El reconocimiento consta de 150.000 dólares y se entrega cada año, en el mes de abril, en la ciudad de San Francisco, California (Estados Unidos). El premio fue otorgado a defensores del medioambiente de 72 países. En 1991, lo ganó la africana Wangari Maathai, quien luego obtuvo el Premio Nobel de la Paz en 2004.
Jesús León Santos recibió este premio debido a que cuando tenía 18 años decidió cambiar el paisaje donde vivía en la Mixteca alta, la "tierra del sol". Aquello parecía un panorama lunar: campos yermos y polvorientos, desprovistos de arboleda, sin agua y sin frutos. Había que recorrer grandes distancias en busca de agua y de leña.
Se dice que casi todos los jóvenes emigraban para nunca regresar, pero junto a comuneros del lugar, Jesús León se fijó el objetivo de reverdecer los campos, algo que parecía imposible. Decidió recurrir a técnicas agrícolas precolombinas que le enseñaron unos indígenas guatemaltecos para convertir tierras áridas en zonas de cultivo y arboladas.
Reunió a unas 400 familias de 12 municipios y decidió crear el Centro de Desarrollo Integral Campesino de la Mixteca (Cedicam), y juntos, con recursos económicos limitadísimos, se lanzaron en la gran batalla contra la principal culpable del deterioro: la erosión. Actualmente, Jesús León y sus amigos luchan contra los transgénicos y siembran unos 200.000 árboles anuales. El ejemplo es ahora imitado por varias comunidades vecinas, que también crearon viveros comunitarios y organizan temporalmente plantaciones masivas.
Un tacana honrado con título Doctor Honoris Causa de la UMSA
La Universidad Mayor de San Andrés otorgó el grado Dr. Honoris causa a Rogelio Chuqui Crespo, fundador de la Comunidad Santa Rosa de Maravilla del Pueblo Tacana, ubicada entre Tumupasa e Ixiamas de la provincia Abel Iturralde del departamento de La Paz.El Honorable Consejo Universitario otorga el título de Dr. Honoris causa, a los ciudadanos bolivianos o extranjeros que se hubiesen distinguido por sus eminentes servicios en el campo de la ciencia, de las artes, las letras, la cooperación internacional al país y a la Universidad; sus reiteradas acciones a favor de la paz, amistad entre los pueblos y su concurso en la defensa de las reivindicaciones justas que, en el orden cultural, geográfico, económico y en el plano internacional, persiguen los pueblos.
El Sr. Rogelio Chuqui Tarqui a sus 84 años de edad se constituye en el baluarte de la Cultura Tacana en la Comunidad de Santa Rosa de Maravilla, por el aporte que brindó durante más de 15 años, al Instituto de Investigaciones Fármaco Bioquímicas de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas y Bioquímicas, en la Investigación de Plantas medicinales, lo cual ha permitido desarrollar importantes Estudios Etnobotánicas.
Presentan nuevo libro sobre las Misiones: "Con los yuracarés no se puede"
"Con los yuracarés no se puede", se lamentaban los misioneros franciscanos que intentaban encerrar en "reducciones" a pueblos nómadas de pescadores y cazadores a partir de 1765, revela la última investigación histórica del rector nacional de la Universidad Católica Boliviana Hans van den Berg.
El libro de Van den Berg titulado "Con los Yuracarés no se puede (Bolivia): Crónicas Misionales (1765 – 1825)" es resultado de minuciosas investigaciones en los archivos nacionales de Bolivia (Sucre) y Argentina (Buenos Aires); de la Academia de la Historia de España, de la Prefectura de Cochabamba, de los Padres Franciscanos de Tarata y de la Catedral de Santa Cruz de la Sierra, entre otros.
"He trabajado por lo menos con mil manuscritos y prácticamente tengo mi propio archivo", aseguró Van den Berg, quien publicó antes otro libro referido a los intentos de abrir un camino "seguro" entre Cochabamba y Beni a través del Chapare en la época de la colonia.
El fracaso de la evangelización de los yuracarés se debió a un problema de visión cultural: Los misioneros franciscanos trataron de "civilizar" con una concepción europea a pueblos yuracarés nómadas que vivían de la pesca y la caza. Los misioneros fracasaron en al menos cinco oportunidades porque no fueron capaces de ganarse la confianza de los evangelizados.
El vicerrector académico Nacional de la UCB Edwin Claros Aripe comentó que los misioneros trabajaron solos, generando lo que hoy se conoce como interculturación, pero los yuracarés permanecieron y permanecen como grupos nómadas, viviendo de la caza y la pesca. Los yuracarés viven actualmente en pequeños grupos en el Chapare, sobre todo en las reservas de Isiboro Sécure, y no superan los tres mil habitantes. Van den Berg dijo que los idiomas de las etnias menores, que son las menos estudiadas, están desapareciendo.