandes civilizaciones fueron una realidad centurias antes de que Carlos Marx señalara que la propiedad privada es el engendro de toda injusticia social y económica.

Segundo. La Reforma Agraria de 1953 implemento la propiedad individual de la tierra enraizando el “minifundio privado”, y hoy a mas de medio siglo esas parcelas se convirtieron en surcos, debido a la subdivisión hereditaria, agregando a ello otra maldición capitalista, mercantilizaron la tierra mediante la compra y venta, prácticas que son y serán aprovechadas por los especuladores de tierras originando las contradicciones sociales propias del sistema capitalista. Creando reducidos grupos de ricos frente a cientos de miles de familias indígenas materialmente pobres.

Tercero. Perpetuando la propiedad individual de la tierra en las concentraciones de campesinos como  en el occidente, los mini propietarios no son sujetos de crédito por que sus mini espacios no garantizan inversiones ni créditos, por consiguiente no podrán acceder a la modernización y superar  el anacrónico sistema de producción agraria manteniendo al campesinado en la misma postración económica y social, (no olvidemos que en esas regiones aun se cultiva con el arado egipcio).

Cuarto. Frente a esta realidad de postración económica y social, los jóvenes del campo emigran a los centros urbanos, donde compiten con los citadinos los pocos espacios de trabajo que solo se encuentran en las reparticiones estatales, porque no hay desarrollo industrial menos posibilidades de estudio, y el resultado será de pobreza a la extrema pobreza, engrosando las actividades informales, sin seguridad social, sin asistencia médica, sin viviendas dignas, y menos posibilidades de llegar a viejos con derechos humanos de jubilación.

Desde cualquier punto de vista racional, el problema de tierra y territorio en Bolivia solo tiene una solución: La propiedad comunitaria, y ello exige una Nueva Ley de Reforma Agraria que beberá aprobar la Asamblea Plurinacional si en verdad piensan en el buen vivir de la mayoría de  pueblos indígenas y originarios.  

Recojan el histórico reto: Resolver el problema por la privatización individual o por la propiedad comunitaria de la tierra, por el reforzamiento del mercantilismo capitalista o por la socialización comunitaria de la tierra.

Esta decisión pasa por definiciones ideológicas, y en el MAS no hay  una claridad al respecto. ¿Las diferencias con líderes indígenas alejados del MAS tendrán relación con las propuestas respecto a la Nueva Reforma Agraria?

  

Al alejamiento “forzado” o “voluntario”  de destacados líderes indígenas hoy se suma el del  ideólogo indigenista Félix Patzi, quien sustenta la idea de que la nueva reforma agraria debe considerar  la propiedad comunitaria de la tierra. 

Estas separaciones en el núcleo de las filas indigenistas, y la ausencia de acción del movimiento obrero debido a la burocracia “insensible y satisfecha” de su dirigencia ponen en riesgo el destino del proceso, y amenaza revertir el mismo en reformismo burgués.

La profundización revolucionaria del proceso en esta segunda etapa del gobierno del MAS impone la necesidad de luchar contra los latifundistas, por la propiedad comunitaria de la tierra y contra la gran propiedad privada.

  

No perder de vista que el destino del proceso boliviano depende ahora, en grado, inmenso de la integración unitaria de los movimientos sociales de obreros campesinos indígenas y clases medias anteponiendo los intereses de clase a las diferencias raciales, caso contrario estos grupos sociales no solo se alejarán del proceso sino que se producirán deserciones y enfrentamientos entre grupos y estamentos sociales conduciendo al despeñadero el proceso y facilitando al imperialismo yanqui la solución de sus problemas en Bolivia por la vía del desastre nacional.

Alcides Monasterios Castro, José Tirado Cruz, Raúl Rodas Velarde, Isaac Valle Troncoso, Juan Peña. Alternativalaboralsocialistab_7@yahoo.es

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